Mujeres compiten con rudeza y belleza en torneo de rodeo en Colombia

Mujeres vaqueras de Colombia, Venezuela, Estados Unidos y nueve países americanos más compiten con rudeza y belleza en un torneo internacional de rodeo que se realiza en la ciudad colombiana de Villavicencio (este), constató la AFP.

Desde el viernes pasado, las vaqueras han competido en pruebas de enlazado y ensillado de caballos, ordeño de vacas, además de carreras de obstáculos, agilidad y velocidad, que incluyen montar a caballo sin ensillar, entre otros.

"Además de este bello espectáculo que nos ofrecen esta bellas y hábiles mujeres, que tienen los pantalones bien puestos, hemos desarrollado conciertos, ferias de comida y muestras de bailes folclóricos", dijo a la AFP Julio Santos, director del VI Concurso Mundial de la Mujer Vaquera.

Vestidas con jeans y sombreros y maquilladas, las decenas de participantes de México, Cuba, Panamá, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Chile, República Dominicana y Canadá han demostrado que el rodeo no les resta feminidad.

Incluso, han logrado encantar a los cientos de espectadores con su carisma, jovialidad y habilidades en el concurso que concluye este lunes en el parque temático y ganadero de Las Malocas.

"La canadiense Susana Loewe, la estadounidense Andrea Ortíz, la venezolana Odalys Alaba, la mexicana Paulina Ochoa, la costarricense Valeria Jiménez, la panameña Itzel Juárez y la cubana Noraisis Díaz son algunas de las vaqueras que han brillado por sus gracias y capacidades en el concurso internacional", resaltó Santos.

Desde 2007, cuando se realizó la primera versión del Concurso Mundial de la Mujer Vaquera, Colombia ha ganado la mayoría de las competiciones con la vaquera Yessica Katerin, aunque en 2008 la venezolana Angélica Mujica arrolló con el campeonato.

La cálida Villavicencio (90 km al este de Bogotá) es la capital del departamento del Meta (ubicada en los Llanos Orientales colombianos). Esta región ganadera tiene como tradición la práctica del 'coleo', un deporte que consiste en atrapar a toros y vacas por el rabo hasta derribarlos, mientras se monta a caballo.