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Radiografía de Netflix: sudor y sangre de Aaron Hernández
- 04/02/2020 19:30
Su nombre hoy resuena con fuerza y el drama que rodeó sus dos últimos años de vida, ha quedado inmortalizado en una producción de Netflix. Aaron Hernández y el quiebre de sus días de gloria en el fútbol americano, reposan hoy en una serie documental que reconstruye a partir de amigos y testigos, las sombras que llevaba a cuestas la joven promesa de la NFL.
‘El asesino oculto: En la mente de Aaron Hernández’ - en una primera temporada de tres episodios, de 60 minutos cada uno, estrenada el 15 de enero - ha despertado el interés de la mirada internacional hacia un caso cargado de drama.
No solo se trata de los hechos que rodearon su suicidio en la celda que ocupaba, a los 27 años - tras ser declarado culpable de homicidio - sino de un enemigo silencioso: la Encefalopatía Traumática Crónica, CTE (por sus siglas en inglés), enfermedad que le fue diagnosticada post mortem luego de que su cerebro fuera donado a la Universidad de Boston para labor de investigación y que hoy la ciencia reconoce como el padecimiento de muchos boxeadores y jugadores del fútbol americano.
En el audiovisual Ann McKee, experta en neurología de la Universidad de Boston, asegura que Hernández tenía un deterioro inusualmente extenso en los lóbulos frontales del cerebro, que son críticos para el juicio y la toma de decisiones. "No podemos justificar su comportamiento con la patología, pero lo que sí podemos decir es que los individuos con esta enfermedad tienen dificultades para controlar los impulsos y tomar decisiones, además de ataques de ira y volatilidad emocional”, dijo.
De hecho, en 2017, un estudio publicado en el Journal of American Medical Association reportó que en una muestra de 202 jugadores de fútbol americano fallecidos, como parte de un programa de donación de cerebros, el CTE fue diagnosticado neuropatológicamente en 177 jugadores en todos los niveles de juego (87%), incluidos 110 de 111 ex jugadores de la Liga Nacional de Fútbol (99%).
El informe de la revista médica norteamericana concluye tímidamente que “en una muestra de conveniencia de jugadores de fútbol fallecidos que donaron sus cerebros para investigación, una alta proporción tenía evidencia neuropatológica de CTE, lo que sugiere que el CTE puede estar relacionado con la participación previa en el fútbol”.
En las redes sociales el producto de Netflix ha sido demoledor. La crítica reconoce la profundidad de la historia, su fuerza y la posible vinculación del deporte estrella en los Estados Unidos, con una enfermedad que sigue de pie, tras el telón.

Hernández, reclutado por los New England Patriots en un momento exquisito para su carrera, fue arrestado el 26 de junio de 2013 en su domicilio debido a la presunta relación con el asesinato del jugador semiprofesional Odin Lloyd. Según medios estadounidenses, en su residencia se encontraron restos del arma homicida, huellas digitales y pruebas contundentes. El 22 de agosto de 2013, fue acusado del asesinato y el 14 de abril de 2015, tras dos años de juicio, fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
La madrugada del 19 de abril de 2017 fue hallado colgado en su celda del Centro penitenciario Souza Baranowski de Shirley en Massachusetts, días después de que se le declarara inocente de otros cargos que tenía en su contra.