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- 10/09/2022 00:00

Las tortugas marinas, además de jugar un papel importante en los ecosistemas en los que se encuentran, también ayudan al mantenimiento de los hábitats que utilizan, tanto terrestres como marinos, lo que las coloca como fuentes de promoción para el turismo nacional e internacional.
Desde hace varios años en Panamá, diferentes organizaciones ayudan a la conservación y rescate de tortugas marinas a través de viveros, actividad que el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) viene apoyando también como parte del proyecto “Fortalecimiento de las acciones de protección, conservación y manejo sostenible de tortugas marinas en comunidades costeras del Pacífico y Caribe de Panamá”, ejecutado por la Dirección de Costa y Mares de esta entidad.
De hecho, en 2021 se llevó a cabo la construcción de un vivero para la protección de nidos de tortugas marinas en un área cedida por la Universidad Tecnológica de Panamá en Punta Chame, provincia de Panamá Oeste, junto con residentes del complejo Playa Caracol con apoyo de la Policía Ambiental, Rural y Turística y el Servicio Nacional Aeronaval Senan).
Marisol Ayola, directora regional de MiAmbiente, reconoció que este proyecto es sumamente significativo porque desde hace dos años ha estado haciendo patrullajes en esta playa con apoyo del Senan y ahora con la Policía Ambiental Rural y Turística, lo que ha contribuido a que esta zona sea considerada sitio importante de anidación y a la vez un atractivo turístico.
Según Ayola, este proyecto será un modelo para otras comunidades, y de esta manera aporta en la protección y conservación de “nuestros recursos vulnerables”. “Tenemos que ser sensibles ante las amenazas que estos recursos enfrentan y colaborar en su manejo”, dijo Ayola.
La novedad es que este año la entidad gubernamental construyó otro vivero de tortugas marinas pero está vez en playa Paraíso, en el área de Caño Ciego, dentro del área del Parque Nacional Portobelo, provincia de Colón.
El lugar, que tiene capacidad para 130 nidos de tortugas marinas, busca reproducir nuevos neonatos en un espacio seguro y así conservar estas especies que se encuentran amenazadas.
Guardaparques y unidades de la Policía Ambiental, Turística y Rural se encargarán de las labores de patrullaje, control y vigilancia en la zona. Además, realizarán monitoreos de los nidos, hasta el desarrollo de los huevos y eclosión de los neonatos (embriones), para su posterior liberación al mar.
Enrique Untie, propietario del predio donde fue instalado este vivero, manifestó su entusiasmo al aportar en la conservación de estos quelonios y así evitar en la medida de lo posible la depredación y el saqueo de los huevos de los nidos durante la temporada de anidación, una de las mayores amenazas de las tortugas que llegan a esta playa a desovar.
Entre las tortugas que albergará este vivero están la carey (Eretmochelys imbricata) y la tortuga verde (Chelonia mydas).
De acuerdo con los expertos, el turismo responsable de avistamiento de tortugas ha supuesto grandes beneficios para su conservación y el desarrollo de las comunidades locales. Las poblaciones de tortugas sufrieron un importante declive debido a la pérdida de hábitats y a la captura indiscriminada, sin embargo, en los últimos años se ha notado una recuperación de las siete especies de tortugas marinas que existen en el mundo, y de las que en Panamá hay cinco especies como la tortuga lora o golfina (Lepydochelys olivacea), tortuga carey (Eretmochelys imbricata), la tortuga verde (Chelonia mydas), canal o baula (Dermochelys coriacea), caguama o boba (Caretta caretta).
Jóvenes estudiantes de la licenciatura en biología del Centro regional Universitario de Colón (CRUC) también resaltaron que la creación de este vivero es muy importante para su formación como profesionales, ya que el sitio cuenta con una gran variedad de fauna silvestre, como guacamayas, monos tití y aulladores.
Además, destacaron que esta zona es de suma importancia para estudios científicos y monitoreo de otras especies que hay en este vivero y que forman parte del Parque Nacional de Portobelo.
Actualmente el Parque Nacional Portobelo cuenta con 35.929 hectáreas, de las cuales 22,4% es área marina y el resto corresponde al entorno terrestre. En ella se encuentran las fortificaciones que rodean la ensenada de la bahía de Portobelo que fueron declaradas Patrimonio Mundial Cultural por la Unesco en 1980. Este parque fue fundado en el año 1976.
Es a través del voluntariado que de una forma más activa se puede ayudar a proteger las tortugas marinas. Tanto instituciones públicas como privadas se han unido y cuentan con varios programas, que incluyen la rehabilitación y liberación de tortugas heridas.
Lo otro es que muchas empresas se han unido a la limpieza de playas y de los océanos, a fin de evitar lo más posible que estos reptiles mueran por la contaminación de las aguas.