Visiones y controversias de la corriente 'swinger'

Actualizado
  • 01/10/2020 00:00
Creado
  • 01/10/2020 00:00
Esta práctica consiste en el intercambio sexual consentido entre varias parejas que buscan la novedad, o se consideran más 'abiertas' de mente. Según los expertos, esta forma de vivir el placer no soluciona los problemas en las relaciones

Ya sea por la monotonía, por la ausencia de deseo en la relación o hasta por una fantasía sexual, muchas parejas acuden al sexo swinger, un fenómeno muy conocido, pero del que muy poco se habla.

Esta práctica consiste básicamente en el intercambio sexual consentido entre varias parejas, aunque para algunos se trate de algo intolerable; así lo explicó el psicólogo y psicoterapeuta de parejas Eliécer Pérez.

El experto asegura que en toda relación de pareja hay un mundo de fantasías por descubrir y la modalidad del sexo swinger es una de esas prácticas que realizan aquellos que buscan la novedad o se consideran más “abiertos” de mente.

“En ese caso son muchas las parejas estables que deciden tener relaciones sexuales con otras personas, de forma pactada y conjunta, de tal manera que no existe un engaño, ya que es algo deseado por ambas partes. Dichos actos son realizados en presencia y en el mismo momento y lugar de todos los miembros de cada pareja”, relató Pérez.

Pero, ¿esta práctica y apertura tendrá consecuencias futuras? Para el psicólogo “lo más importante para que este tipo de relaciones funcione es que ambos estén de acuerdo y expongan todas las pautas, hasta llevarlo a cabo con seguridad. De lo contrario, existirá un desequilibrio en la pareja, aparecerán los celos y habrá mucho sufrimiento o problemas psicológicos por parte de alguno de los miembros”.

Una alerta

Por otra parte, el especialista aclaró que este tipo de relación no es la solución a los problemas de pareja, ya que podría impulsar su deterioro o el rompimiento definitivo.

Asegura que las parejas que deseen practicar una relación swinger, deben estar informadas antes de iniciar esta práctica o hablar del tema con un especialista, a fin de evitar cualquier problema en el futuro.

En ese sentido, Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo, explicó al portal Infobae que “llegar a convertir el clásico dueto vincular en un trío, una orgía o un intercambio equitativo con otras parejas requiere de charlas previas, compromiso mutuo y la seguridad de que la opción de compartir la cama con otro, u otros, puede ser una audaz manera de enriquecer el vínculo o de evitar la infidelidad”.

Las pautas del acuerdo de intercambio son estrictas y claras: no compromiso afectivo con las personas invitadas a participar, el uso obligatorio del condón; “el no es no” cuando la persona o la pareja rechaza el ofrecimiento.

“Las personas que acuerdan este tipo de propuesta tienen una buena capacidad para disociar la imagen del otro, al que se ama, acompaña la vida cotidiana y proyectos comunes, para focalizar la atención (y el goce) en ese aspecto del otro que lo recorta casi exclusivamente como sujeto sexual”, agregó Ghedin.

David Barrios, sexólogo clínico, psicoterapeuta y experto en salud sexual, afirma que la sexualidad en el ser humano es tan importante a desarrollar como la inteligencia.

En una entrevista con el diario El Milenio, el sexólogo aseguró que en este plano todo se vale, todo se puede, dependiendo de lo que se quiera experimentar, los gustos y las apetencias. No se trata de promulgarse a favor o en contra de algún consorcio de pareja o de relaciones múltiples, sino de analizar las opciones que existen, preguntar qué le gusta al otro y qué no, decir lo que nos atañe. “Hay personas que entramos a los modelos de pareja abierta hace años y volvimos al esquema tradicional, a establecer contratos de exclusividad, y eso también está bien. No es algo demodé. Se trata de elegir modelos que le funcionen a cada pareja. Efectivamente, a la gente le gusta emparejarse. Este concepto amoroso de intimidad, pasión y compromiso, como lo definió el psicólogo Robert Sternberg, sigue siendo muy válido”, reconoció el escritor del libro En las alas del placer: Cómo aumentar nuestro goce sexual.

Añadió que 8 de cada 10 personas que han tenido pareja estable, reinciden. “Algo tiene que nos jala tanto. No sé si sea un destino manifiesto o una imposición de la cultura, pero nos debe ocupar la reflexión y las propuestas acerca de estos modelos. También por eso publicamos el decálogo de la pareja, porque actualmente estamos reviviendo, reivindicando, reinventando o continuando una institución que, aunque parece en crisis, sigue dominando”, zanjó Barrios.

Origen

Según publicaciones de medios internacionales, esta modalidad no tiene un origen definido, pero la presunción histórica más aceptada es que esta tendencia sexual apareció en Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial (1939 y 1945).

Debido a que los soldados estadounidenses tenían alta probabilidad de morir en el combate, un grupo de pilotos de la fuerza aérea y sus esposas llegaron a aceptar un protocolo de “no fidelidad” en el que el soldado, al no tener la seguridad de regresar a casa, confiaba su familia al compañero de guerra y esto incluía el consentimiento para tener relaciones sexuales con su esposa.

Asimismo, se acepta que un aporte importante al despliegue del fenómeno swinger fueron las comunidades hippies, entre las que se promovía un alto grado de libertad en las relaciones sexuales y de pareja, y se toleraba la infidelidad o lo que se llamaba poliamorío o pareja abierta, donde una persona podía tener más de una relación de carácter sexual alterna a su relación de pareja estable.

La salud sexual, el respeto y la comunicación son clave para el éxito de la relación.

Una tercera versión de los orígenes del swinger la ofrece Daniel Bracamonte, editor de la revista swinger Entrenos –que fue la primera de Sudamérica y edita 10,000 ejemplares mensuales–, afirmó que “la práctica swinger comenzó en Filipinas a mediados de los años 50, cuando los soldados estadounidenses –junto con mujeres que no necesariamente eran sus esposas–, inventaron un juego que consistía en poner dentro de un sombrero las llaves de sus habitaciones, y al azar intercambiaban sus parejas. De ahí que desde 2008, las llaves forman parte de la simbología del movimiento”.

Pese a las diferentes teorías del origen de la relación swinger, para Bracamonte, que es un referente del movimiento, esta corriente sexual corresponde a un fenómeno sociológico: la emancipación de la mujer y el reconocimiento de sus derechos.

La sexualidad, para ejercerla o no, es un derecho tanto de la mujer como del hombre y no existe un sexo destinado a satisfacer las necesidades del otro, afirmó y reseñó que solo cuando “podemos aceptar que somos diferentes y que al mismo tiempo valemos lo mismo por nuestra humanidad, hombres y mujeres podemos aspirar a la equidad, redacto la revista online Mundo Swimger. 

Tanto hombres como mujeres tienen el derecho de disfrutar libremente de su sexualidad, insistió.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus