La insuficiencia cardíaca y el impacto económico en la salud pública

Actualizado
  • 04/03/2020 00:00
Creado
  • 04/03/2020 00:00
Expertos señalan que esta dolencia desangra el sistema de salud porque en lo que más se gasta es en las hospitalizaciones. Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y falla renal. Las recomendaciones son la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno

La insuficiencia cardíaca (IC) también llamada 'insuficiencia cardíaca congestiva' se produce cuando el músculo del corazón se debilita o se endurece para llenarse, por lo que no bombea sangre de forma eficaz. Esto se debe, generalmente, a afecciones como presión arterial alta, diabetes mellitus tipo 2, obesidad, insuficiencia renal crónica o la enfermedad de las arterias coronarias. De ahí, que la IC se convierte en un problema importante de salud pública, hospitalizaciones frecuentes, escasa calidad de vida del paciente y aumento de mortalidad en todo el mundo, señalaron médicos, científicos y especialistas (en cardiología, nefrología y endocrinología), durante el XII Congreso Anual de Cardiología Internacional (Cadeci) celebrado en Guadalajara, México, en donde La Estrella de Panamá fue el único medio panameño invitado.

En Panamá, todos los años se realizan diferentes campañas de prevención en pro del corazón, como la toma de presión y actividades físicas.

La cardióloga e internista Balti Rolón afirmó que la insuficiencia cardíaca es mucho más prevalente en mayores de 65 años y se debe a que la expectativa de vida se ha incrementado en los últimos cinco años, precisamente, gracias a los tratamientos médicos que han revolucionado el mundo de la medicina. “Sin embargo, cada vez más se diagnostican personas con IC porque 'no estamos trabajando en prevención y tampoco estamos combatiendo los factores de riesgo asociados a la hipertensión y diabetes”, comentó la médica especialista.

Aseguró que la mortalidad de pacientes por insuficiencia cardíaca es muy alta ya que, cinco años después del diagnóstico, el 50% de los afectados fallece. “Al día de hoy no existen fármacos que demuestren una disminución de muertes por IC y justamente eso es lo que se busca en este tipo de congresos, “nuevas alternativas terapéuticas para disminuir las muertes por insuficiencia cardíaca”.

Impacto económico de la IC en la salud

Las enfermedades cardiovasculares, renales y metabólicas (como la diabetes) lideran las causas de muerte en todo el mundo, al ocasionar alrededor de 20 millones de decesos cada año, y constituyen una fuerte carga económica al sistema de salud, representando el 80% de los gastos destinados a este fin.

La insuficiencia cardíaca y el impacto económico en la salud pública

“Lamentablemente la IC desangra el sistema de salud porque en lo que más se gasta es en las hospitalizaciones por esta afección y con las nuevas alternativas terapéuticas buscamos que esto disminuya considerablemente”, puntualizó Rolón durante el congreso de cardiología.

En el caso de Panamá, la insuficiencia cardíaca es una realidad y cada día va en aumento, tanto en incidencia como en prevalencia, con alta mortalidad y morbilidad. Según cifras del Ministerio de Salud (Minsa), de las 19 mil 482 personas que fallecieron en 2017, la enfermedad cerebrovascular cobró mil 667 víctimas; mientras que por la enfermedad isquémica del corazón se reportaron mil 623 fallecidos, siendo estas las principales causas de muerte en el país.

Estudios internacionales que realizan evaluaciones epidemiológicas establecen que Panamá, desde el punto de vista de prevalencia, tiene entre 50 mil a 80 mil panameños con alguna patología cardiológica.

Mientras que el costo de carga de este porcentaje de personas se estima en $70 millones anuales. De ese total, $20 millones se gastan en el manejo de la enfermedad y más de $50 millones en productividad, ya que, un paciente con falla cardíaca deja de trabajar debido a las complicaciones que conlleva este mal.

Ante esto, especialistas de diferentes áreas médicas hacen un llamado a que el conjunto de padecimientos sea considerado como un problema que debe abordarse de forma integral y no aislada, desde la prevención, el diagnóstico oportuno y el tratamiento adecuado, para lograr frenar o disminuir el impacto en la población mundial.

Diabetes e insuficiencia cardiaca, una relación bidireccional

Alberto Hegewisch, director médico de AstraZeneca en México, reconoció que padecer diabetes incrementa tres veces el riesgo de enfermedades cardiovasculares y falla renal, por lo que en especial esta comunidad debe de ser diagnosticada y tratada de manera integral, es decir, se debe identificar también si el paciente sufre de algún otro padecimiento correlacionado, y controlar su glucosa, los lípidos, la presión arterial y el peso. Confirmó que uno de los mayores retos que enfrentan los pacientes con diabetes es la forma pasiva en la que se sigue tratando la enfermedad.

