Azúcares: un consumo controlado y larga vida

Actualizado
  • 24/11/2022 00:00
Creado
  • 24/11/2022 00:00
Al controlar la ingesta, es posible prevenir el sobrepeso, las caries, la diabetes y el aumento de los triglicéridos en sangre, así como lograr cambios positivos a nivel energético, físico e incluso emocional
El bajo consumo de azúcar es uno de los factores que podría prevenir el sobrepeso, las caries, la diabetes y aumento de los triglicéridos en sangre.

La salud no solo depende de ejercicios físicos, sino también de llevar una buena alimentación para mantenerse bien. En Panamá, por ejemplo, la mayoría de la población no sigue una dieta balanceada (diferentes tipos de alimentos, en cantidades adecuadas, a fin de que el cuerpo obtenga suficiente energía y nutrición), sino que incorpora en sus comidas altos niveles de azúcares como gaseosas, jugos, bebidas carbonatadas, pasteles o donas, lo que ha provocado el desarrollo de diferentes enfermedades que perjudican el diario vivir.

Para concienciar a las personas acerca de la cantidad de azúcar que se debe consumir como parte de la dieta alimenticia diaria, cada año, en la tercera semana de noviembre, se celebra la Semana de Concienciación sobre el Consumo de Azúcares.

El bajo consumo de azúcar es uno de los factores que podría prevenir el sobrepeso, las caries, la diabetes y el aumento de los triglicéridos en sangre. Además, el azúcar provoca cambios a nivel energético, físico e incluso emocional, por lo que, si controlamos la ingesta, estaremos consiguiendo avances positivos en el bienestar. Así lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su estudio 'Ingesta de azúcares para adultos y niños'.

En este estudio el organismo recomienda una ingesta reducida de azúcares libres a lo largo de toda la vida. Estos contribuyen a la densidad calórica general de la dieta y pueden promover un equilibro calórico positivo. Igualmente sugiere que tanto adultos como niños reduzcan la ingesta de azúcares libres a menos del 10% del valor energético total (VET).

El estudio también detalla que los azúcares añadidos incluyen los monosacáridos y los disacáridos, más los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes, los jugos de frutas y los concentrados de jugos de frutas, que forman lo que se conoce como azúcares libres, los cuales tienen efectos similares en el metabolismo.

Según especialistas, los hábitos alimentarios se desarrollan entre la niñez y la adolescencia, por lo que es un período importante para crear y modificar patrones saludables de alimentación.

Según Susana González, nutricionista dietista en la Caja de Seguro Social (CSS), en Panamá la población escolar está “altamente afectada” por problemas de peso y obesidad.

González destacó que es importante que tanto niños como adultos aprendan a leer la etiqueta nutricional de los productos que compran. “Esto ayuda a conocer mejor lo que va a consumir el escolar, si se trata de una buena elección para su dieta o si se aconseja su consumo moderado”.

La especialista indicó que “cuando las personas tomen el hábito de leer la etiqueta nutricional, se darán cuenta de que ciertos alimentos que se creía eran saludables, no tenían la composición más sana”.

“Los hábitos alimentarios se desarrollan entre la niñez y la adolescencia, por lo que es un período importante para crear y modificar patrones saludables de alimentación, gracias a las interacciones entre el desarrollo cerebral y la influencia del entorno. Estos hábitos se mantendrán en la adultez y de ahí la importancia de favorecer hábitos saludables”, detalló la nutricionista.

Según González, en las policlínicas de la CSS hay expertos en nutrición que brindan apoyo al paciente y promueven los hábitos saludables en la población, mediante el consumo de varios alimentos esenciales en la dieta, y de esta manera reducir el consumo de azúcar y así prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Entre las recomendaciones, la experta invitó a las madres a que empiecen a leer las etiquetas nutricionales que tiene los productos que diariamente llevan los niños para la merienda.

“Los azúcares escondidos son todos aquellos que se ingieren a través de productos elaborados, también conocidos como productos industrializados, entre ellos: jugos, bebidas, cereales y galletas. La ingesta de los azúcares en un niño debe ser, como máximo, cinco cucharaditas por día. El alto consumo de azúcar en los niños provoca diabetes, una enfermedad que se produce cuando el nivel de azúcar en la sangre es demasiado alto”, explicó.

Alimentación saludable

Para tener una buena salud, según detalló la nutricionista Margorie Montenegro, es necesaria una alimentación proporcionada que disponga de 30 a 40 calorías por kilogramo de peso, y esas calorías deben ir distribuidas entre los macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas), donde cada uno de ellos tiene un porcentaje.

En los carbohidratos es preciso consumir entre 50-55% calorías, en cuanto a las grasas entre 25-30% de calorías y las grasas de 10-15% máximo. Y es importante resaltar que la persona debe tomar de 2 a 3 litros de agua al día, consumir fibra: vegetales, frutas y verduras, en cantidades de 20-25 gramos todos los días.

Montenegro también recomendó que a los niños que empiezan con alimentación complementaria no se le agregue sal ni azúcar, ya que estos tienen papilas gustativas muy sensibles, y lo más recomendado es que se coloque el punto de sal y azúcar cuando tengan dos años de vida y así evitar enfermedades en la adultez.

Aseguró que ha tratado a diferentes pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, hipertensión arterial y pacientes con sobrepeso. “Vienen con un patrón de salud alimenticio no saludable y a la vez tengo pacientes que saben cómo controlar su azúcar, realizan actividades físicas y aprenden a llevar una buena alimentación”, dijo.

En la Semana de Concienciación sobre el Azúcar, que se realiza en todo el mundo, se dictan charlas de sensibilización y conferencias en instituciones educativas, sanitarias, y en las comunidades acerca del impacto negativo en la salud del consumo de azúcar.

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