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Justicia social, esencial para superar la crisis económica
- 09/02/2023 00:00

Las condiciones inhumanas de trabajo son un problema que aún no tiene solución. El trabajo forzoso, la esclavitud y el trabajo infantil son solo tres de las muchas situaciones que quedan por resolver en la lucha por el empleo digno para todos.
Ante este panorama, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) propone la justicia social, como un pilar para combatir el desempleo.
La desaceleración económica de 2023 es una realidad que se hace cada día más palpable. Esta no ha hecho más que empeorar las condiciones actuales de cientos de empleos en más de un sector y obligando a los colaboradores a exponerse a empleos inhumanos para poder subsistir.
Además de esto, entre crecientes estadísticas del desempleo hasta los altos niveles de inflación y costo de la vida en distintas partes del mundo, parece no haber soluciones ante la recesión o la falta de derechos básicos en los puestos de trabajo.

Según el informe 'Perspectivas sociales y del empleo en el mundo' de la OIT, donde se ahonda en las tendencias del mundo laboral para este año, se concluye que las diferentes crisis en el mundo, incluyendo guerras, así como crisis climáticas y alimentarias, influyen negativamente en la generación de nuevos puestos de trabajo.
Los conflictos geopolíticos como las actuales tensiones entre Ucrania y Rusia, los desastres naturales o fenómenos meteorológicos extremos como las sequías o las inundaciones y la falta de políticas que se ajusten este tipo de situaciones, así como otros eventos de riesgo, han llevado al descenso de empleos a niveles sin precedentes desde octubre del año pasado.
Sin embargo, Gilbert F. Houngbo, el presidente de la OIT, sugiere que no todo está perdido. Aunque gran parte de negocios y empresas se mantienen luchando contra las repercusiones de la actual depresión económica, apunta a la cooperación mutua y la búsqueda de justicia social como los dos pilares principales de la recuperación.

Y es que, a primera vista, la justicia social parece un concepto ajeno a la crisis económica que se vive hoy en día, sin embargo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dejan claro que una relación entre ambos elementos, específicamente en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 8 juega un papel fundamental.
Según Houngbo, asegurarnos de que existan condiciones de trabajo decentes debe ser la base para combatir la desaceleración económica.
Además, 'Perspectivas sociales y del empleo en el mundo' plantea que solamente el año pasado se calculaba que 214 millones de trabajadores alrededor del mundo vivían en situación de pobreza extrema, sin mencionar que 2000 millones de personas en el mundo tiene trabajos informales que no les permiten el acceso a los derechos de trabajador establecidos en los códigos de trabajo de cada país.
Estas estadísticas demuestran la importancia de luchar contra la injusticia y la falta de derecho con relación al trabajo, especialmente si se quiere acabar con la desaceleración económica, que oprime y pone en riesgo social a diferentes grupos de la población.
“Las normas laborales, las políticas de empleo, la protección social y el diálogo social son más importantes que nunca. De hecho, el trabajo decente es fundamental para todas nuestras vidas y va mucho más allá del lugar de trabajo. Es el camino para salir de la pobreza y un elemento central del desarrollo sostenible”, argumentó el presidente de la OIT en su bitácora online en el sitio web de la organización.
Por su parte, el ODS 8 propone la creación de políticas que estén orientadas al desarrollo de las actividades productivas y se enfoquen en la creación de puestos de trabajos éticos que tengan como ejes el emprendimiento, la creatividad y la innovación.
A su vez, este objetivo requiere crear medidas que sean enérgicas en la eliminación del trabajo forzoso así como la esclativud, la trata de personas y los niños soldados en todas sus formas.
Para alcanzar estas metas es importante el trabajo en conjunto de todos los sectores de la sociedad. Actualmente, existen múltiples iniciativas de justicia social privadas y gubernamentales dedicadas a la erradicación de las condiciones de trabajo indignas para adultos y niños. Estos esfuerzos en conjunto parecen estar dando resultados, un ejemplo de esto es Panamá.
Desde el año pasado el Ministerio de Trabajo (Mitradel) y Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), vienen desarrollando la Red de empresas contra el trabajo infantil. De acuerdo con la OIT, no solo fue el istmo en poner en práctica esta estrategia, también podría ser el primer país en erradicar completamente el trabajo en menores de edad.
“Cuando pensamos en justicia social, pensamos en equidad, en igualdad, en tener los medios -y el derecho- a una vida digna. El trabajo digno es clave para la justicia social, pues abre un mundo de posibilidades en materia de alimentación, salud, educación y un medio ambiente seguro y limpio.”, también destacó Gilbert Houngbo.
Más allá de proveer condiciones laborales dignas, el cumplimiento del octavo ODS es fundamental para revitalización económica y resolver problemas como la inequidad de ingresos, el bajo acceso a la protección social, las injusticias del trabajo forzoso o aliviar la situación de informalidad, la cual no permite a los trabajadores independientes formar parte del diálogo social en cuanto a los derechos de los trabajadores.
Queda claro que la crisis laboral que se vive de manera global no es solamente por el desempleo, factores como el mal remunerado trabajo informal, la esclavitud laboral, entre otros no permiten erradicar los niveles de pobreza y a su vez estanca el desarrollo.