Entre el 20% al 40% de los pacientes hospitalizados con insuficiencia cardíaca tienen diabetes. Por ello, los expertos destacaron que las medidas orientadas a mejorar la capacidad de diagnóstico y tratamiento deben llevarse a cabo en el contexto de la atención integral de las enfermedades no transmisibles, porque así se consiguen mejores resultados clínicos.

George Bakris, profesor de medicina del centro médico de la Universidad de Chicago, coincidió en que la diabetes es la causa más común de enfermedad renal en etapa terminal. “En los últimos 30 años se han desarrollado muchas terapias complementarias para lograr el control glucémico y tener un impacto positivo en el terreno cardiovascular. Sin embargo, resultados de ensayos clínicos recientes han demostrado un beneficio significativo de estas nuevas terapias, al reducir el riesgo de muerte por enfermedad renal y cardiovascular”, afirmó.

“Con esto podemos decir que el manejo de la enfermedad renal en pacientes con diabetes tipo 2 puede estar entrando en una nueva era, y refuerza el abordaje integral que debemos pensar para lograr un impacto significativo en estas enfermedades”, apuntó.

Según Hegewisch, a medida que la ciencia va descubriendo la interrelación entre los padecimientos cardiovascular, renal y metabólicos, se busca atender esta necesidad de forma holística. “Parte de nuestro compromiso es contribuir para cambiar el curso de la diabetes en el mundo, a través de la realización de congresos como Cadeci, para educar a médicos y a la población en general con iniciativas como #MásQueGlucosa, que tiene como objetivo abordar de forma integral los padecimientos cardiorrenal y metabólicos.

Esta campaña tiene tres pilares fundamentales: acciones con pacientes, apoyo a la investigación, y en educación para médicos.

En este congreso se actualizaron más de 3,400 médicos en cuanto a los últimos resultados de estudios clínicos que demuestran reducción de riesgo cardiovascular y reducción de progresión de enfermedad renal en pacientes con diabetes. “Tenemos el compromiso de promover la prevención; identificar y trabajar en los factores de riesgo; potencializar el diagnóstico oportuno; acercar las soluciones terapéuticas más innovadoras; crear alianzas e implementar nuevos modelos de acceso que ayuden a abordar de forma integral este conjunto de enfermedades y lograr un beneficio real en los pacientes. Definitivamente, entendemos que la diabetes es mucho más que solo medir la glucosa”, reconoció Hegewisch.

Campañas en Panamá

Con miras a mejorar la atención y consecuentemente la calidad de vida de las personas afectadas con IC, en Panamá se creó desde hace tres años la clínica de Fallas Cardíacas del Complejo Hospitalario Doctor Arnulfo Arias Madrid (CHDr.AAM), la cual ha atendido a más de 900 pacientes gracias al equipo multidisciplinario de médicos, fisiatras, psicólogos, nutricionistas, hematólogos, enfermeras, asistentes clínicas y demás personal de salud.

La insuficiencia cardíaca y el impacto económico en la salud pública

Con la creación de la Clínica de Fallas Cardíacas las rehospitalizaciones disminuyeron en un 22%, lo que representa un ahorro significativo en los gastos por paciente en esa entidad de salud pública.

Igualmente, el Minsa diseñó el plan estratégico nacional para la prevención y el control integral de las enfermedades no transmisibles (diabetes, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y cardiovasculares) y sus factores de riesgo durante el periodo 2014-2025.

En 2019, el Minsa inauguró el taller nacional de la iniciativa 'Hearts', con el objetivo de capacitar las siete instalaciones piloto, encargadas de promover mejores prácticas de promoción, prevención y control de las enfermedades cardiovasculares.

Rosario Turner Montenegro, ministra de Salud, aclaró que no solo se aborda el tema desde el enfoque de la prevención y promoción, sino también de mejorar los servicios de salud que se ofertan en las instalaciones.

La titular de Salud expresó que se trata de una estrategia que se viene realizando en todo el país, “porque el modelo curativo que se daba antes hay que romperlo para brindar bienestar a los afectados y a la población en general”.

Entre las recomendaciones invitó a la población a “controlar los factores de riesgo cardiovascular, a partir de los chequeos médicos periódicos e implementar hábitos de vida cada vez más saludables -basados en la práctica regular de actividad física, alimentación equilibrada y variada, no fumar, disminuir el consumo de sal y sobre todo bajar el nivel de estrés diario-, puntualizó Turner.

Realidad mundial
Datos suministrados por la Organización Mundial de la Salud indican que las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo.
La insuficiencia cardíaca y el impacto económico en la salud pública
17,7 millones de personas mueren cada año por ECV. Incluida la enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular. De ese total, el 75% de las muertes se produce en países de ingresos bajos y medios.
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