Cristóbal López, el lanzador todoterreno que tuvo Colón

En su época de pelotero fue parte de cuatro selecciones, incluyendo una que fue a un premundial en México, y luego fue 'coach' de seleccionados U12 y U15
Cristóbal López jugó 14 temporadas, de las cuales 11 fueron con Colón.

Colón fue una de las más agradables sorpresas del pasado torneo mayor de béisbol, que al final ganó Panamá Metro, al llegar hasta casi las últimas instancias.

Se erigieron en una de las novenas más competitivas del campeonato, al ganar 17 partidos y escalar hasta semifinales, dejando para el olvido el magro desempeño del año anterior (3-7).

Hubo un extraordinario trabajo en la defensa, una oportuna ofensiva y, principalmente, un excelente trabajo monticular.

Este cuerpo de serpentinas estuvo dirigido por el técnico, Cristóbal López, quien lanzó para Colón en once de sus catorce años como pelotero, y en otras dos fue campeón con Chiriquí.

López junto al director del equipo de Colón, Hipólito Ortiz (Der.)

En su época de pelotero fue parte de cuatro selecciones, incluyendo una que fue a un premundial en México, y luego fue coach de seleccionados U12 y U15.

Cristóbal soñó con ganar un título con Colón y, tras cumplir tres campañas en Chiriquí en los años 90, volvió a su tierra para poner en práctica lo aprendido con experimentados técnicos y avezados lanzadores.

Sin embargo, no pudo alcanzarlo. Lo más cerca que estuvo fue en el 2000, cuando Colón disputó el título frente a Chiriquí, pero fueron barridos en un abrir y cerrar de ojos.

El diestro fue uno de lanzadores 'todo terreno' que tuvo el béisbol mayor y sus números no reflejan la huella que dejó en los nacionales, que lo ubican como uno de los más importantes que ha tenido Colón en su historia.

Buenas temporadas

López salió de los torneos intercolegiales y su salto a la mayor se dio en 1991, época en que Colón presentaba novenas “bastante modestas”.

“Los equipos del interior eran demasiado fuertes. Muchos bateadores de fortaleza, como Javier Degracia, Manuel Rodríguez, José Solís y Arístides Bustamante, y nosotros no teníamos una gran defensa”, admitió.

Desarrolló su talento entre 1991 y 2005 en los que participó en las novenas de Colón y Chiriquí (1996, 97 y 98), y como refuerzo de Panamá Metro en 1999, completando un récord de 37-29, con 327 ponches.

Fue en esos primeros años que conoció al serpentinero chiricano Mario Adames, quien le enseñó a tirar el lanzamiento adentro (sinker), que se convirtió en su arma letal.

“Lanzaba nueve episodios gracias a ese pitcheo, porque hacía muy pocos lanzamientos y a raíz de eso, Chiriquí me tomó de refuerzo en 1995”, comentó.

Otro veterano lanzador que lo ayudó fue Elpidio Pinto, quien le enseñó a tirar el cambio de velocidad, el cual incluyó en su repertorio de “slider hacia afuera y sinker hacia adentro”.

Tuvo muy buenas temporadas, como las de 1996 (3-0), 1997 (3-2), 1999 (4-3), 2000 (8-4), 2002 (7-2) y 2003 (4-2), logrando en esta última ser campeón lanzador y ubicarse segundo en la votación al más valioso.

“Ese año gané bastantes juegos y los que perdí fueron por pocas carreras. Fue uno de mis mejores años, considerando el nivel que había en el béisbol en ese tiempo”, recordó.

Esa temporada blanqueó a Veraguas (6-0) tirando la ruta completa, uno de los tres partidos de esa índole en los que se vio involucrado.

El torneo de 2002 también fue memorable, al ganar tres partidos consecutivos y, de paso, tirar toda la ruta. El 17 de marzo venció a Veraguas (11-1), cuatro días después blanqueó a Herrera (2-0) y el día 26, Colón apabulló a Metro (13-1).

