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- 10/09/2023 00:00

Cortes prime, al término deseado: solomillo, picaña, entraña, New York, Rib eye, y para aquellos con más apetito, un Cowboy, Porterhouse o el Tomahawk; bueno, también se pueden compartir. Los acompaña de unas papas fritas, una ensalada de vegetales, puré de papas, champiñones con chimichurri, coles de bruselas o un mac and cheese y si desea, lo baña con una de las salsas a elegir: chimichurri, queso azul, alioli de parmesano y ajo, pimienta, barbacoa con bourbon y melaza o siracha teriyaki.
Los cortes al grill son la especialidad de The Grill House, en el hotel Santa María Luxury Collection. Pero no se trata de la única oferta, que se extiende a una variada cocina de autor con platillos de entrada, especialidades, sopas, ensaladas, pescados y postres.
El restaurante, con un acogedor salón y una terraza abierta con vista a la cancha de golf, atiende a huéspedes y visitantes para el servicio de la cena.
Decidimos sentarnos en la terraza, aprovechando la música en vivo de un trío de jazz.
Para abrir el apetito, un pan de la interesante selección que ofrece la casa: aceitunas y hongos y pesto y piñones fueron los elegidos, para acompañar con la cremosa mantequilla casera, seguido de un amuse bouche de esquites gratinados, una mini croqueta de zapallo y atún en un rollo de zuchini. La dulzura del maíz, la crocancia de la croqueta y la frescura de los greens y el zuchini hacen una excelente combinación.
Para las entradas, nos decantamos por un tiradito de cobia panameña sobre ají chombo, aguacate y nuez de marañón. Destaca inmediatamente la frescura del pescado y la forma en que los sabores del resto de los ingredientes se diferencian: el aguacate, presentado en filetes enrollados, el tomate cherry y la cebolla.
También pedimos una albóndiga The Grill con carne angus, chicharrón y jamón serrano con una generosa salsa de tomate especiada, queso y albahaca.
Para el plato fuerte, degustamos una de las especialidades: el Cordero sin cuchillo; paletilla deshuesada, cocinada a baja temperatura durante 24 horas, terminada a la leña con un puré de camote ahumado, acompañado de cebollas perla y zanahorias rostizadas en miel y sal. El sabor del cordero es muy delicado y su textura es muy suave. De allí el nombre del plato. El puré de camote lo acompaña divinamente.
También pedimos un New York, al punto. Probamos el chimichurri y la salsa de pimienta. La carne no necesita de ninguna salsa, pero es un gran complemento. El chimichurri tiene una intensidad moderada. La salsa de pimienta no opaca el sabor de la carne. Acompañamos con una ensalada de vegetales muy colorida y fresca. El aderezo es cremoso y dulzón.
Para finalizar, pedimos un postre para compartir -dos hubiese sido demasiado, aunque la carta da para un pensamiento pecaminoso. Nos decantamos por un café de Boquete: mousse de chocolate, gianduja y gelee de seco Herrerano servido en una cafetera tradicional de espreso. El postre es congelado con nitrógeno, lo que da la impresión de recibir una cafetera humeante. Aunque su contenido es muy frío, no dejamos de sentir todo el sabor de una taza de café.