Historias más allá de las noticias

Actualizado
  • 17/07/2022 00:00
Creado
  • 17/07/2022 00:00
El 'Anecdotario insólito del periodismo panameño', recoge 42 anécdotas sobre cómo los periodistas utilizaron su ingenio y habilidades para lograr informaciones que se convertirían en noticia. Un homenaje a Alina Guerrero, una de sus gestoras
Historias más allá de las noticias

El Anecdotario insólito de periodismo panameño fue presentado el pasado 11 de julio, pocos días después del primer aniversario del fallecimiento de la periodista Alina Guerrero, una de sus gestoras. Y es que esta publicación es un proyecto que se estuvo cocinando por más de 30 treinta años y que por cosas del destino no llegó a concretarse hasta este año.

“Nosotros siempre supimos que ella había estado trabajando en ese documento desde muchísimo tiempo atrás”, cuenta Morabia Guerrero, hermana de Alina y quien junto con el periodista Franklin Bósquez D'Giovanni, también gestor de la obra, la sacaron adelante. “Era la tesis de grado de ellos (Alina Guerrero y Franklin Bószquez) para optar por la licenciatura en periodismo. Pero luego que sustentaron y se hicieron idóneos, tomaron la decisión de hacer una publicación”, agrega.

Como siempre, las ocupaciones inmediatas van conspirando y robando el tiempo para hacer otros proyectos, pero la idea siempre se mantuvo. “A ella le gustaba escribir, ella escribía de todo. Y en alguna etapa de la vida nosotros, sus hermanos le preguntábamos '¿para qué quieres trabajar en la presidencia? ¿para que quieres trabajar en el gobierno? dedícate a escribir'; ella solo se reía.

De acuerdo con Morabia, Alina tenía el don de convertir situaciones simples y básicas que se daban en reuniones familiares, en historias que contar. Iba haciendo registros escritos de esos encuentros, algunos de ellos quedaron guardados. “Ella nos decía, a mí me gustaría publicar esto y nosotros le decíamos 'saca el tiempo, dedícate a ello”.

Alina Guerrero

Todo cambió el año pasado con su fallecimiento, víctima de un padecimiento de salud repentino.

No solo su familia, también sus amigos cercanos esperaban el momento adecuado para ver qué podía rescatarse de ese proyecto. El momento llegó en enero de este año, cuando la hija de Alina, radicada en el exterior, llega a Panamá para poner orden en cuanto a sus documentos y pertenencias.

“Haciendo limpieza mi sobrina encontró tres manuscritos distintos, y me dijo tía, yo le voy a dejar esto para que haga lo que quiera, ya sea guardarlos o publicarlos”, recuerda Morabia.

Se trataba de un texto casi terminado del anecdotario, una novela y la historia de su familia. “Me senté a leerlo todo y me sorprendió que estaba prácticamente completo. El documento estaba impreso pero tenía algunas correcciones y anotaciones. En algunas partes se establecía hasta quién debía escribir el prólogo. Analicé por unos días y me decidí a llamara a Franklin para decirle encontramos esto y queremos saber si estás dispuesto a publicarlo”. Bósquez respondió que sí inmediatamente. Ya para ese momento contemplaba, junto con el periodista y académico Rafael Candanedo, la posibilidad de rescatar ese trabajo. Morabia tenía el documento impreso, mas no una versión digital. Afortunadamente, esta estaba en manos de Bósquez, lo que hizo más sencilla la tarea.

Franklin Bósquez

Arrancó así el proceso de revisar y leer todas las anécdotas por el tema de ortografía, redacción y contratar una imprenta.

De tesis de grado a libro

Corría la década de 1980 y el gobierno militar que regía en Panamá estableció una Junta Técnica de Periodismo que era la que reglamentaba y manejaba la ley 67. esta establecía quienes eran idóneos para ejercer la profesión de periodistas. Tanto Guerrero como Bósquez tenían título de relacionistas públicos, mas no de periodistas aunque ejercían. “La junta técnica empezó a molestar a varias personas, pero particularmente a nosotros dos porque decía que no éramos idóneos. En ese momento el 90% de los que ejercían el periodismo no tenía título”, recuerda Bósquez.

