Eusebio Pedroza, el 'Alacrán' de las anécdotas

Actualizado
  • 27/04/2020 00:00
Creado
  • 27/04/2020 00:00
“El día que nos enfrentemos, seré un fantasma. No me verá en toda la pelea”, palabras más, palabras menos, fue el comentario del excampeón mundial panameño Eusebio Pedroza, el día que se le comentó sobre un posible pleito contra el mexicano Salvador Sánchez.

“El día que nos enfrentemos, seré un fantasma. No me verá en toda la pelea”, palabras más, palabras menos, fue el comentario del excampeón mundial panameño Eusebio Pedroza, el día que se le comentó sobre un posible pleito contra el mexicano Salvador Sánchez.

Barry McGuigan y Eusebio Pedroza

Pedroza era el campeón mundial –hoy dirían súper campeón– de la AMB, mientras que Sánchez lo era del CMB. Ambos estaban en lo más alto de sus carreras, y eran considerados lo mejor de las 126 libras en muchos años.

No obstante, el poder mediático estaba en manos de los norteños y, por ello, la popularidad de Sánchez era mucho más fuerte y, por consiguiente, un monarca aparentemente mucho más sólido que Pedroza.

La pelea, lamentablemente, nunca llegó. Las probabilidades de que se hiciera fueron mucho menores al calibre alcanzado por los comentarios, de un lado y de otro, y se fueron al traste irremediablemente por el fallecimiento del corajudo púgil mexicano.

Rivales en común

Es posible que el pleito entre estos dos colosos jamás pasó por la mente de ningún promotor, principalmente por el poco interés que existía en esa época, por ver a dos latinoamericanos disputar un cetro mundial, aunque fuera por una unificación.

Eusebio Pedroza, el campeón mundial panameño de boxeo. Falleció a los 62 años de edad.

La objeción mayor, realmente, se daba por el gladiador istmeño, para quien al mercado estadounidense, convertido en los años 80 en la gran atracción por sus jugosas bolsas, le era casi desconocido.

Sin embargo, el morbo estaba presente. Eusebio Pedroza y Salvador Sánchez habían derrotado en defensas de sus títulos, a dos púgiles en común, el guyanés Patrick Ford y al boricua Juan LaPorte.

El detalle estuvo en que Sánchez venció a los dos por la vía de los jueces en 1980, pero a Ford por decisión mayoritaria en septiembre, mientras que Pedroza lo despachó cinco meses después por nocaut en 13 asaltos.

El panameño Chon Romero afirmó después de esa victoria en la revista Guantes, que era muy posible que Sánchez no aceptaría un pleito con su compatriota, porque este había demostrado que también poseía contundencia en sus golpes.

¿Estos datos fueron suficientes para mostrar alguna superioridad de Pedroza? Quizá no, pero por momentos puso en el mapa al bravo gladiador panameño, y puso a dudar a algunos sobre la “superioridad manifiesta” de Sánchez.

En mi opinión, el choque hubiera sido tan espectacular y lleno de expectativa, como el realizado por el mexicano Carlos Zárate y el boricua Wilfredo Gómez.

Pero, Sánchez falleció en un accidente de auto casi veinte días después de su última exposición frente al ghanés Azumah Nelson, y le tocó a Pedroza seguir aumentando su rico historial boxístico.

Un mes memorable

Abril fue un mes memorable para el “Alacrán” Pedroza en su carrera, porque se registraron varios hechos que marcaron su carrera.

El 3 de abril de 1976, Pedroza fracasó en su primer intento de anexarse un título mundial, al caer noqueado en dos asaltos frente al mexicano Alfonso Zamora, en la disputa del cinturón gallo de la AMB.

Tres años después, el 15 de abril de 1978, dejaba atrás una incierta carrera al vencer por nocaut al español Cecilio “Uco” Lastra, para convertirse en el nuevo titular de los plumas.

A partir de allí, el “Escorpión” realizó una de las más extraordinarias carreras de campeón alguno, pero guardaba aún en su “corazoncito” una pequeña astilla.

Pedroza siempre se quejó de que el árbitro mexicano Gustavo Meyrán detuvo “apresuradamente” su pleito ante Zamora, resguardando tal vez al campeón del mundo.

Por ello, cuando tuvo la oportunidad de estar “cara a cara” nuevamente con el exmonarca mexicano, lo invitó a pelear una vez más por una faja, pero en esta ocasión con él como monarca.

“Ambos coincidimos en el aeropuerto de Los Ángeles y él estaba acompañado por su padre. Inmediatamente lo reté; y le dije que no importaba que no estuviera clasificado”, recordó Pedroza.

“Ambos sonrieron y el padre de Zamora (del mismo nombre) me palmoteó el hombre y me dijo: 'Muchacho, te agradecemos la oportunidad, pero ustedes tienen caminos diferentes'. Me dieron la mano y se fueron”, añadió.

Otro hecho importante en la carrera de Pedroza sucedió el 7 de abril de 1979, cuando expuso su faja frente a Héctor Carrasquilla, en la primera ocasión en que dos panameños se enfrentaron por un título mundial.

“Se suponía que yo era el fajador y que tendría ventaja en la pelea adentro, pero no fue así, Eusebio me metió unos latigazos, que hubo momentos en que pensé que era 'mejor tenerlo a distancia', me dijo el Ché en una ocasión”.

La pelea fue una verdadera pesadilla para Carrasquilla, antes de que culminara en el undécimo asalto.

Otra anécdota recordada por Pedroza llegó muchos años después, cuando visitó la ciudad de Nueva York para ingresar al Salón de la Fama, en la clase de 1999.

Pedroza vivió allí momentos muy emocionantes, porque sucedieron hechos que le hicieron recordar algo de su extraordinaria carrera.

Uno de ellos fue cuando estuvo al lado de quienes serían inducidos en el augusto salón de Canastota, entre ellos el exmonarca tailandés Kaosay Galaxy.

“Uno de los momentos que siempre guardaré con cariño fue cuando el campeón Galaxy se me acercó y al darme la mano, me dijo: 'lo más emocionante de todo esto, ha sido estar frente a un boxeador a quien siempre he admirado', un ídolo para mí, Eusebio Pedroza”.

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