Un año para coronar

En opinión de Cristóbal López, el 2000 fue un año en que Colón debió de coronarse campeón, pero se unieron una serie de circunstancias que se confabularon en contra.

“Teníamos un equipo bueno. Siento que me convertí en esos años en un lanzador de primera calidad, porque tiraba los nueve episodios, gracias también a la buena ofensiva y defensa que teníamos”, dijo.

“Pero, el formato del torneo fue diferente para clasificar. Mandó a los seis equipos eliminados del año anterior a jugar una serie, para luego pasar a dos a una ronda de ocho”, explicó.

“Cuando empezó la ronda eliminatoria, los clasificados estaban descansando. Nosotros jugamos cualquier cantidad de juegos, y cuando quisimos clasificar para la siguiente fase, ya tenía como seis juegos lanzados”, apuntó.

Ese año, Colón tuvo como refuerzos a los lanzadores Lenín Picota y Miguel Gómez y al receptor Claudino Hernández, pero no se pudo hacer nada frente a los chiricanos.

“Buen material para ser campeones, pero tuvimos que pelear con todos esos equipos y cuando llegamos a la final, estábamos sin combustible”, agregó.

Anécdotas

Indudablemente López tuvo un paso importante en la pelota chiricana, pero como él mismo nos contó, no fue fácil, porque siempre tuvo que dar la milla extra.

A pesar de toda su historia, a Cristóbal López tal vez se le recordará como el pelotero que, en el papel, hizo perder la posibilidad de que Chiriquí ganara un título en 1995.

Con la serie empatada ante Los Santos (3-3), fue llamado a relevar por el director Rutherford 'Chico' Salmon, a pesar de estar inhabilitado, ya que había trabajado dos días antes.

Chiriquí tenía ventaja de 2-1 en el sexto, cuando Rodrigo Luque sonó jonrón de dos anotaciones, y volteó el marcador (3-2). Salmon buscando detener la artillería contraria, trajo a López en el octavo, lo que determinó la derrota mucho antes de que cayera el tercer out.

Otra nota memorable se registró en 1998, cuando el cubano Franger Reynaldo lo trajo para relevar a Bienvenido Cedeño, una vez más frente a la tropa santeña.

“Bienvenido abrió el juego y desde el quinto me pusieron a calentar, pero siempre salía del problema. En el octavo, el partido se empató y Cedeño sacó los dos primeros outs, pero boleó a los tres siguientes, llenando las bases”, recordó

“Franger me llamó y logré sacar el tercero. En el noveno, Virgilio Kaa bateó cuadrangular y tomamos ventaja, pero José Solís me dio triple en la parte baja. Sin embargo, pude dominar con rola al cuadro a Durán, Sáez y Tejada, y ganamos el partido”, matizó.

No hubo condiciones

López está orgulloso por el trabajo hecho con Colón en el nacional de 2022. No obstante, como el mismo reflexiona, a muy poco se puede aspirar si no cuentas con las condiciones para alcanzar el éxito.

“Es muy difícil competir con otros equipos que tienen dos y hasta tres estadios, además hacen liga, cuentan con el material humano y en cantidad importante para poder escoger”, señaló.

“Mientras, nosotros tenemos que tomar los que no llega, a los que cuentan con el pasaje para llegar a las prácticas y a los que repiten del año anterior, más no porque tuvieron un buen rendimiento”, precisó.

Colón no tiene un estadio desde el 2017 y, desde un tiempo antes, no se hacen torneos internos sino selectivos, que poco han contribuido al desarrollo de sus peloteros.

En efecto, el panorama del béisbol colonense con respecto al de otras provincias es casi que dramático, como bien lo describe López.

Lo lamentable, es que muchos jugadores no llegan a mejorar, a pesar de que se les ayuda. Aunado a ello, “muchos son nerviosos y otros no le meten corazón al asunto, situaciones que no se pueden enseñar”, destacó el ex pelotero.

“Tampoco ayuda que no haya una liga donde se pueda ver el desarrollo y las cualidades de los peloteros. Vamos con los que creemos que nos pueden ayudar, porque en Colón no hay de dónde escoger”, concluyó.

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