La resiliencia y el chaleco antibalas del teatro panameño

Actualizado
  • 27/07/2020 00:00
Creado
  • 27/07/2020 00:00
Las problemáticas que persiguen al arte escénico se han redondeado con meses de deuda, tablas vacías y asientos empolvados. Sin embargo, el teatro se cubre con el apoyo de artistas, asociaciones y amantes de este arte universal, continuando con la frente en alto ante las adversidades
El teatro en todos sus estilos nutre la cultura panameña y da un espacio de expresión libre a la juventud.

“Cuando el teatro es necesario, no se necesita nada más”, expresó el director de teatro inglés Peter Brook, y sus palabras no pierden vigencia en un periodo en que el teatro se ve más necesario que antes. Las salas que quizá dábamos por sentadas en tiempos de bonanza, con carteleras llenas y filas de personas esperando sellar sus boletos, son ahora los espacios que extrañamos y recordamos con cariño.

Para recalcar la importancia de la presencia del arte escénico en la cultura panameña, la Ciudad del Saber llevó a cabo la conferencia virtual 'El teatro panameño puesto a prueba' dentro de la programación del evento nacional Trama. En esta actividad, realizada el pasado 24 de julio, participaron figuras expertas en este arte y en la promoción del mismo: Roberto Enrique King (director y fundador del Festival de Artes Escénicas de Panamá), Luis Gustavo Macías (presidente de la Fundación Premios Escena) y Rodrigo Farrugia y Sandy Correa (presidente y vicepresidenta de la Asociación de Teatristas de Panamá Astep), Daniel Domínguez (director nacional de las Artes del Ministerio de Cultura).

El impacto no se ha hecho esperar en el sector cultural, siendo los teatristas un gremio altamente afectado por las limitaciones y el confinamiento propiciados por el coronavirus, pero las adversidades del teatro no son nuevas, sino simplemente aumentadas, como indicó Correa: “Las problemáticas que teníamos presentes antes del brote de la covid-19 se diversifican entre los esfuerzos y costos de producción, altos costos en la parte operativa de las salas de teatro así como los servicios básicos, la falta de promoción del teatro, una gestión reducida de estímulos para el arte teatral y los costos para magnificar nuestro público; esto no es nuevo de un periodo de confinamiento, sino con lo que siempre hemos luchado”.

Para Correa, una de las limitaciones del arte teatral en Panamá es que “no existe una plataforma especializada para la promoción de las obras”, además de no recibir apoyo del sector público –dejando a los productores y dramaturgos alienados en muchas ocasiones–. Por esto, la vicepresidenta de Astep comentó las acciones que se han llevado a cabo para ayudar a los teatristas que han dejado de recibir ingresos, y aquellos que buscan enseñar a otros a través de herramientas digitales en este periodo.

“Se ha desarrollado un enlace del sector teatral con MiCultura a través de Astep, así como la creación de mesas de trabajo con este ministerio y el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), donde se originó una comisión para revisar la nueva ley de cultura y crear políticas públicas de beneficios para los teatristas”, aclaró. “De igual manera estaremos presentes en el conversatorio 'Emergencia cultural en Latinoamérica', donde Panamá será el único país de la región incluido”.

Los esfuerzos de esta asociación para no dejar espacios vacíos para los teatristas, también se extienden hacia tertulias teatrales, webinar y conversatorios a través de sus redes sociales (@atseppanama). Así mismo, comentó el presidente de la misma, Rodrigo Farrugia Jr.: “el teatro panameño está a prueba en la innovación en este sector local. La reinvención de la que todos hablamos solo aplica como herramienta, no como un estilo de negocio teatral. La inmersión digital es una herramienta para llegar a más personas, pero no es la estructura general del teatro ni permite un recurso financiero estable”.

Según la Astep, en 2019 se contrataron casi 2 mil profesionales de este sector.

La Astep lanzó la plataforma digital verteatro.com, donde los usuarios pueden ver obras nacionales o participar en talleres, así como los teatristas pueden subir su contenido y recibir directamente la ganancia del boleto del usuario. Aun con esta herramienta, Farrugia insiste en que será un gran reto lograr pagar las deudas que se siguen acumulando para los dueños de salas de teatros a medida que avanzan los meses. “Hemos extendido una mano amiga a los más de 400 artistas profesionales en Panamá, haciéndoles llegar el bono solidario nacional y dándoles espacios para dar clases, talleres o participar en obras virtuales”, anotó Correa.

