El teatro, la industria que se mantiene firme en la pospandemia

Actualizado
  • 31/03/2022 00:00
Creado
  • 31/03/2022 00:00
El pasado 27 de marzo se celebró el Día Mundial del Teatro, en medio de una reactivación del sector. Expertos y autoridades destacan la importancia de esta industria en la actualidad panameña, cultural y económica
Según Correa, el 80% de los productores logran el 80% de sus ingresos a través de la preventa de paquetes de boletos y el 20% por lo el público que llega a comprar a taquilla.

Destacamos el teatro como el arte milenario, un recordatorio de la expresión humana, que toca temas profundos, cómicos, románticos o cotidianos en busca de un propósito y de una enseñanza. Este año, Panamá celebró el Día Mundial del Teatro en medio de una reactivación económica y social del sector tras dos años de pandemia, restricciones y confinamiento; sin embargo, se mantiene firme por las voces de sus integrantes: actores, actrices, directores, productores, entre otros.

Con el regreso a las butacas, la industria teatral panameña se ha visto fortalecida por el apoyo del público y una cartelera con movimiento mensual, con el objetivo de volver al ritmo de aprovechamiento cultural. En una conversación con La Estrella de Panamá, el director nacional de las Artes de MiCultura, Daniel Domínguez, comentó que tal como el resto de los sectores del país y del mundo, el teatro “está en recuperación”.

“Hay un público que está regresando con entusiasmo a las salas a disfrutar del talento panameño en escena, sin embargo, el panorama sigue siendo complejo”, indicó Domínguez, “si bien hay producciones independientes o salas de teatros que producen, apostando a una reactivación más firme de la actividad, tanto la preventa de boletería en paquetes, como la venta de boletos en taquilla, aún están un poco lejos del comportamiento de 2019. Sin embargo, estamos seguros de que en poco tiempo volverán a esos niveles”.

El actor y cantante panameño Luis Arteaga comentó a este diario que, en general, el teatro en Panamá ha experimentado “un crecimiento desde distintos puntos de vista: contenidos, calidad de montajes, más oferta y mayor demanda”. A su vez, señaló que pese a que la pandemia dejó un “saldo negativo” en la economía, las producciones se han “multiplicado rápidamente” y la demanda del público “es creciente”.

“En este sentido, tanto la administración del Teatro Nacional como el propio Ministerio de Cultura y algunas salas privadas han hecho una gran contribución al posibilitar de distintas maneras el acceso de los productores a los espacios para trabajar”, apuntó el artista.

Panamá cuenta con diversos teatros que ya han abierto sus puertas y mantienen una cartelera de contenido regular para visitantes, tales como: teatro Pacific, Teatro Nacional, teatro Aba, teatro La Estación, teatro La Plaza, teatro El Ángel, entre otros. Aun cuando Arteaga indicó que la industria local se mantiene en pie, subrayó que “la actividad teatral se encuentra fundamentalmente enclavada en la ciudad de Panamá”.

“Fuera de sus límites, o no existe o se da en condiciones precarias y reducidas. Además, no hay interés público o privado de trasladar las producciones más relevantes hacia el interior, lo que tampoco estimula el surgimiento o desarrollo de la actividad local”, enfatizó.

Por su parte, la vicepresidenta de la Asociación de Teatristas de Panamá (Astep), Sandy Correa, comentó a este diario que hasta el pasado domingo, “podemos decir con orgullo que de enero 2022 a la fecha hemos tenido en Panamá 32 producciones de obras de teatro y otros espectáculos artísticos que combinan el teatro con otras disciplinas”. Enfatizó que el 27 de marzo 180 teatristas y otros artistas estuvieron presentándose en 10 producciones en diferentes escenarios de la ciudad.

Caminos de progreso

Entre 2020 y 2021, el teatro se vio obligado a recurrir a presentaciones virtuales, mientras que otros mantuvieron sus puertas cerradas y enfrentaron obstáculos en el mantenimiento de los recintos. Ante esto, Arteaga señaló que el teatro panameño es, fundamentalmente, una “actividad privada, sin mayores estímulos económicos ni apoyo estatal en general”.

“El Estado panameño carece de visión y políticas para el desarrollo de las artes en general, especialmente como herramienta de cambio y progreso de la sociedad, sobre todo de los sectores más alejados de los beneficios del desarrollo económico”, apuntó.

Ante esto, Domínguez anotó que MiCultura, en 2022, ha brindado los teatros Anita Villalaz y el Balboa con una exoneración del 100% del canon de alquiler a todos los productores. “También los hemos exonerado del pago del seguro de responsabilidad civil en ambos espacios”, subrayó. A esto Domínguez suma que, en una evaluación de las operaciones regulares de los teatros, los horarios laborables y las necesidades de uso reales o regulares de la industria, se han realizado cambios en los días de cierre y horarios de entrada del personal técnico para que los costes de pago extraordinarios (planillas) no afecten las producciones en los días que evidentemente son de funcionamiento regular de los teatros.

“Vamos a regresar, si Dios permite, con una nueva versión de los festivales de teatro, literatura y artes visuales”, dijo a este diario, “tres festivales que son importantes como plataformas de exhibición y distribución, donde la comunidad teatral volverá a tener espacio para su participación. También le brindamos apoyo en cuanto a promoción y distribución a través de nuestras redes sociales, así como desde la agenda semanal que se transmite en las redes de MiCultura y en Sertv, en la que apoyamos los proyectos escénicos”.

