Las contradicciones de la humanidad

Actualizado
  • 22/05/2014 02:00
Creado
  • 22/05/2014 02:00
¿Por qué acogemos pensamientos tan rígidos, pero al momento de actuar manifestamos otra conducta? 

‘Las personas que viven los principios morales han percibido sus beneficios y por eso se esfuerzan en seguirlos’, apunta Eugenio Rodríguez, un obispo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, al expresar su opinión acerca del gran rechazo expresado a través de una encuesta del Centro de Investigaciones Pew a prácticas como el aborto, la infidelidad, las relaciones entre solteros, entre otras.

El líder religioso indica que, aunque a simple vista se ve que muchos toman como normal algunas de estas conductas, los que tienen la disposición de cumplir con lo que se resume en los diez mandamientos son testigos del gozo que esto otorga. Y aun cuando no siempre se practiquen estos enunciados, la mayoría conoce que acogerlos en sus vidas sería lo ideal y entienden que son garantía de más felicidad y mejor convivencia social.

Lo sostenido por Rodríguez explica por qué un alto porcentaje de los encuestados muestra intolerancia a las prácticas citadas, pese a que puede que sí hayan caído en alguna de ellas. Entonces es cuando quedan en evidencia las contrariedades de la conducta humana.

Se podría pensar que hoy en día hay más infidelidad que años atrás, mas el psicólgo Carlos Pavel considera que eso es difícil de determinar. Puede ser que ahora hay más libertad para platicar del tema. Aunque en sociedades muy conservadoras como la nuestra —indica el psicólogo— muchas personas tienen en la doble moral una válvula de escape. Esto sí es un tema de preocupación —continúa diciendo— pues muchas personas, al no actuar en directa consecuencia con su pensar, pueden generar reacciones diversas, desde profunda culpa hasta una negación del propio comportamiento que raya en lo patológico.

PUNTOS DE VISTA

Para Aix Odette Ríos, una joven administradora de empresa y esposa, el tema de la infidelidad es inaceptable, indistintamente de dónde venga (ya sea de la mujer al hombre o viceversa). Incluso considera que debería ser catalogado como violencia. En cuanto al aborto, esta joven esposa no es tan radical; ella estima que hay que considerar muchos factores antes decir si es correcto o incorrecto interrumpir un embarazo.

Migdeliz Duarte, otra joven esposa, es más lineal en su consideración y pone a Dios como la principal razón. ‘Bíblicamente, Dios no acepta ninguna. Cada quien tiene su criterio, pero cuando nos enfocamos en nuestra vida espiritual nos damos cuenta qué agrada a Dios y qué no. Dios nos dice todo me es lícito, pero no todo me conviene’, agrega la dama.

LA MORAL

Las contrariedades de la conducta humana siguen siendo un misterio. Esto tiene que ver con el sistema moral en el que hemos sido formados. El psicólogo Pavel plantea que los seres humanos desarrollamos la moral progresivamente, según la teoría que la sostiene. Al principio, desde los 4 años de edad hasta aproximadamente los 11 años de edad, la conducta es guiada por una autoridad externa (padres, maestros, policía, Dios). Básicamente, actuamos para ganar recompensas o evitar castigos.

A eso de los 12 años —sigue explicando— nos rige una moral evaluada en términos de que el comportamiento sea valorado o complazca a otros. A medida que nos acercamos a la adolescencia, empezamos a tener mayor preocupación y conciencia social, empezamos a considerar que lo correcto es obedecer la ley y la norma, creyendo que la misma garantiza el bien entre los seres humanos.

‘Posteriormente, en niveles más avanzados de desarrollo moral, aparece una moral pensada y regida por los propios códigos éticos y valores. Se empieza a valorar el bienestar de la mayoría. El ser humano que alcanza los niveles más elevados de conciencia moral logra entender por sí mismo y a conciencia, basado en sus propios elementos éticos, la diferencia entre el bien y el mal, y en base a esto toma sus decisiones’, concluye el especialista.

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