Un baño de gloriaa los 61 años

Actualizado
  • 12/08/2011 02:00
Creado
  • 12/08/2011 02:00
PANAMÁ. La nadadora Diana Nyad, de 61 años, demostró el pasado 7 de agosto que la edad es más una cuestión mental que corporal, o lo que...

PANAMÁ. La nadadora Diana Nyad, de 61 años, demostró el pasado 7 de agosto que la edad es más una cuestión mental que corporal, o lo que dice en la cédula de identidad.

La estadounidense, especialista en nado de larga distancia, se puso el desafío de ser la primera persona en nadar los 168 kilómetros que separan La Habana (Cuba) de Cayo Hueso (Florida, EEUU) sin una jaula contra los tiburones, los cuales abundan en esa zona.

‘Toda mi vida he soñado con ser la primera en cruzar a nado sin una jaula contra los tiburones. Y honestamente nunca pensé —tras retirarme por 30 años— que regresaría a este deporte’, explicó Nyad antes de iniciar la travesía a medios locales.

‘Hace un par de años cumplí 60 y no me quería sentir vieja aún (...) y me puse a pensar: ‘¿Qué pasa si regreso y trato de perseguir ese sueño difícil de alcanzar en Cuba?’’, confesó.

Finalmente, el sueño y las ganas se hicieron trangibles. El domingo 7 de agosto, Nyad saltó al agua en La Habana para intentar, por segunda vez, la primera fue en 1978 cuando tenía 28 años, pero el mal tiempo la obligó a abandonar.

EL DESAFÍO

La travesía comprende nadar la distancia durante 60 horas. Nyad, con solo su gorra y vestido de baño, estaría acompañada de barcos de ayuda, kayaks con un escudo eléctrico para los tiburones y buzos que, en caso de que los tiburones oceánicos cruzasen el escudo, los mantendrían al margen.

‘Los tiburones oceánicos de punta blanca se acercan, son muy curiosos y pueden ser agresivos. Atraviesan directamente el campo eléctrico, así que tenemos cuatro buzos muy experimentados en tiburones’, dijo Nyad.

NADANDO POR UN SUEÑO

Después de 29 horas de nado, un asma severo, una lesión en un hombro y duras condiciones climáticas la obligaron a abandonar, cuando estaba a 85 kilómetros del punto de llegada.

Durante el trayecto, Nyad se enfrentó a una fuerte contracorriente y fuertes vientos que la movieron 24 kilómetros de su curso.

‘A veces la voluntad es tan fuerte. Ese es el punto central de este deporte en general, que la mente es más fuerte que el cuerpo’, dijo. ‘Yo estaba temblando y congelándome, y pensé que no había más mente sobre cuerpo. Yo estaba agotada por el asma’, confesó la nadadora.

‘No me siento como un fracaso del todo. Pero necesitábamos un poco más de suerte’, agregó.

Tras el intento, Nyad confesó que no volverá a intentar la hazaña. ‘No golpearé a la madre naturaleza. Creo que voy a tener que ir a la tumba sin nadar desde Cuba a Florida’.

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