Dilema entre sanación y adicción

Actualizado
  • 14/07/2014 02:00
Creado
  • 14/07/2014 02:00
Los centímetros que dividen los beneficios y los daños que provoca la marihuana se acortan cada segundo

La última reunión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la que se trató el tema fue a finales del mes anterior. Allí se reveló que al menos, un millón de panameños, entre 15 y 64 años, ha consumido alguna vez Cannabis sativa , droga mejor conocida como marihuana.

Se cree que gran parte de ese porcentaje (el 37 por ciento de la población), ha consumido con fines recreacionales, sin embargo existe un reducido grupo, del que no se tiene cifra exacta, que la ha utilizado para fines terapéuticos, apelando a las propiedades analgésicas de esa planta alucinógena.

‘Efectivamente, lo que se habla de la marihuana es cierto. Alivia muchos malestares, principalmente los dolores, aunque también aumenta el apetito y controla algunos estados de ansiedad que son el resultado de varias patologías clínicas’, ha confirmado Daniella Emiliani, psiquiatra de la Clínica Psicológica de la Universidad Católica Santa María La Antigua.

Emiliani asegura que el efecto alucinógeno que logra la planta en el ser humano al ser consumida, hace que llegue a un estado de éxtasis a tal punto que siente alivio de algunas dolencias.

‘Es un calmante, realmente, no ataca la enfermedad. De hecho los países en donde es legal medicarla, únicamente, se les da a los pacientes terminales o de edad avanzada, con el objetivo de que su enfermedad sea más llevadera’, explica la psiquiatra.

La Cannabis Sativa alberga un componente químico que recibe el nombre de Tetrahidrocannabinol (THC), cuando la planta es fumada o consumida en algún alimento, ese componente viaja rápidamente por la sangre hasta llegar al cerebro, donde la esperan millones de receptores cannabinoides.

‘El THC va a encajar perfectamente con estos receptores y logrará controlar las partes del cerebro que regulan el movimiento, memoria, aprendizaje y funciones cognitivas superiores, en caso de estar afectado por los síntomas de alguna enfermedad, probablemente pueda mitigar las molestias’, ha explicado el químico panameño Luis Javier Trejos, al tiempo que ha afirmado que ‘esto no desplaza de ningún modo la potencial adicción que puede traer el consumo de esa sustancia psicotrópica’.

Pocas ciudades en América han regulado el uso de la marihuana como sustancia médica, poniendo en una balanza los beneficios curativos que posee y los altos niveles de adicción que provoca el consumo.

En Panamá el tema no se toca. Los gobiernos y las autoridades médicas evaden las preguntas relacionadas a una regulación o efectos de consumo, pero ya algunos laboratorios internacionales ha sintetizado los componente de la planta y han creado píldoras para atacar síntomas de varias enfermedades.

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