El venado está en peligro hace seis millones de años

Actualizado
  • 14/11/2014 01:00
Creado
  • 14/11/2014 01:00
Los restos de venado fueron hallados en tres lugares arqueológicos

Una nueva investigación del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian (STRI, por sus siglas en inglés) revela que el venado cola blanca pudo haber empezado a extinguirse hace seis siglos y no durante los últimos años como se ha estado creyendo hasta el momento.

La investigadora María Fernanda Martínez dijo en una entrevista con el diario La Estrella de Panamá que los restos fósiles y arqueológicos de dos especies de venados recientemente encontrados en tres sitios diferentes del país, que datan de hace unos seis millones de años, los llevó a concluir que los primeros pobladores fueron quienes comenzaron a acabar con las poblaciones de venado en el Continente Americano.

Los restos de venado fueron hallados en tres lugares arqueológicos, dos en la bahía de Parita (sitio Sierra y el cerro Juan Díaz) y uno en el Archipiélago de las Perlas (en la isla Pedro González), en climas muy distintos.

‘Creemos que los pobladores llegaron allí por mar hace unos cinco o seis siglos, vivieron allí y acabaron con los venados de esos lugares. Luego estas tierras se quedaron un tiempo desocupadas y más tarde fueron habitadas por otras personas que ya no encontraron venados’, subraya la investigadora del STRI.

Agrega que los restos eran de venado de diferentes tamaños y géneros ( Manzama y Odocoileus virginianus ), por lo que consideran que el ambiente atmosférico y el tipo de vegetación con que se alimentan ha influido en la diversidad de tamaños que existen actualmente en todo el mundo.

LAS AMENAZAS

Explica que a diferencia de Europa, donde el venado todavía es abundante, en Centroamérica y Suramérica, está considerado en peligro por la caza ilegal y la destrucción de su hábitat, por lo que muchos gobiernos han implementado estrategias para proteger la especie.

En Panamá, por ejemplo, desde el año de 1980, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM) lo tiene incluido en el Apéndice II de su lista de especies de la fauna silvestre endémicas en peligro de extinción y requiere de especial atención.

Según estudios de la Universidad de Panamá (UP), en nuestro país la especie está mejor esparcida en el área central y occidental del sector del Pacífico. En la mitad oriental se extiende, según parece, solo hasta la región de Bayano. En los bosques del área de Canal habita especialmente en las áreas protegidas.

Mario Arosemena, docente del departamento de Ciencias Ambientales de la Escuela de Biología e investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Biodiversidad de la UP, dijo en una reciente entrevista con este diario que la falta de planificación urbanística y vial en las zonas aledañas a los parques nacionales representa una de las más serias amenazas para estos mamíferos.

En el caso de las construcciones viales, explica que muchas carreteras se construyen en medio de los parques nacionales donde habitan los venados y otras especies; y aunque se construyen pasos subterráneos para que puedan pasar de un lado para el otro, muchos se arriesgan a cruzar las calles y mueren atropellados o se ven obligados a vivir en espacios reducidos o a migrar. Arosemena considera que muchas vías de animales no cuentan con la altura suficiente y que sería ideal se le consultara a los expertos antes de construirlas.

UNA ESPECIE DIFÍCIL DE RECUPERAR

En cuanto a las formas para rescatar la población del venado cola blanca, Martínez indicó que en su opinión sigue siendo un misterio, puesto que aunque hay evidencias de que los primeros habitantes del istmo pudieron haberlo criado en cautiverio, en nuestros días la estrategia no ha dado buenos resultados y la especie continúa en declive.

Según ella, el problema para reproducirlo mediante dicha técnica (cautiverio), implementada ya con otros animales, está en que se trata de una especie difícil de tratar y que para lograrlo probablemente se requiere de espacios boscosos más abiertos e investigaciones más profundas, ya que actualmente los estudios que existen son muy escasos y carecen de información sobre su forma de vida. Añade que de lo que sí se tiene conocimiento es que es un animal muy sociable, que requiere de grandes extensiones boscosas para desarrollarse y alimentarse, y que tiende a acercarse donde hay cultivos de maíz, por lo que muchos campesinos han tratado de tenerlo cerca con estos sembradíos.

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