En busca de esa idoneidad llegó el momento de hacer una tesis de grado. Decidieron hacer un proyecto en conjunto en el que consultarían a periodistas del país, no las noticias que habían publicado, sino cómo lograron llegar a esas noticias. Su profesor asesor fue Luis González, profesor emérito de la Universidad de Panamá. El proyecto además de novedoso resultó llamativo. Desde entonces, esperaba la oportunidad de convertirse en una publicación.

Partiendo del manuscrito hallado, se rescató lo posible, algunas cosas, cuenta Bósquez, no se recuperaron. Las tareas fueron repartidas para recabar las biografías de los periodistas que ofrecieron sus anécdotas. El periodista Fernán Molinos fue encargado, por deseo de Alina, de escribir el prólogo. El libro cuenta también con unas palabras de los periodistas Rosendo Majano, Juan Zamorano y Nubia Aparicio, personas muy cercanas a Alina Guerrero.

El diseño gráfico y el trabajo de edición y maquetación cayó en manos de personas que en algún momento tuvieron una relación profesional con Alina. “Así es que además de contar con muy buenos profesionales en su campo, el trabajo también se hizo con el cariño de los amigos. A lo largo de todo el proceso, los hermanos y demás familiares de Alina estuvieron pendientes de todos los detalles.

Para los primeros días de abril el material había tomado rumbo hacia una imprenta en Colombia. El 15 de mayo estaban los ejemplares impresos en Panamá.

“Decidimos esperar a que su hija estuviese en el país para que pudiese asistir. Por eso esperamos a mediados de julio”, dice Morabia.

La presentación

Correspondió a Franklin Bósquez relatar cómo había surgido la idea del anecdotario y por qué habían hecho este documento.

“El trabajo recoge 42 anécdotas que vienen de la década del 50 hasta finales del siglo XX. ¿Quiénes son los periodistas? Hay una muestra aleatoria”, dice Bósquez. “Hubo periodistas que no recordaban lo que habían dicho, porque pasaron 30 años. “Es una obra curiosa, distinta, son relatos cortos sobre las habilidades que usan los periodistas para lograr sus objetivos, sus intereses, las penurias que pasan, los peligros, los insultos… lo que nos toca hacer todos los días, porque uno no se detiene. El periodista que se echa a dormir no es periodista”, afirma.

Rafael Candanedo tomó la palabra, más que para referirse al libro, para hacer un homenaje y un recorrido por las diferentes etapas de su relación de amigo y colega con Alina Guerrrero y los proyectos profesionales y gremiales en los que participaron ya fuera el la Asociación de corresponsales de prensa extranjera, el Forum de periodistas, el Consejo Nacional de Periodismo, el Colegio Nacional de Periodistas. Y también hubo anécdotas, algunas publicadas en el libro, otras, todavía por registrar.

“Esto que hemos hecho es por ella, para hacerle un homenaje. Teníamos que hacerle un reconocimiento y pienso que la obra es interesante de leer y quienes más deben leerla son los estudiantes de periodismo, porque son cosas que no se enseñan en la escuela de periodismo como el manejo, los trucos para producir reportajes... uno tiene que desarrollarlos con habilidades y con ingenio”, reconoce Franklin.

“Para mí, ha sido un bálsamo de paz entre tanta tristeza y tanto dolor a raíz de su muerte. Esto me ha ayudado a procesar el duelo a enfrentarlo, no fue fácil pero el trabajo de editar y publicar este primer libro me ha ayudado muchísimo a atravesar ese proceso”, admite Morabia, quien ha quedado con algunos pendientes que dejó Alina.

“Estoy trabajando en el texto de la historia familiar, probablemente me va a tomar lo que resta de este año y la mitad del próximo. El de la novela está un poco más atrasado, porque ese texto va a haber que levantarlo, pero ya se encontrará el momento para hacer esas dos publicaciones”, asegura. “Vamos a completar ese trabajo que ella dejó hecho, yo soy solo un instrumento para completar algo que está prácticamente listo. Haciendo honor y un homenaje a su vida seguimos adelante”.

Por su parte, Bósquez y Nubia Aparicio asumirán la tarea de seguir recopilando anécdotas para editar un segundo volumen y a largo plazo, quién sabe, completar una enciclopedia de anécdotas de periodistas en el que Alina Guerrero siempre tendrá en cargo de editora emérita.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus