La clínica en cuestión estará provista de pruebas rápidas, kits de sutura, jeringuillas, suministros de oxígeno, vacunas y una pequeña nevera para almacenar...
Embajador de Rusia: el avance del planeta hacia la multipolaridad es irreversible
- 25/11/2025 17:25
Entrevista del Sr. Konstantín Gavrílov, Embajador de Rusia en Panamá, al Sr. Koldo Salazar López, director del medio digital español Otralectura.com.
La política rusa en Hispanoamérica siempre ha estado presente económica y políticamente. ¿Cómo ha afectado eso a Estados Unidos? ¿Es para USA una amenaza la presencia rusa en América porque viola la Doctrina Monroe por la cual sólo Estados Unidos debe controlar el continente?
Las relaciones amistosas entre Rusia y las naciones de América Latina y el Caribe no pretenden amenazar a nadie. Según precisó el presidente Vladímir Putin, Moscú no busca amistades “en contra” de alguien, sino prefiere construir alianzas “a favor” de algo. Guiados por este espíritu, unimos fuerzas con nuestros socios en la región para implementar proyectos que resulten en beneficios tangibles para el desarrollo integral de todas las partes involucradas.
Las antiguas potencias coloniales del Occidente, aparentemente, optan por un enfoque totalmente distinto. En el afán desesperado de preservar, a toda costa, su dominio en el mundo, prefieren sembrar divisiones en vez de cultivar respeto y entendimiento. Tachan a Rusia, China y otros centros alternativos del poder global de “autoritarios”, “violadores de derechos humanos” y “contaminadores del medioambiente” (aunque los mismos EE.UU. y Europa afrontan múltiples desafíos en esas esferas).
Bajo dicho pretexto, empujan a los países latinoamericanos hacia la “congelación” de cualquier contacto con los gobiernos “indeseables”, penalizando a los insumisos con sanciones secundarias, restricciones tarifarias y “listas negras” de toda índole. De tal modo, buscan adquirir ventajas competitivas desleales para sus empresas, consolidando su control sobre las riquezas naturales y el potencial humano de la región.
Así funciona la maquinaria devastadora del neocolonialismo, que favorece el bienestar del así llamado “mil millones de oro” a expensas del desarrollo socioeconómico sostenible del resto del planeta. Una de las manifestaciones más peligrosas de este enfoque es la Doctrina Monroe. Muchos expertos advierten que la actual administración estadounidense aspira a revivirla. Francamente, este concepto bicentenario, de carácter exclusivo y discriminatorio, nunca ha dejado de existir y siempre ha sido la “piedra angular” de la política de los EE.UU. en esta región que muchos en Washington todavía tienen la osadía de llamar su “patio trasero”. Lo que sí es sumamente alarmante es la tendencia de los proponentes de la Doctrina Monroe a utilizar instrumentos cada vez más agresivos para alcanzar sus objetivos. Este regreso de la “diplomacia de cañonero” al Mar Caribe y el Pacífico oriental podría poner en jaque la estabilidad y la seguridad regionales, al socavar el estatus de la América Latina y el Caribe como una “Zona de Paz”, proclamado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2014.
Con la llegada de Trump, Pete Hegseth acudió a Panamá, país donde Usted representa a Rusia como embajador, tras las amenazas de Estados Unidos y logró un acuerdo favorable en la navegación del Canal de Panamá y la salida del país de la Franja y la Ruta China.
¿Qué opina de ese movimiento y de la posición China en América?
La Federación de Rusia fue uno de los primeros países del mundo que en enero pasado se pronunciaron firmemente a favor del régimen jurídico actual del Canal de Panamá. Formamos parte del “club” de 41 Estados que se adhirieron al Protocolo adicional al Tratado de neutralidad permanente de esta vía acuática. Según estipula dicho documento, el Canal debe permanecer “seguro y abierto para el tránsito pacífico de las naves de todas las naciones”, y ningún país, salvo Panamá, puede mantener “fuerzas militares, sitios de defensa e instalaciones militares” dentro de su territorio nacional.
Otro aspecto fundamental es el carácter irrevocable de la soberanía de Panamá sobre el Canal, el cual representa un patrimonio inalienable de esta nación istmeña y el mayor fruto de su lucha generacional contra el colonialismo. La obligación de los EE.UU. de defender el paso interoceánico contra cualquier amenaza a su neutralidad no puede interpretarse, bajo ninguna circunstancia, como un límite a la independencia política de Panamá o una “invitación” para entrometerse en sus asuntos internos.
Observamos con máxima preocupación los intentos de socavar muchos de los principios arriba mencionados en los últimos meses. Por lo tanto, Rusia redobla su respaldo firme e invariable a la soberanía de Panamá, una nación amiga cuya estabilidad, prosperidad y plena independencia contribuyen al funcionamiento eficaz e ininterrumpido de una de las rutas acuáticas más importantes del planeta.
En cuanto a las declaraciones de Washington en relación con la supuesta “influencia maligna” de China en Latinoamérica, consideramos que se trata de una maniobra retórica burda e infundada, concebida en virtud de la Doctrina Monroe para expulsar de la región a un competidor importante de los EE.UU.
Mientras los BRICS y otras naciones importantes invierten masivamente en la infraestructura de América Latina, impulsando el progreso sostenido de sus naciones, lo único en que invierte Washington, en muchas ocasiones, son sus portaaviones y destructores, así como las cercas antimigratorias.
Tras las sanciones occidentales, América Latina en general sigue apoyando a Moscú. ¿Cuáles son los sectores en los que Moscú ha podido sustituir el mercado europeo? Si se terminan las sanciones, ¿podrían esas empresas volver a operar en Europa o ya no les interesaría?
Las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra Rusia por el Occidente sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU (y, por ende, de manera totalmente ilegal), en su inmensa mayoría, han fracasado.
Las restricciones arbitrarias que convirtieron a Rusia en el país más sancionado del mundo no solo no lograron “arrodillar” la economía rusa, sino produjeron el efecto totalmente opuesto. Frente a la necesidad de reemplazar importaciones extranjeras con productos propios o nuevas fuentes de suministro, el famoso “ingenio ruso” impulsó el crecimiento sostenido del PIB en los últimos años, elevando nuestro país al cuarto puesto en la lista de las mayores economías mundiales por paridad de poder adquisitivo.
La producción industrial está aumentando aún más rápido que el PIB (7,2% en 2024), mientras que el desempleo ha alcanzado su mínimo histórico – 2,3%. Rompiendo el mito occidental de “aislamiento diplomático y económico” de Rusia, Moscú ha consolidado los vínculos con múltiples destinos alternativos para sus exportaciones. En particular, China, India y Turquía incrementaron masivamente las compras del petróleo y el gas natural rusos (las últimas sanciones estadounidenses ralentizaron un poco este proceso, pero las soluciones, sin duda alguna, se encontrarán). Los países musulmanes tales como Egipto, Turquía, Irán y Bangladesh se convirtieron en los compradores principales de los cereales rusos, mientras que los suministros de nuestros abonos a América Latina (sobre todo, a Brasil) se acrecentaron un 25% en 2024.
Con las restricciones absurdas en la importación de los combustibles rusos, la Unión Europea “se disparó en el pie”, obligándose a comprar el carísimo gas natural licuado estadounidense. Los altos costos de energía están estancando el sector industrial en Europa: por ejemplo, la industria alemana perdió 6,6% entre 2021 y2025 y ya está quedándose atrás en el ámbito tan clave como la producción automotriz. Si los países de la UE quieren mantener su competitividad internacional, no tendrán otro remedio que ser “hijos pródigos” y regresar a sus viejos socios rusos cuando las tormentas geopolíticas se calmen.
No obstante, tendrán que ofrecer condiciones muy atractivas a nuestros exportadores que ya se han establecido en los mercados alternativos y nunca tendrán la misma confianza en sus contra partes europeos que torpedearon tan bruscamente sus relaciones comerciales con Moscú por razones politiqueras.
¿Cuál es la visión de Rusia sobre los acontecimientos en Venezuela? Sobre todo, tras las declaraciones de Trump de detener, matar a Maduro o apoderarse delas refinerías. ¿Qué piensa Rusia de eso y como monitoriza la situación?
En primer lugar, es muy absurdo el pretexto escogido por Washington para escalar las tensiones en el Caribe y el Pacífico oriental. Según un famoso chiste ruso, uno de los Procuradores Generales de la URSS dijo: lo más importante en cualquier investigación es no encontrar pruebas contra sí mismo. Si los EE.UU. realmente quiere erradicar las causas profundas del narcotráfico, sería más lógico empezar a buscar las en su propio país. Si no fuera por la altísima demanda de drogas en Norteamérica y Europa, hoy no tendríamos que lidiar con los niveles tan altos de la producción de sustancias ilícitas en el mundo.
Antes de buscar a los culpables por otros lares, las autoridades estadounidenses pertinentes, tal vez, pudieran investigar por qué algunos de los representantes de su propia clase política, así como los líderes de muchos de sus aliados de la OTAN llevan décadas en promover condiciones permisivas para el sector farmacéutico, al patrocinar también la legalización de marihuana y otros estupefacientes.
En segundo lugar, los ataques emprendidos por el Comando Sur de los EE.UU. contra naves civiles en alta mar, que ya han dejado sin vida a más de 80 personas, sin que se presentara públicamente prueba alguna en su contra, violan una amplia gama de normas internacionales. Entre ellas, varios artículos de la Carta de la ONU, la Carta de la OEA, la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar y la Convención de la ONU contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas.
Según sostuvo recientemente el Canciller ruso Serguéi Lavrov, “así no actúan los países cumplidores de la ley, sino aquellos que se creen por encima de la ley”. La lucha frontal contra el narcotráfico sí es necesaria, pero siempre debe realizarse en estrecha colaboración con todos los actores involucrados, sobre todo, los Gobiernos de la región, con el estricto apego al Derecho Internacional.
En tercer lugar, nadie en su sano juicio puede creer que el portaaviones más grande del mundo, un submarino nuclear y varios destructores de la Marina de Guerra llegaron al Mar Caribe y el Pacífico oriental solo para hundir lanchas pesqueras. La militarización regional emprendida por Washington está avanzando con un ritmo acelerado. En Puerto Rico, se amplía la actividad de las bases aéreas.
En Trinidad y Tobago, los militares estadounidenses realizan ejercicios con sus pares locales. A quien el istmo, las Fuerzas Armadas de los EE.UU. y el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá están reactivando el antiguo centro de entrenamiento del Comando Sur conocido como “la escuela de la selva”, la cual fue mencionada recientemente por el Secretario del Ejército de los EE.UU. en el contexto de una eventual “invasión terrestre” a Venezuela.
Las declaraciones beligerantes de la Casa Blanca y el Pentágono, sus amenazas directas o indirectas de bombardear la infraestructura de Gobiernos legítimos, tachándoles de “organizaciones criminales” y “terroristas”, crean un precedente muy peligroso para toda la comunidad internacional. Rusia insiste enérgicamente en la inviolabilidad de la soberanía y la plena independencia política de la República Bolivariana de Venezuela, una nación hermana con la cual firmamos recientemente un nuevo Acuerdo bilateral de asociación estratégica y cooperación.
Lo mismo se refiere a Colombia y México, cuyas autoridades fueron blanco de ataques verbales similares. Al mismo tiempo, en los últimos días notamos con satisfacción que han sonado en la región varios llamados prometedores al diálogo. Rusia respaldará plenamente cualquier iniciativa diplomática que busque preservar el “estatus quo” de América Latina y el Caribe como una “Zona de paz”.
¿Cuál es la estrategia de Rusia en América Latina entendiendo que Brasil es miembro de los BRICS, Cuba y Bolivia son asociados, Argentina se ha distanciado y Venezuela es solicitante?
Desde los tiempos de la Unión Soviética, nuestro país siempre ha apoyado las aspiraciones soberanas y el desarrollo integral de los países del Sur Global. Consideramos que América Latina y el Caribe, una región muy rica y diversa, dotada de un amplio potencial humano, debe asumir un rol significativo e independiente en el orden mundial multipolar que se está formando.
Rusia comparte muchos valores fundamentales con los países latinoamericanos, tales como la igualdad soberana de las naciones, la no intervención en los asuntos internos, el pluralismo cultural y étnico, la defensa de la familia y la niñez, así como la responsabilidad de cada individuo por el bien común. A pesar de miles de kilómetros de distancia que nos separan, Moscú está preparado para ampliar y profundizar la cooperación mutuamente beneficiosa con sus socios regionales en todas las esferas.
El comercio entre Rusia y Latinoamérica está creciendo y en 2024 superó 17 mil millones de dólares. El portafolio de las inversiones rusas en la región, entre otros proyectos, incluye una “mega fábrica” deabonos en Brasil, centrales eléctricas y hoteles en Cuba, un instituto biotecnológico en Nicaragua y una planta de litio en Bolivia (que todavía espera aprobación en el parlamento del país andino). Las naciones de América Latina y el Caribe reciben asesoría en la medicina, las tecnologías nucleares y aeroespaciales, mientras que las universidades rusas ofrecen anualmente miles de becas a sus estudiantes.
Estamos convencidos de que mayor interacción de Latinoamérica con los BRICS, la plataforma “por excelencia” del mundo multipolar que prioriza la igualdad, el respeto mutuo y proyectos conjuntos dirigidos a promover los intereses nacionales de sus miembros, será de mucho beneficio para la región. En cuanto a algunos Estados que, por cualquier motivo que sea, optaron por reconsiderar su participación en los BRICS, cabe recalcar que Rusia y sus aliados saben esperar.
El avance del planeta hacia la multipolaridad política, económica y cultural es irreversible, así que tarde o temprano nos liberaremos de las presiones neocoloniales de las fuerzas retrógradas que frenan el desarrollo mundial.
He tenido la suerte de estar en día foros del BRICS, el de Kazán de 2025 y el IMBRICS de 2025 en San Petersburgo. La presencia latinoamericana es importante a todos los niveles institucionales, desde los jefes de Estados hasta los alcaldes o la Presidenta del Banco de Desarrollo del BRICS, comandado por Dilma Rousseff, deBrasil. ¿Cuál cree que es el futuro latinoamericano en BRICS?
La participación de América Latina en el trabajo de los BRICS es tangible y contribuye significativamente al desarrollo de esta asociación. Cabe destacar especialmente el valioso papel que desempeña el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el promotor incansable y experimentado de un sistema mundial más justo, equitativo y democrático. Sus iniciativas relacionadas con el rediseño integral de la obsoleta arquitectura financiera internacional, que sufre del dominio del dólar estadounidense, sigue siendo profundamente politizada y no corresponde a las necesidades urgentes del progreso socioeconómico sostenible del Sur Global, merecen respeto y gran atención.
No cabe duda de que otros países de América Latina y el Caribe, gozando de su posición única en la región que, en muchos aspectos, ha sentado los cimientos del Derecho Internacional moderno y tanto ha sacrificado en la lucha por su soberanía e independencia, podrán aportar muchísimo valor al futuro delos BRICS y toda la comunidad global. Reitero: la formación de un orden mundial multipolar, donde cada país pueda determinar libremente sus vías de desarrollo sin intromisiones ajenas, no es una opción, sino una tendencia objetiva que no tiene marcha atrás.
Por mucho que nuestros detractores en el Occidente colectivo se esfuercen en perpetuar los instrumentos coloniales e imperialistas que les permitieron acumular sus riquezas desmesuradas a expensas del resto del planeta, Rusia seguirá avanzando “codo acodo” con sus socios en África, Asia y Latinoamérica para consolidar los fundamentos de este nuevo sistema internacional, facilitando la erradicación de la pobreza extrema, el desarrollo socioeconómico sostenible, la lucha contra el terrorismo y la solución de otros desafíos clave que afronta la humanidad en el siglo XXI.