Erika Hernández: 'Para triunfar en el fútbol es necesario cruzar fronteras'

Actualizado
  • 15/10/2021 00:00
Creado
  • 15/10/2021 00:00
Su desempeño desde el club argentino UAI Urquiza, sus inicios en la disciplina, la situación actual de las féminas en el fútbol son algunos de los temas que aborda la delantera panameña en esta entrevista
Hernández tiene 22 años y juega como delantera del club argentino UAI Urquiza y en la selección femenina de Panamá.

“Las mujeres no nos rendimos, siempre luchamos por lo que queremos. Le doy gracias a Dios por poder jugar al fútbol”, expresa Erika Hernández Díaz, futbolista panameña quien actualmente tiene 22 años y juega como delantera del club argentino UAI Urquiza y en la selección femenina de Panamá.

La delantera panameña participa actualmente junto con su colectivo en el Campeonato de Fútbol Femenino en Argentina; su equipo ocupa la segunda posición del grupo B y en los últimos partidos los resultados han sido favorecedores. Mañana jugará contra el River Plate, que ocupa el primer lugar del grupo B.

“La dinámica del grupo es muy buena. Trabajamos siempre con esfuerzo y humildad. El profesor siempre nos dice que estos aspectos son importantes. En los entrenamientos siempre damos lo mejor para sacar buenos resultados en los encuentros”, indica, y agrega que su sueño siempre fue jugar en un equipo extranjero “para triunfar y crecer en el fútbol es necesario cruzar fronteras”.

Con relación a su desempeño desde el club argentino, define su llegada a este equipo como “un cambio radical” porque admite que el fútbol en el país sudamericano, en comparación con el del istmo, “es totalmente diferente”, en cuanto a “entrenamiento y alimentación”, lo que le ha ayudado a mejorar en diversos aspectos.

Hernández empezó en el fútbol a los 5 años de edad.

“Por varias razones en el equipo en Panamá, si el grupo estaba formado por 24, solo iban a entrenar cuatro; en cambio donde estoy, todas vamos a los entrenamientos. También acá me ejercito en el gimnasio, en mi país no lo hacía. Aquí tomamos proteínas al finalizar los entrenamientos y considero que son puntos que deben implementarse en Panamá”, señala.

Hernández admite que tras los esfuerzos que se han hecho en los últimos años, “el fútbol femenino en Panamá ha crecido, pero no como muchos quisieran”, no obstante, hoy “existe más apoyo y mejor organización”.

“Sé que el fútbol femenino de Panamá va a ser reconocido en todo el mundo. Lo importante es que vamos en esa dirección, dando los pasos que se requieren, aunque falta un poco más de soporte a los clubes”, afirma.

Estilo y factores que influyen en la cancha
La delantera panameña con su club argentino UAI Urquiza.

Hernández señala que, siendo delantera, un factor importante para desempeñarse en esa posición es “ser paciente”, porque en el cuadro “siempre se busca la oportunidad de marcar gol y a veces no se da”.

Asimismo, remarca que “confiar en el pase que dan las compañeras es importante para hacer un buen trabajo” al igual que es necesario saber “marcar diagonales, correr y pivotar”.

En cuanto a su estilo, manifiesta que la velocidad es una de sus mayores fortalezas, al igual que aprovechar las ocasiones para anotar goles.

Por otro lado, Hernández habla de un talón de Aquiles que afecta a las mujeres que se desempeñan en el fútbol, y es el período menstrual durante los partidos.

Erika durante sus comienzos en el Club Sociedad Deportiva de Fútbol, un equipo masculino.

“En realidad no sé cómo hasta hoy he podido sobrellevar eso, en esos días cuando el cuerpo pasa por este proceso que es normal, es necesario tener una palabra de aliento porque psicológicamente sí afecta”, arguye.

Vivencias

¿Cómo fueron la infancia y los comienzos de Erika en el fútbol? “Siempre he sido una chica hiperactiva, mi mamá siempre me llamaba la atención por eso, pero le doy gracias por guiarme a lo largo de mi crecimiento”, dice.

Su pasión por el balompié está en su sangre. Sus parientes son futbolistas, de modo que Erika pasó su infancia viéndolos rodar el balón y fue así como nació un pensamiento que no se apartó jamás de su mente: “Quiero jugar fútbol como mis hermanos”, por eso asistía al cuadro en el barrio donde creció llamado Puente Rojo, Samaria, en San Miguelito.

“Un vecino me vio jugar y me llevó al equipo donde di mis primeros pasos; fue el Club Sociedad Deportiva de Fútbol, un equipo masculino”; más tarde ingresó a su primer equipo femenino llamado San Cristóbal Fútbol Club, pero ¿cómo fue su experiencia en un colectivo masculino?: “Empecé cuando tenía 5 años hasta los 12 años y fue una experiencia linda porque con ellos aprendí sobre fútbol. Me siento feliz por haber pertenecido a ese equipo”, indica.

En cuanto a su llegada al San Cristóbal Fútbol Club fue gracias a su tío, quien la llevó junto a Nicole de Obaldía (otra futbolista destacada en esta disciplina). Fue ahí donde comenzó su desempeño en el fútbol femenino.

“Pese a que estuve en equipos masculinos, jamás sufrí discriminación. Mi etapa difícil fue en la escuela porque amaba jugar fútbol en el recreo y algunos compañeros me decían: 'El fútbol no es para niñas', pero lejos de importarme, seguía, y hoy estoy cumpliendo mis sueños”, recuerda, y añade que la mentalidad de que “el fútbol no es para las chicas ha cambiado, aunque aún persiste cierto rechazo por parte de los adultos mayores, pero en menor medida que antes”.

Más allá de la cancha

A Erika no solo le gusta el fútbol; dice que también le fascina “hacer rimas tanto en el género urbano como cantar décimas”.

“Mis rimas son espontáneas y me gusta la décima porque cuando era pequeña veía un programa de televisión llamado: 'Semilla de cantores', en el que los niños cantaban décima y por eso me llama la atención”, cuenta, y añade que si no se hubiera dedicado al fútbol, le hubiera encantado ser rapera.

Con relación a su preparación académica, expone que cursaba el tercer año de licenciatura en educación física en la Universidad de Panamá (UP), no obstante, tuvo que parar porque la carrera ya no se dicta de manera virtual, sino presencial, y actualmente tiene compromisos con el fútbol, pero espera retomar los estudios una vez llegue a Panamá.

Hoy, a sus 22 años de edad, Hernández está convencida de que una vez cuelgue los taquillos, trabajará para formar a niños en este ámbito. “Quiero ayudar a otros chicos. También quiero formarme en gestión deportiva para laborar en ese campo”.

Su sueño por cumplir es ir al Mundial de Fútbol Femenino y seguir creciendo no solo en el fútbol, sino como persona.

“A todas las niñas que quieren dedicarse al fútbol en Panamá o en otros países, les puedo decir que no se rindan, que estudien y luchen por sus sueños”, exhorta.

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