Ya cerró el mercado: nosotros lo evaluamos

Actualizado
  • 05/02/2020 06:00
Creado
  • 05/02/2020 06:00
Cada equipo sabe que esta es la gran oportunidad para subsanar defectos antes de que se inicie la segunda mitad de la temporada

Es lo habitual. Se abre el mercado de invierno y las expectativas suben espumosas y prometedoras. Cada equipo sabe que esta es la gran oportunidad para subsanar defectos antes de que se inicie la segunda mitad de la temporada. Pero cuando el mercado cierra sus puertas, son apenas unos pocos los que consiguen sus objetivos.

Dortmund's Erling Haaland durante un encuentro en la cancha en Alemania.

A continuación veremos quién ganó y quién sucumbió en el veloz mercado invernal.

El triunfo total de Haaland

Muchos lo pretendían, aunque el Manchester United era el gran favorito para hacerse con sus servicios de verdugo eficaz de las áreas rivales. Haaland está considerado como una de las jóvenes joyas del fútbol europeo, pero muy pocos imaginaron que terminaría llegando al Borussia Dortmund. El impacto generado en sus primeros partidos con el club alemán es muy impresionante. Siete goles en tres partidos. Un promedio casi imposible. Además, la pareja que está formando con el también joven inglés Jadon Sancho, promete muchísima calidad y eficacia. Aunque no parece que vaya a durar mucho. El Dortmund no va a esperar muchas temporadas para capitalizar a estos extraordinarios talentos.

Y paralelamente al triunfo de Haaland y el Dortmund, viene la derrota del Red Bull Salzburg. Resulta casi inconcebible comprobar que el club austríaco perdió al mismo tiempo a dos de sus mayores figuras, a cambio de sumas ridículas. Takumi Minamino pasó al Liverpool por $9.5 millones. Y Haaland costó escasos $20 millones al Dortmund. Antes vivieron experiencias similares con estrellas como Sadio Mane y Naby Keita, ambos actualmente en Liverpool.

El gran vacío del Manchester United

Ya resulta agotador hablar y seguir hablando de las crisis sucesivas del Manchester United, que vienen ocurriendo con diferentes matices, desde que Sir Alex Ferguson abandonó la institución. Esta ventana invernal nos mostró, una vez más, a la dirigencia del United coqueteando con el desastre. Ya sabemos los conflictos con Paul Pogba, quien se sospechaba podía partir durante este invierno, a la Juve o al Madrid. Pero se lesionó y no fue a ninguna parte. ¿Nuevas contrataciones? Apenas un par. La falta de ricas adquisiciones y de movimientos en el plantel tocó fondo cuando hinchas iracundos de los Diablos Rojos atacaron la casa del vicepresidente ejecutivo Ed Woodward. El club expresó en un comunicado: “Una cosa son los hinchas expresando una opinión. Otra, muy distinta, es poner en peligro vidas humanas a través de actos criminales. No hay excusa para esto”.

El ataque sucedió por las elevadas expectativas levantadas por la dirigencia del club para fortalecer el equipo a través de cualitativas contrataciones invernales. Con las lesiones del ya mencionado Pogba, además de Scott McTominay y Marcus Rashford, las incorporaciones parecían esenciales. La idea era traer dos incorporaciones: una en ataque, otra en el mediocampo. Bruno Fernandes llegó a cambio de una fortuna. Y la gran expectativa en el ataque, Egnir Haaland, jamás llegó. En su lugar, firmaron a Odion Ighalo (no te preocupes, yo tampoco lo conocía) proveniente del fútbol chino. Imagínate la decepción de la hinchada. No lograste convencer al brillante Erling Haaland (que le costó al Dortmund, apenas $20 millones), y tuvieron que conformarse con un jugador proveniente de una liga menor y con pergaminos muy escasos. Ya Ighalo estuvo en la Premier League. Y en sus últimos 32 partidos, jugando para el Watfod, apenas consiguió anotar 2 goles.

El invierno feliz de Antonio Conte

Quién lo diría. Antonio Conte está sonriendo en estos días. Al técnico italiano se le conocen más sus furias que sus momentos amables. Difícilmente se siente satisfecho. Pero en este invierno, una leve sonrisa se ha dibujado en su rostro adusto. Pero no vayas a hacerte ilusiones de verlo mucho tiempo así. Es cierto que incorporó a Christian Eriksen (del Tottenham), Víctor Moses (a préstamo del Chelsea) y Ashley Young (Manchester United). Pero también es cierto que no necesitó nada de tiempo para disminuir la relevancia de estas incorporaciones, diciendo en una conferencia de prensa: “parece que hubiéramos contratado a la mitad del Real Madrid. Pero ese no es el caso”. Conte no deja de tener razón. Young es un veterano que seguramente no será titular. Moses es una locomotora que siempre gustó al entrenador italiano, pero lleva buen tiempo inactivo y toca ver si se adapta con rapidez al fútbol de la Serie A.

Y, finalmente, está Eriksen. La adición de creatividad en el mediocampo que tanto ha necesitado el Inter durante esta temporada. Solo falta ver si el mismo empeño y motivación que puso para abandonar el Tottenham, lo pone al servicio de su nueva aventura italiana.

El 9 invisible del F.C. Barcelona

Como lo comenté cuando se abrió el mercado invernal de pases hace muy poco, el Barça había iniciado una búsqueda frenética por un centro delantero. Uno capaz de ocupar la posición del lesionado Luis Suárez durante las próximas semanas y funcionar como alternativa a mediano y largo plazo.

Quique Setién, consecuente con su postura humilde, no pidió nada y dijo que se conformaba con el plantel que tiene a su disposición. Pero la secretaría técnica del club movió piedra tras piedra, en busca del 9 ideal. Opciones tenía. Rodrigo, del Valencia, Tadic, del Ajax, Lautaro, del Inter. La búsqueda era tan evidente y pública, que hasta el modesto Setién aceptó que sería muy positivo añadir un nuevo delantero a la plantilla. En enero de 2019 trajeron a Kevin-Prince Boateng, que resultó uno de los mayores bultos en la historia reciente del club, debido a su pobre forma física y a una inactividad que lo tenía sumido en el óxido. Lo extraño de la situación del Barça es que pese a su enorme poderío económico y su gigantesco prestigio deportivo, en esta ocasión no consiguió enganchar a ningún delantero. En la presidencia de Bartomeu, la falta de coherencia en la política de fichajes ha sido moneda común. Parece que todo se improvisa o se hace a trompicones, con resultados más que dudosos. En algún punto, Setién se consoló diciendo que podría utilizar a Griezman como eje de ataque. El francés se mostró dispuesto a aceptar el reto. Quizá sea lo más cercano a una solución. Y, de paso, una demostración de la inestabilidad y escasa coherencia en los fichajes del F.C. Barcelona.

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