Los misterios del animal más grande del planeta

Actualizado
  • 31/05/2015 02:00
Creado
  • 31/05/2015 02:00
Los investigadores sospechan que una posible zona de reproducción de las ballenas azules chilenas podría ubicarse en una zona conocida

La ballena azul, una de las especies en mayor peligro de extinción, supone todo un misterio para la ciencia que apenas comienza a desvelarse de la mano de un equipo de científicos chilenos que está descifrando por dónde migra y se reproduce el animal más grande del planeta.

El rorcual azul (Balaenoptera musculus), que llega a superar los 30 metros de longitud y las 120 toneladas de peso, ha sido avistado en el océano Índico, el Antártico, el Pacífico Noreste y Suroeste (Chile y Perú) y, más excepcionalmente, en el Atlántico Norte.

Conocer dónde se alimenta, viaja y se reproduce es clave para paliar las amenazas que mantienen en la lista roja de las especies al borde de la extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a este espectacular cetáceo que, al respirar, emite ‘géiseres' de agua de hasta 12 metros de altura.

TRAS LA PISTA

Y eso trata de responder con su equipo Rodrigo Hucke, ecólogo marino de la Universidad Austral de Chile, que lleva veinte años estudiando este rorcual desde su pequeño despacho plagado de figuras de ballena azul de todos los tamaños, aunque ninguna tan grande como la que lleva tatuada en su brazo izquierdo.

‘El viaje migratorio de la ballena azul en el Pacífico Sudeste es desconocido, en Estados Unidos están muy estudiados sus movimientos entre California y Alaska, y en la zona Antártica australiana también, pero en Chile apenas poseíamos información', explicó Hucke a EFE .

Para obtenerla, los científicos marcan ballenas azules en el mar de Chiloé desde 2004 con trasmisores satélite que permiten ubicar con una precisión, de entre 50 y 100 metros, la localización del animal, la profundidad a la que nada y la temperatura del agua.

Para instalar el trasmisor, que cuesta $4,000 y no siempre acaba clavado ‘como una espina' en la piel grasa, los científicos se acercan en zodiac a la ballena y disparan el aparato con forma de jeringa con un lanzador de aire comprimido.

Si hay buena puntería ‘la espina' puede aguantar en la piel hasta un año, aunque lo normal es que se acabe cayendo a los tres o cuatro meses.

RESPALDO ECONÓMICO

Lograr fondos para esta investigación es uno de los quebraderos de cabeza de Hucke, quien en 2004 los recibió de la Universidad Estatal de Oregón (EE.UU.), para marcar cinco ejemplares; el presupuesto en 2013 para unos siete ejemplares y en 2015 para otros siete (recién instalados), vinieron de la organización ecologista WWF.

Pero, ¿qué dicen esas líneas sinuosas de diferentes colores, que trazan los desplazamientos de los individuos marcados en los mapas del Pacífico Sur, que el biólogo revisa continuamente en su ordenador?

Entre otras cosas, indican que las ballenas ‘chilenas' ascienden hasta las islas Galápagos cuando el invierno arrecia en el hemisferio sur y se acercan hasta una zona marina conocida como el Domo de Costa Rica, donde los investigadores sospechan que podría ubicarse una zona de reproducción, tanto para ellas como para las del Pacífico Norte.

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LO QUE DICEN LOS ESTUDIOS

El declive de la especie podría estar dándose por el cambio climático

Apenas quedan 222 ejemplares de esta población de la ballena azul, en la Antártica.

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