Desde el Ministerio de Cultura los aportes también se hicieron presentes de la mano de Domínguez, quien anunció la participación de Panamá en Iberescena, un programa iberoamericano de cooperación para las artes escénicas. El istmo participa activamente de este, junto con otras 16 naciones de la región, proveyendo 50 mil dólares para “ayudas económicas a proyectos de arte escénico gestados principalmente por panameños, lo que forma parte de nuestro programa de apoyo y reactivación económica de las actividades de la industria creativa”.

Para 2020 la convocatoria para las líneas de ayuda de Iberescena estará abierta desde el 15 de junio hasta el 15 de octubre en el sitio web iberescena.org.

Acciones significativas

“La actuación es una profesión que va más allá de lo que se ve en el teatro”, expresó Luis Gustavo Macías, quien preside la Fundación Premios Escena, “por lo que la fundación es un canal que se preocupa por ofrecer capacitaciones y fortalecer sus objetivos para formar un gremios más completo y robusto”. Los premios Escena, uno de los más reconocidos en el sector teatral panameño, ha sido pospuesto para el mes de agosto, preparándose para ser una ceremonia virtual, como explicó Macías.

Sin bajar los brazos, el gremio de teatristas se mantiene a la expectativa de nuevas actividades y de ver lo que depara el futuro de su profesión. “Panamá es un mercado artístico muy pequeño, pero ahora lo más importante es que tengamos un trabajo en equipo”, apuntó el también actor, “juntos podemos lograr mejores cosas”.

Domínguez, por su parte, enfatizó los esfuerzos por “diversificar el arte teatral” como una de las fortalezas en la que se debe enfocar este sector. “En el teatro, la diversidad da la capacidad para fortalecerlo y hacerlo más inclusivo, más robusto y más universal”, apuntó. “Mientras exista alguien que cuente la historia y alguien que reciba el mensaje, el teatro se mantendrá vivo. Es a prueba de balas y puede mantenerse aún en medio de una pandemia, manteniendo siempre el principio democrático”

“El teatro está lleno de historias de resiliencia”, expresó King, director del FAE, haciendo hincapié en la resonancia de la falta de teatro en la sociedad panameña en tiempos de incertidumbre. “Ahora más que nunca debemos defender los derechos de los profesionales de las artes escénicas, y hacer entender que no es un pasatiempo, sino un trabajo estable que une a miles de personas a tiempo completo”, indicó Correa.

Con la creación de la Red de Teatros Privados e Independientes de Panamá, la Astep, junto con MiCultura, dará un nuevo aliento a la unión de dramaturgos, actores y actrices, técnicos y demás profesionales para que abarquen responsabilidades específicas para lograr objetivos a largo plazo. “Actualmente existen 12 salas de teatro privadas e independientes que mantienen sus puertas abiertas todo el año para representaciones artísticas, ensayos, actividades, entre otros, lo que da espacio de esperanza para los teatristas”, agregó.

La falta de concursos de estímulo regional para el teatro panameño constituye una de las problemáticas que retrasan su crecimiento y expansión internacional.

En medio de unas horas llenas de comentarios y planes para hacer que el teatro prevalezca en el istmo, con esperanza de que crezca una vez el confinamiento se levante y los contagios se reduzcan significativamente en Panamá, el panel de expertos concluyó en que hará falta el público panameño y el Gobierno para dar nueva vida al teatro. “Nada es posible sin las personas, pero nada es sostenible sin el apoyo de las instituciones”, puntualizó Farrugia Jr.

“El teatro es el reflejo de la cultura de una sociedad”, concluyó Macías, englobando el nuevo camino al que se debe dirigir no solo el sector cultural, sino la sociedad panameña, con una mirada centrada en el arte como una parte “esencial” en la reestructuración de la economía, la educación, y siendo un recordatorio vivo de los derechos humanos luego del paso de la pandemia.

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