Un buen estudiante, tranquilo y algo introvertido, que fue monaguillo y empleado en un supermercado antes de alcanzar la fama. Esos son algunos retazos...
- 11/10/2022 00:00

Cuando empiezas a tener momentos negativos casi todo el tiempo, cuando uno se ahoga en un dolor sin explicación o el miedo a lo que pudiera pasar es constante, posiblemente estos sean los episodios más comunes de la ansiedad. Pero de acuerdo con los expertos esta va más allá, porque un episodio de ansiedad también “te bloquea, empiezas a notar que el cerebro y tu mente no funcionan correctamente y es ahí cuando aparecen las taquicardias, temblor en los párpados, hormigueo en las piernas, adormecimiento en los brazos... en fin, toda esta tensión inicial se convierte en incontrolable, y eso puede provocar un ataque de pánico. Estas personas se convierten en vulnerables. La ansiedad es esa sensación de tensión interna de que algo va mal o va a salir mal, pero no es así, provocando de esta manera síntomas físicos y psicológicos muy severos e incontrolables”, así lo explica Marian Rojas Estapé, médica psiquiatra y escritora española, en una entrevista con la periodista Melania Montano para el diario El País y BBVA.
De acuerdo con Rojas, quien es también investigadora en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, “el 90% de las cosas que nos preocupan, nunca jamás suceden. Pero, nuestro cuerpo y mente lo viven como si fuera real”.
“Por ejemplo, en pandemia hemos vivimos un acontecimiento psicológico brutal, la intoxicación por cortisol, la hormona del estrés, la cual se activa en momentos de amenaza, miedo e incertidumbre, porque la mente y el cuerpo no distinguen una amenaza real de una imaginaria. En ese sentido, el cerebro es nuestro mejor aliado contra el estrés y por ende la ansiedad”, reconoce la psiquiatra.
Asegura que la pandemia nos ha dejado tocados en muchos aspectos y uno de ellos es las relaciones humanas. “Ha cambiado completamente cómo nos relacionamos unos con otros. Estamos más desconfiados y al acercarnos a alguien lo primero que mide la mente es si esa persona está o no vacunada, tiene anticuerpos, va con mascarilla o sin ella”, explica Rojas.

Para la psiquiatra, “todo ser humano del siglo XXI tiene primero una pregunta relacionada con la pandemia, mas no se preocupa en preguntar ¿cómo estás? ¿cómo te encuentras? ¿cuántas ganas tenía de verte? o lanzarse a darte un abrazo lleno de emociones, eso significa que nuestros recursos y herramientas a la hora de acercarnos a los otros se han modificado”, señala.
A su vez, reconoce que las personas tardarán mucho tiempo para llegar a lo que llamamos normalidad, porque los circuitos neuronales dedicados a las relaciones entre las personas, todas esas vías de escape, las que “nos ayudan a ser felices se nublaron por casi dos años y nos hemos intoxicado de cortisol, por lo tanto eso nos afectó demasiado como seres humanos con depresión y ansiedad”.
Por ejemplo, la oxitocina, la hormona de los abrazos, estuvo inactiva por casi dos años. “Y es que en pandemia todo aquello que nos hacía sentir bien, como es el abrazo, el contacto con los demás, el reir, relajarnos, salir de casa, entre otros, se nos fue negado, porque nos introdujeron el miedo al contagio de covid y es por ello que hoy hay más depresión y ansiedad en las personas (niños, jóvenes, adultos), subraya la experta española.
Según explica Rojas, la ansiedad se puede dar por circunstancias externas, por ejemplo, vivir en plena pandemia o tener un trabajo estresante. Pero también puede tratarse de algún rasgo de la personalidad. “Comprender, gestionar y reconducir son clave para atajar la ansiedad y conseguir el bienestar”.
La doctora Juana Herrera, psiquiatra y directora del Instituto Nacional de Salud Mental (Insam), reconoce que la salud mental después de la pandemia ha cobrado una importancia relevante en todos los ámbitos públicos y privados institucionales y no gubernamentales, porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado que la gran carga de trastornos mentales que había antes de la covid aumentó, y después de la pandemia las cifras rondan los 500 millones de personas afectadas (300 millones de personas con trastornos depresivos y 270 millones de personas con ansiedad).
“Hablamos de la importancia de tener una salud integral para ser productivos tanto para la familia como para la comunidad, la empresa, pero para lograrlo hay que tener un equilibrio entre la salud física y la salud mental-emocional, para que la persona pueda ser capaz de darse cuenta de sus habilidades, destrezas y sobre todo de lo que puede aportar al desarrollo de todo el entorno que le rodea y en especial, al desarrollo del país”, enfatizó la psiquiatra Herrera.
Kidda Lucas, psicóloga de la policlínica Manuel María Valdés de la Caja de Seguro Social (CSS) en San Miguelito, explica que debido a la complejidad que caracteriza la sociedad actual, el ser humano es afectado en su condición biológica, psicológica y, por tanto, en su relación social. En este sentido, es fundamental entender que la salud mental es tan importante como la salud física.
Reconoce también que una situación que ha venido profundizando la condición psicológica de las personas actualmente es la pandemia, como un factor de incidencia social, que ha impactado a la gente; le aumenta cada día su grado de estrés y su permanencia en el tiempo ha producido un desgaste mental, incidiendo en el surgimiento de otras enfermedades sobre las que no tienen mayores controles y que tienden a empeorar cada día.
La psicóloga destaca que para los efectos de la atención, hay líneas de ayuda que pueden ser a través de las policlínicas que tienen personal especializado para brindar esa atención. En la policlínica Manuel María Valdés hay un equipo de profesionales de primera línea en materia de atención de salud mental.
Advierte que hay que comprender que existe mucha resistencia, y sobre todo la estigmatización en el aspecto atinente a la salud mental.
“Hay que reconocer que la sociedad es cada vez más flexible, sin embargo, hay que continuar creando conciencia sobre la atención de la salud mental, sobre todo en pandemia”, insiste Lucas.
El paciente debe ser exhortado a buscar atención especializada y en nuestra policlínica se cuenta con un equipo especializado compuesto por enfermeras de salud mental, trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó recientemente la campaña #HazTuParte para apoyar la salud mental, la cual busca frenar el estigma y la discriminación que experimentan las personas con problemas de salud mental, y promover interacciones positivas que mejoren la búsqueda de ayuda. Según estudios, los estereotipos, los prejuicios y las conductas discriminatorias hacia las personas con problemas de salud mental son comunes.
A través de mensajes en las redes sociales, la campaña #HazTuParte invita a romper el silencio, compartir historias y tener una charla abierta y honesta “sobre cómo están realmente las personas”.
“Cuanto más hablamos de nuestra salud mental, más nos acercamos a reducir el estigma que la rodea”, afirmó Renato Oliveira e Souza, jefe de Salud Mental de la OPS. “Y cuando el estigma disminuye o desaparece, buscar y recibir apoyo es más factible”, agregó.
Un estudio publicado en la revista The Lancet estimó que los trastornos depresivos y de ansiedad aumentaron 35% y 32%, respectivamente, en 2020 en América Latina y el Caribe debido a la pandemia.
“Recuperarse de las condiciones de salud mental es posible para la mayoría de las personas si reciben la atención necesaria”, destacó Oliveira e Souza. “Para eso, los profesionales de la salud deben asegurar un entorno seguro y brindar una atención de calidad, inclusiva y sin etiquetas”, agregó.
El Día Mundial de la Salud Mental se conmemoró ayer como un recordatorio de que la salud mental es un derecho humano fundamental.
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