El plástico, principal agresor de los ecosistemas marinos

Actualizado
  • 18/09/2019 16:20
Creado
  • 18/09/2019 16:20
Cada año, 13 millones de toneladas de plástico se filtran en los océanos, lo que provoca, entre otros daños, la muerte de 100 mil especies marinas

Décadas de un uso excesivo de plástico  han llevado a una catástrofe ambiental mundial.

El plástico es recurrente en el uso de la vida diaria: en los envases para guardar comida, para embotellar sodas y agua; en vasos, platos y cubiertos; en la pasta de dientes, en la ropa y en algunos jabones. El 90% de los desechos que flotan en los océanos son plásticos. 

Actualmente, 13 millones de  toneladas de plástico se filtran en los mares cada año, lo que provoca, entre otros daños, la muerte de 100 mil  especies marinas, alertó la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Los desechos plásticos impactan la fauna marina. Las especies pueden ingerirlos o terminar enredadas en bolsas o botellas, lo que puede ocasionarles lesiones o incluso la muerte”, explicó Tania Arosemena, de la fundación Mar Viva. Los plásticos afectan la vida y la productividad de los ecosistemas marinos y costeros, entre ellos los manglares, arrecifes de corales y playas arenosas, agregó Arosemena.

A pesar de que se supone que la mayoría de los plásticos quedan intactos durante décadas o siglos después de su uso, los que se deterioran acaban convirtiéndose en microplásticos, y los peces y otros animales marinos acaban consumiéndolos; pasando de esta manera a la cadena alimentaria mundial, según  información de la ONU.

El plástico, principal agresor de los ecosistemas marinos.

  La presencia de los microplásticos en las aguas no sólo pone en peligro a los animales (peces y moluscos) que los ingieren, sino también a los humanos que consumen estos alimentos. “Pescado que te comes o que se convierte en harina o incluso productos que se usan para alimentar otros animales que terminamos consumiendo los humanos”, señaló  Jessica Young, gerente de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Los plásticos no se biodegradan, sino que se fotodegradan con la luz solar, desintegrándose en trozos cada vez más pequeños hasta convertirse en microplásticos”, indicó Young .

Los microplásticos son partículas pequeñas de menos de cinco milímetros que resultan de la desintegración de los desechos de plásticos. Incluso, pueden llegar a ser más pequeñas y alcanzar las 0.1 micras (más pequeño que el diámetro de un cabello), son nanopartículas. “Se estima que por lo menos 51 millones de partículas de microplástico se encuentran en los océanos”, continuó Young.

Cuando hay fuertes lluvias, en Panamá, los plásticos van directamente a las costas y mares procedentes de los ríos. Alrededor de 480 toneladas diarias de basura llegan al mar, la mayoría plásticos arrastrados por las corrientes, advirtió la Asociación Marea Verde Panamá, a través de su cuenta de Twitter.

El país, sin embargo, ha dado un paso importante en aprobar una nueva legislación que regula el uso de bolsas plásticas y que se espera contribuya a la reducción del uso de este material.

En enero de 2018, se sancionó la Ley 1, que prohíbe el uso de bolsas plásticas en los establecimientos comerciales   A partir del 20 de julio de 2019, la restricción empezó a regir en supermercados, autoservicios, almacenes minoristas y comercios en general. En enero de 2020, se ampliará a almacenes y mayoristas, según la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco).

Contaminación en la bahía de Panamá.

 Además, la Asamblea Nacional discute también una iniciativa para regular el uso del poliestireno expandido, un plástico conocido en Panamá como foam, que se utiliza principalmente como envase de comida.

Las leyes y las políticas públicas son fundamentales para reducir la contaminación por plásticos en los océanos. Young considera que en alianza con el sector privado se debe impulsar una transformación de la economía para evitar la acumulación de desperdicios plásticos.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 apunta a la “producción y consumo responsables”, que se puede lograr promoviendo soluciones a lo largo de las cadenas de valor para que estas sean sostenibles en el tiempo.

La educación y las campañas de sensibilización ciudadana también son importantes para adoptar una cultura del consumo más ecológica que reduzca la huella ambiental de cada persona, basándonos en las tres “R”: reducir, reutilizar, reciclar. Y rechazar el plástico de un solo uso, concluye la gerente del PNUD.

El plástico, principal agresor de los ecosistemas marinos
Los ODS y los ecosistemas

De la preservación de los ecosistemas marinos depende que haya pesca en un futuro y vida marina que garantice la supervivencia de los corales y los manglares.

Los manglares cubren más de 1,700 kilómetros cuadrados de la costa de Panamá (el más extenso de Centroamérica). El cuidado de estos ecosistemas es clave para enfrentar la crisis climática y minimizar el riesgo de desastres.

Los ecosistemas marinos y terrestres no pueden pasar desapercibidos en las economías nacionales y mundiales porque desempeñan un papel importante en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La naturaleza es esencial para alcanzar el Objetivo 6, relativo al agua: tres de cada cuatro personas dependen de los bosques para obtener agua potable.

Así mismo, es esencial para el Objetivo 1, relativo a la pobreza; y el Objetivo 8, relativo al trabajo decente: cinco de cada siete personas dependen de la pesca, los bosques o la agricultura para su sustento.

Por supuesto, también para el Objetivo 14, sobre ecosistemas marinos. Es esencial también para alcanzar el Objetivo 13, relativo a la acción climática: el 38% de nuestras necesidades de mitigación del cambio climático se pueden satisfacer a través de soluciones basadas en la naturaleza.

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