¿Por qué es verde el árbol de Navidad?

  • 23/12/2022 00:00
Los arbolitos de Navidad y el color verde asociado con ellos son las tradiciones de la fecha mejor preservadas, pero ¿cuál es su historia de origen y llegada a América Latina?
Los árboles de Navidad se utilizaron por primera vez en Estados Unidos durante la Revolución Americana.

En las colecciones digitales de la Biblioteca Nacional de Agricultura del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de América se encuentra un artículo titulado “Los árboles de Navidad”. Dentro del mismo está explicado que los árboles de Navidad se utilizaron por primera vez en Estados Unidos durante la Revolución Americana, cuando los soldados hessianos mitigaban con ello su nostalgia.

Los hessianos, según la enciclopedia libre digital Wikipedia.org, eran auxiliares mercenarios alemanes del siglo XVIII contratados para el servicio paramilitar por el Gobierno británico, que consideró más sencillo destinar dinero a pagar por su servicio que reclutar soldados propios. Estos mercenarios recibieron su nombre del estado alemán de Hesse-Kassel, de donde provenía el mayor contingente de sus fuerzas. Los británicos contrataron tropas hessianas para combatir en diversos conflictos del siglo XVIII, pero se les asocia con mayor frecuencia con sus esfuerzos bélicos en la guerra de Independencia de Estados Unidos, siglos XVIII-XIX.

De allí que, al ser extranjeros, transmitieran sus tradiciones en medio de una festividad tan “hogareña” como lo es la Navidad. Sin embargo, cabe la pregunta, y ¿cómo nace en Alemania la tradición que importaron los soldados hessianos?

En el sitio digital de History.com se expresa la respuesta a esta pregunta al narrar que “mucho antes de la llegada del cristianismo, las plantas y los árboles que permanecían verdes todo el año tenían un significado especial para las personas en invierno”, es por eso que los pueblos antiguos colgaban ramas de hoja perenne sobre sus puertas y ventanas, porque en muchos países se creía que los árboles de hoja perenne mantendrían alejadas a las brujas, los fantasmas, los malos espíritus y las enfermedades.

Esta tradición de usar el color verde se remonta al uso simbólico de los árboles de hoja perenne en el antiguo Egipto y Roma, y continúa con la tradición alemana de los árboles de Navidad a la luz de las velas que se trajeron por primera vez a Estados Unidos en el siglo XIX.

Las tradiciones navideñas en América Latina tiene su origen en la colonización de Portugal y España, quienes trajeron consigo sus tradiciones religiosas

Narra el sitio de History.com que los antiguos egipcios adoraban al dios Ra, que tenía la cabeza de un halcón y llevaba el sol como un disco en llamas en su corona, y para celebrarlo durante el solsticio que llega con Ra, los egipcios llenaban sus casas de juncos verdes; esta tradición se cree que evolucionó a través de los primeros romanos, quienes marcaron el solsticio con una fiesta llamada Saturnalia en honor a otro dios, Saturno, el dios de la agricultura. “Los romanos sabían que el solsticio significaba que pronto las granjas y los huertos serían verdes y fructíferos. Para conmemorar la ocasión, decoraban sus hogares y templos con ramas de hoja perenne”.

Nuevamente, la tradición evoluciona y se esparce en el norte de Europa, donde los druidas, sacerdotes de los antiguos celtas, incorporan la decoración a sus templos con ramas de hoja perenne como símbolo de la vida eterna, y dan a los vikingos de Escandinavia un significado a la hoja perenne de los árboles al establecer que eran la planta especial del dios del sol, Balder.

A lo largo de la historia queda plasmado que el verdor de las hojas perennes está asociado a “un bienestar de salud mental”, dado que indistintamente de lo crudo que pueda ser el invierno en el norte de Escandinavia el verdor de las hojas transmite la misma sensación de bienestar que experimentaban los egipcios al celebrar la llegada del solsticio de verano.

¿Y cómo pasamos de hojas perennes a árboles de Navidad?

Según la plataforma digital History.com, se le atribuye a Alemania el inicio de la tradición del árbol de Navidad, cuando los cristianos devotos transformaron la tradición de verdor a introducir “dentro” de sus hogares, a partir del siglo XVI, árboles verdes con decoraciones; aquí las colecciones digitales de la Biblioteca Nacional de Agricultura del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de América, señala que Martín Lutero, el reformador protestante del siglo XVI, fue el primero en agregar velas encendidas a un árbol, para recrear el brillo de las estrellas que titilaban en el cielo sobre los árboles de hoja perenne. Y recreó las estrellas en un árbol de hoja perenne en la dentro de su casa con velas encendidas en sus ramas. Un dato curioso es que las velas atribuidas a Lutero se transformaron en luces, porque a los asistentes de Thomas Edison se les ocurrió la idea de las luces eléctricas para los árboles de Navidad.

En cuanto a los adornos, iniciaron con pequeños mechones de algodón de algodón, palomitas de maíz y arándanos, y fueron evolucionando a flores, réplicas de comestibles, adornos de madera y todo tipo que “replique la gloria de la naturaleza: en un pequeño árbol de hoja perenne con velas encendidas”.

Latinoamérica y Panamá

Las tradiciones navideñas en América Latina tienen su origen en la colonización de Portugal y España, quienes trajeron consigo sus tradiciones religiosas, de allí que la mayoría de la población de América Latina es católica y la fusión de su cultura existente con el catolicismo ha hecho que las tradiciones navideñas de América Latina sean únicas, incorporando el árbol de Navidad, los pesebres, las piñatas, los villancicos y las comidas navideñas.

Volviendo al árbol de Navidad, es probable que así como España y Portugal influyeron en las Américas y sus tradiciones, Alemania y Estados Unidos hayan influido en la adquisición de la tradición de los árboles de Navidad.

Un ejemplo de esto es el caso de Sudamérica, específicamente en Chile, donde los alemanes migraron a partir del año 1845 debido a la ley de inmigración selectiva, que benefició a familias provenientes de estados pertenecientes a la entonces llamada Confederación Germánica.

Los alemanes apoyaron en el desarrollo de las tierras del centro y sur de Chile al tener climas similares que les permitieron radicarse en lugares como Frutillar, Puerto Varas, Osorno y Valdivia, así pues, trajeron sus tradiciones con ellos. Este puede ser el caso de cómo Panamá adquirió la tradición del árbol de Navidad, pues mantiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos de América, desde 1890, año en que se tiene el primer registro de la estación de caudales de río Chico, en la cuenca alta del Canal de Panamá, aunque en ese entonces Panamá pertenecía a Colombia.

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