Una Alemania joven desnuda las grandes carencias de México

La historia volvió a escribirse y una vez más, México quedó a deber. Esta vez, ante una joven selección de Alemania, que los arrolló 4-1 en la semifinal de la Copa Confederaciones, en partido jugado este jueves en el estadio Fisht en Sochi, Rusia.

Antes de cumplirse los primeros diez minutos de juego, Leon Goretzka ya le había anidado dos goles al marco custodiado por Guillermo Ochoa, en lo que parecía iba a ser un monólogo teutón.

Tras los dos goles, Alemania se replegó esperando a los mexicanos, que se encimaron con ataques que no fueron fructíferos. Así terminó la primera mitad, con la sensación de que los campeones de la Concacaf podrían levantarse del piso.

Y así comenzó la segunda mitad; sin embargo, un descuido defensivo le permitió a Timo Werner la tercera anotación alemana. El resultado lucía lapidario. México se entregó completamente al ataque, sin resultados. Raúl Jiménez estrelló un cabezazo contra el larguero de Ter Steigen en la acción más clara de los mexicanos.

Vino entonces el zapatazo de Marcos Fabián De La Mora, que desplegó un misil desde unos 35 metros, de colocación excelente, inatajable para el golero alemán.

La esperanza de al menos conseguir otro gol para México se desvanecieron en otro contragolpe donde Amin Younes puso las cifras definitivas.

El campeón del mundo, o la "selección B" de los alemanes, avanzó a la final de la Copa Confederaciones en la que se medirá a Chile este domingo; mientras tanto, México saboreó una nueva decepción con su "equipo A", preparado "especialmente" para ganar este torneo.

Mientras el equipo del técnico Joachim Löw demostró que el futuro del fútbol alemán está asegurado con un relevo de calidad y efectividad, México dejó ver que su nivel máximo está en la Concacaf, donde ha mostrado su jerarquía.