Walter Riso: 'La obediencia ciega lleva a la destrucción'

Actualizado
  • 26/11/2022 00:00
Creado
  • 26/11/2022 00:00
El escritor y doctor en psicología habla sobre temas de fondo como la identidad, el autoconocimiento, el impacto de las 'fake news', la comunicación en redes sociales, y su último libro donde plantea un coqueteo a la 'insubordinación'
Walter Riso, doctor en psicología, escritor y conferencista

El escritor y doctor en psicología Walter Riso sabe muy bien de los lugares en los que florece lo más dulce y amargo del ser humano. Reconoce la luz y la oscuridad, en un mundo en el que “apenas estamos controlando y descubriendo las emociones que tenemos, que a veces son muy perversas y a veces muy maravillosas”. Con una treintena de obras publicadas y traducidas a 20 idiomas, Riso está convencido de que el autoconocimiento es clave para validar la propia identidad frente a las presiones sociales.

Durante una entrevista con Espacio Gente, el autor de Atrévete a ser quien eres aunque no gustes detalla cómo cada experiencia de su ejercicio profesional le ha mostrado el “autosaboteo” común del ser humano, el mismo que afecta la calidad de las relaciones interpersonales.

También analiza los retos de la comunicación en un mundo cada vez más digitalizado, el impacto de las fake news, y su último libro, donde plantea un coqueteo a la “insubordinación” porque “la obediencia ciega lleva a la destrucción”.

'Atrévete a ser quien eres, aunque no gustes' es un libro que busca reencontrar al lector consigo mismo y con la capacidad de reafirmar sus creencias. En él, usted plantea textualmente una “insubordinación psicológica”, ¿por qué?

Realmente en un libro así, uno debería apuntar a quitar muchos paradigmas. Estos cuatro aspectos del libro son ataduras que descubrí: tengo muchas horas de consulta, casi 50 mil horas; pero en las últimas 5 mil quise ver a pacientes que yo daba de alta y encontrar qué tenían en común, porque noté que tenían una mejor calidad de vida, y descubrí cuatro cosas que, socialmente son muy mal vistas, ellos las tenían y las usaban de un modo socialmente aceptable. Esos paradigmas que rompían eran crear una insubordinación hacia ellos mismos, porque era romper, negar, rebelarse contra las creencias que les habían inculcado. La primera es que los demás son más importantes que tú. Y eso para mí fue un peso durante la niñez, porque pensaba que yo era menos que las demás personas. Después aprendí que no es que yo fuera más importante, sino que soy tan importante como los demás. El hecho de que tengas que mirar tanto hacia afuera hace que te olvides de mirarte a ti mismo, entonces pierdes autoconocimiento. La primera atadura que rompieron estas personas fue con la gente que está afuera; hicieron un giro casi copernicano del yo hacia dentro, entonces ya no te tienen que validar los de afuera, te tienes que validar tú. Mirar hacia fuera es necesidad de aprobación.

¿Cuáles son las creencias falsas que sacude esta obra?

Hay modelos de autoridad en las relaciones interpersonales a los cuales yo debo respetar siempre a cualquier costo, aunque me aplasten. Esos modelos de autoridad pueden ser muy malos o pueden ser muy buenos; nosotros tenemos el culto a la obediencia y pensamos que obedecer está bien... Quizá para un niño obedecer a la mamá está bien, pero para un adulto como tú o como yo obedecer no es siempre la mejor salida y pongo investigaciones, ejemplos, porque a veces hay que desobedecer ¿a quién? Principalmente a uno mismo. Esto lo logras pensando: si no es dañino para ti ni para nadie, y no viola los derechos de los demás. Esa desobediencia tiene que estar al servicio del crecimiento personal y del bienestar propio y comunitario, porque las investigaciones muestran que la obediencia ciega lleva a la destrucción. Erich Fromm, un humanista y psicólogo decía en uno de sus libros que la humanidad empezó con un acto de desobediencia, hablando de Adán y Eva; y se va a terminar por un acto de obediencia, que es que alguien va a poner el dedo en el clic que no tiene que poner porque le dijeron. Cuando ya eres adulto, la obediencia la eliges tú, entonces es tu elección cuando dices sí y cuando dices no.

Parece que la digitalización nos ha llevado a valorar mucho más un 'like' que las propias convicciones, ¿cómo rompemos esta pared de la modernidad?

Entendiendo que no tenemos que ser como la mayoría. No tenemos por qué seguir la moda; que la moda te siga a ti.

Un hecho es que el 'yo' va quedando socialmente subordinado, ¿cómo aprendemos a ser inteligentemente desobedientes?

Uno ya no construye su 'yo', ahora lo construye el grupo. Si tú pones tu 'yo' sobre la mesa o un adolescente pone el 'yo soy' sobre la mesa, tenemos un gueto de 20, 50, 100, 200 personas construyendo entre todos, pero eso es identidad personal, lo tiene que construir uno mismo. Entonces, ¿qué pasa con esos guetos? Si entra una persona diferente a ese grupo, la sacamos, y al excluir lo distinto, lo que haces es eliminar el debate y si no hay debate, no hay crecimiento. Estamos en una época donde el debate ha desaparecido. Entonces, es aceptar al otro con la diferencia que el otro tenga y en la medida en que empiezas a interactuar con personas distintas, sin asustarte, eliminando el miedo a la diferencia, entonces ya la validación empieza a ser tuya.