Una nueva administración

Ahora, con la llegada de la nueva ministra de MiCultura, Giselle González Villarrué, Arteaga apuntó que los diversos gremios culturales esperan mantener en la mesa de diálogo temas de legislación para proyectos artísticos y culturales a nivel nacional, así como la hoja de ruta para la promoción de teatros y encuentros del sector dentro y fuera del país. “El apoyo se mantendrá y aumentará en la medida en que el país y el mundo se vayan recuperando de la crisis sanitaria”, comentó Domínguez, “la ministra tiene la sensibilidad, la capacidad y el deseo permanente de colaborar con el teatro y con el resto de las manifestaciones artísticas y culturales”.

Por su parte, Arteaga hizo hincapié en que más que a las artes escénicas en sí, los distintos sectores del arte y la cultura se mantienen en estado de espera para dar cierre al proceso de legislación y reglamentación. Además, que se presenten los planes y políticas que propone el Ejecutivo a través del Ministerio de Cultura para su debido debate y aplicación.

Por su parte, Correa apuntó desde la Astep que: “Las expectativas son altas. Vemos en ella todas las ganas de trabajar, y sobre todo de trabajar en conjunto con los sectores artísticos. Nos planteó que su prioridad número uno era la reglamentación de la ley general de cultura y la implementación del plan nacional de cultura mencionado en esta ley, y que para esto nos tomaría en cuenta”.

El teatro en todos lados

Una de las áreas que destacaron tanto Arteaga cómo Domínguez es la búsqueda de la exportación de producciones teatrales nacionales a otras latitudes, como plan de proyección de Panamá en potencias internacionales, y el talento panameño. “La distribución es una materia pendiente en todos los países de Latinoamérica”, explicó Domínguez, “esto me ha quedado claro cuando nos reunimos con nuestros pares del programa Iberescena y vemos que es un área que requiere un trabajo arduo”.

En la actualidad, Domínguez forma parte de la comisión de movilidad del programa Iberescena que se encuentra levantando un diagnóstico regional que indique las acciones específicas a realizar en cada región o país. “Es importante el apoyo a los festivales nacionales o internacionales, así como a los proyectos teatrales en general, en especial a los que por sus características o contenido están diseñados para la participación en festivales internacionales”, puntualizó.

Arteaga afirmó que para lograr una exportación viable, lo primero es “producir obras panameñas con calidad de exportación (no creo que sea muy interesante para el público de otros países presenciar montajes panameños de obras de Broadway). Ya las ha habido y las hay”. A su vez, mencionó que deben retomarse las obras como parte de un proyecto de internacionalización. “También es necesario facilitar desde el Estado las condiciones económicas para que los empresarios vean rédito en su apoyo a los montajes nacionales”, expresó, “luego, viene la difusión del teatro panameño en el exterior a través de la participación en festivales e intercambios culturales”

El actor hizo énfasis en que este proceso de internacionalización y posicionamiento nacional a través de obras teatrales es una “labor compleja” y que requiere del “esfuerzo conjunto de teatristas, gobierno y patrocinadores”. “Lo mismo ocurre con la danza en sus diversos estilos, que está generando propuestas originales y valiosas, dignas de representarnos en eventos culturales internacionales”, subrayó el teatrista.

Salvaguardar lo económico

A raíz de la crisis impulsada por la pandemia, el sector cultural y artístico fue uno de los más afectados en Panamá, dejando a una gran masa de teatristas y demás trabajadores de producciones masivas en un saldo negativo. En la actualidad, Arteaga se mantiene optimista de volver a producir tantas obras como en 2019 y años anteriores, sin embargo recalca que los costos de producción son “lo más difícil de afrontar”, sobre todo mientras más ambicioso sea el montaje, y la situación “ha disminuido la capacidad de los patrocinadores”.

“Por otro lado”, mencionó, “la psique del público está golpeada por una situación dramática de dos años y busca entretenimiento y diversión. Encontrar el equilibrio entre eso y la gravedad de un mensaje existencial es realmente un reto para todos nosotros. A esto se suma la disminución del ingreso de la clase media, la mayor consumidora del teatro panameño”.

Para Correa se necesita volver inmediatamente a tener la cantidad de público que asistía al teatro antes de la pandemia. “El 80% de nuestros productores logra el 80% de sus ingresos a través de la preventa de paquetes de boletos y el 20% por el público que llega a comprar a taquilla. Algunos productores de ese 80% eran dueños de salas de teatro que cerraron definitivamente en la pandemia, otros nos reportan que las preventas están muy bajas, por esto se ha recurrido, en algunos casos, a pagar al elenco menos de lo que se solía pagar, o pagar a través de boletos”, apuntó.

Con espíritu guerrero

Aún con paso lento hacia un sector teatral firme, tanto Arteaga como Correa señalaron que los teatristas se mantienen en el camino para lograr un futuro de mejor prospecto. “Requerimos que el Estado invierta en la creación de espacios y fondos para que los artistas tengan suficiente libertad creativa y se establezca dialéctica al respecto de sus propias historias y trabajos, de esta manera tendríamos una sociedad más abierta y tolerante”, indicó Correa.

“Los teatristas tenemos claro que no podemos colgar los guantes ni queremos hacerlo”, enfatizó Arteaga, “el teatro es una pasión, un estilo de vida, pero también una responsabilidad, una profesión y una vocación. Por eso, seguimos activos profesionalmente y seguiremos vigilantes ante la gran posibilidad abierta de contribuir a desarrollar las políticas culturales que nuestra sociedad necesita”.

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