¿Qué es la cultura de la interiorización? Algo de lo que ha hablado en algunas entrevistas.

Es el autocuidado o el crecimiento personal. El desarrollo de la libre personalidad que está en todas las constituciones, en la de Panamá también; eso implica que desarrolles autoconocimiento. Si no te conoces, no puedes hacer nada; si no sabes tu autobiografía, si no sabes el vector interior que te dirige y para dónde vas, quién eres, de dónde vienes... si no tienes conciencia de tus creencias más profundas, de tus principios, de tus valores; si no sabes si estás en tu vocación o no, si no sabes qué pagarías por hacer, si no sabes qué es el amor, si has estado enamorado o no, si te han maltratado psicológicamente en el amor o no, si no sabes de ti, pues entonces, ¿cómo vas a cuidarte? ¿Cómo vas a avanzar en la vida? El desarrollo de la libre personalidad parte del autoconocimiento. Entonces no estamos en una cultura de la interiorización, porque siempre el consumismo, la televisión y todo lo demás nos obligan a mirar hacia afuera.

Y en esta época de 'fake news', ¿en dónde ha quedado el pensamiento crítico?

El pensamiento crítico cada vez es menos porque implica hacer algo que la cultura misma prohíbe: dudar. Ahí empieza el pensamiento crítico, pero la gente que duda se nos dice que es insegura; la persona que quiere crecer, lo primero que tiene que hacer es dudar de sí misma, revisarse. Sí, existe una duda retardataria que es la duda del susto que te frena, pero hay una duda progresista que es la duda del que investiga, la duda del curioso, del que se asombra. Si uno no duda está muerto o es un computador. Entonces el pensamiento crítico empieza por la duda y por la revisión constante de la información que te llega con una sola idea que la verdad existe, porque en la posverdad la opinión es una verdad, sin embargo la verdad no es un punto de vista, están los hechos, hay una evidencia empírica y puede que no sea la verdad absoluta, pero sí nos podemos aproximar a la verdad. En la posmodernidad, el relativismo ha llevado a que cualquier cosa pueda ser cierta, en ese contexto uno se vuelve supremamente vulnerable a pensar que cualquier información que llegue sea tomada como verdadera. Entonces la gente se vuelve ingenua y la ingenuidad es peligrosa porque te pueden manipular muy fácil, hay que ser más malicioso.

Durante la pandemia presentó el libro 'Más fuerte que la adversidad', como una propuesta para afrontar el confinamiento. Para Walter Riso, el ser humano, ¿qué fue lo más complejo durante estos dos años?

Me tuve que enfrentar a cosas muy personales, que para mí eran complicadas, porque justo en esa época mi señora se lastimó la columna y quedó inmovilizada; también tenía que entregar un libro y ese libro que tenía que entregar tenía multa, si no lo entregaba. El libro que entregué fue precisamente Más fuerte que la adversidad, y entonces me tuve que multiplicar por mil para escribir y yo no estaba acostumbrado. También aprendí cosas, por ejemplo: aprendí a volver prescindibles cosas que yo creía imprescindibles y algunas cosas que eran valiosas dejaron de serlo. Uno descubre cosas en una situación límite, ahí está el verdadero cambio. El cambio duele, la transformación duele, cuando un paciente va a la consulta no quiere la cura; quiere alivio porque la cura duele. Otra cosa que creo que nos sirvió, es que nos acercó al tema de la muerte y también nos quitó mucha arrogancia de encima.

El acceso masivo a la información a través de los canales digitales nos hace muchas veces inmunes, a un bombardeo desmedido de contenidos. Hay muchos temas sensibles como la migración, la corrupción, la pobreza propia de nuestra región. Me parece interesante conocer su opinión sobre el manejo responsable de la prensa y el consumo crítico por parte de las audiencias.

A mí no me preocupa solamente lo de las plataformas digitales, a mí me preocupa la prensa en general, pero no porque no crea en la prensa, me parece que sí es el quinto poder y son las personas o son los grupos que tienen que estar atentos contra cualquier abuso del poder. Yo me pregunto si un periodista debe ser objetivo o debe decir desde qué punto de vista habla... yo creo que debe decir desde dónde habla; por ejemplo, en un tema tan difícil como el aborto, si yo soy provida, yo puedo decir que mi opinión la doy desde mi posición de provida, no esconderla. También, esto de las redes no podemos pararlo, ya es imposible, las plataformas van a seguir estando porque a veces la gente lo que hace ahí es sacar su lado más perverso en el anonimato: los insultos, las barbaridades que se dicen, las expresiones de racismo, xenofobia, de aporofobia es impresionante; entonces yo creo que tiene que ser una cuestión de aprendizaje social y compromiso. Creo que a los niños hay que enseñarles eso desde chiquitos; yo pondría materias obligadas sobre respeto y autorrespeto, porque cuando yo te estoy insultando a ti, me estoy irrespetando a mí mismo, ya que los dos somos humanos y si yo ataco tu humanidad ataco la humanidad de todos, pero eso es educación. La prensa también debería entrar a un estado de responsabilidad porque toma partido, y está bien que tome partido, pero no puede mentir. Entonces si dijéramos que uno en la red no puede mentir, pues nadie entra a las redes, es que ahí sale el otro 'yo' y el anonimato, aunque también puede salir el amor, pueden salir otras cosas. Apenas estamos controlando y descubriendo las emociones que tenemos y que a veces son muy perversas y a veces muy maravillosas. La plataforma es una muestra de lo que es la mente humana.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus