¡Caramba!, ellas están jugando

Actualizado
  • 13/07/2022 00:00
Creado
  • 13/07/2022 00:00
Los campeonatos Concacaf W, Copa América y Eurocopa, que se están disputando, muestran que el fútbol femenino ha tomado realce en los últimos cuatro años
El gol anotado por Marta Cox frente a Trinidad y Tobago, para el 1-0 que resultó definitivo, le significó a Panamá un apreciado “comodín” para por la vía del repechaje prolongar sus aspiraciones de llegar al mundial.

La apuesta decidida de la FIFA y el respaldo de los grandes clubes profesionales en su implementación obligatoria para desarrollar las categorías femeninas, han contribuido a posicionar el fútbol femenino con mayor arraigo globalmente.

El mercado de fichajes y traspasos de jugadoras se hace cada vez más relevante, especialmente en el mercado europeo. La Premier League en Inglaterra, en su versión femenina, es una de las ligas que deja ver esta incidencia en el valor que están adquiriendo las jugadoras y su actividad deportiva.

En esta época (junio-julio) en la que el mundial masculino solía acaparar toda la audiencia, cambiada ahora para los meses de noviembre y diciembre por las características propias de Catar, el país anfitrión, tres torneos continentales acaparan la actividad del fútbol en su versión femenina, dándonos pistas de que la Copa Mundial Femenina Australia-Nueva Zelanda 2023 será un evento con mayor expansión e impacto de lo que fue el último certamen en Francia 2019. De entrada, la extensión de 24 a 32 selecciones participantes es ya un hito y un reto enorme.

El Campeonato Concacaf W, al que también suelen llamar preolímpico por conceder plazas clasificatorias de la Concacaf para el máximo certamen del deporte, se está realizando en Monterrey, México. Comenzó el pasado lunes 4 de julio y deberá concluir esta semana con su final el 18 de julio.

10 selecciones sudamericanas: Colombia (país anfitrión), Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú, Venezuela, Argentina, Uruguay; participan en la presente edición de la Copa América Femenina.

En tierras colombianas se dio el inicio a una nueva versión de la Copa América Femenina, teniendo como sede tres ciudades: Cali, Armenia y Bucaramanga. Las 10 selecciones adscritas a la Conmebol, el ente rector del fútbol en Sudamérica, se disputan el campeonato que concede también, como el de la Concacaf, plazas para el mundial femenino y los olímpicos de París 2026.

El tercero es la Eurocopa Femenina de la UEFA, que empezó el pasado 6 de julio y culminará el 31 de junio, disputando su final en el mítico estadio Wembley. Un torneo de enorme relevancia por ser Europa el continente que ofrece el nivel, la calidad y el mercado más cotizado del fútbol profesional. 16 selecciones están en Inglaterra, el país anfitrión, peleando por este codiciado trofeo.

Concacaf, el evento cercano

El Campeonato Concacaf W, el que más hemos estado siguiendo, motivados por la participación de la Selección Femenina Mayor de Panamá, verá sus dos últimas jornadas en los próximos días. Este jueves se enfrentan las cuatro selecciones ya clasificadas al mundial (Estados Unidos vs. Costa Rica, Canadá vs. Jamaica), las dos ganadoras obtendrán el preciado segundo trofeo: los tiquetes para París 2024, y definirán el lunes 18 de julio el campeón del evento. Entre los perdedores se definirá un cupo más para la cita francesa en un repechaje.

Cada partido de la Eurocopa hace crecer la emoción y presenta nuevos aspirantes al título, aunque el gran favorito es Alemania, con ocho títulos.

Ha sido un campeonato en el que hasta ahora no se ha roto la lógica; se esperaba que Estados Unidos y Canadá estuvieran en la semifinal y lo han cumplido sin tener mayores sobresaltos. Las ticas después de sus triunfos iniciales (Panamá 3-0, Trinidad y Tobago 4-0) amenazaron con ser un obstáculo para las canadienses.

No sucedió así, gringas y canadienses llegan con todas las oportunidades para jugar la final. Salvo que Jamaica y Costa Rica tuerzan el camino con un resultado inesperado, pareciera operar la normalidad. Jamaica ha clasificado al mundial, pero no es nada extraño pues había asistido a la última Copa en 2019, al eliminar a Panamá. Para Costa Rica, su crecimiento es notorio con la clasificación al mundial y la veremos luchando por el tiquete a París 2024.

El gran batacazo del Campeonato Concacaf W ha sido la eliminación inesperada de México, que ha tenido un rendimiento pobre. En un torneo que lo jugaba en casa (Monterrey), una selección con una larga preparación y contando con una de las ligas femeninas más competitivas y costosas de la Concacaf, perdieron sus tres partidos al hilo (0-1 con Jamaica, 0-3 frente a Haití y 0-1 contra Estados Unidos). Encajaron cinco goles y no pudieron anotar ninguno en 270 minutos de juego.

Un gol puede parecer poca cosecha ofensiva, pero a Panamá el anotado por Marta Cox en el minuto 42 frente a Trinidad y Tobago, para el 1-0 que resultó definitivo en el marcador final, le significó un apreciado “comodín” para prolongar sus aspiraciones de llegar al mundial apostando por la vía del repechaje al quedar tercera en su grupo. Es la segunda vez que Panamá vuelve a tener esta opción en la manga, para en 2019 lo hizo contra Argentina, perdiendo en ambos partidos del repechaje.

No hay que restar méritos a lo alcanzado, aunque sería equivocado darse por servido en cuanto al propósito. El equipo mejoró el rendimiento en el cierre de su grupo, pero aún dista de alcanzar un nivel que haga presagiar que esta va a ser una oportunidad de repechaje más accesible que la anterior.

Los repechajes se disputarán en Nueva Zelanda mediante un torneo de diez selecciones, entre el 17 de febrero y el 23 de marzo de 2023, divididos en tres grupos, dos grupos de tres equipos y uno de cuatro. Las cabezas de serie se decidirán teniendo en cuenta el ranking FIFA Femenino. Planificación, más trabajo, mayor rendimiento deportivo, serán algunos de los aspectos a los que hay que apostar en estos meses que anteceden al repechaje. El repechaje es la puerta para entrar, está allí, es difícil, aunque no se puede ver como imposible.

Copa América

Las diez selecciones sudamericanas se han dividido en dos grupos A y B. El grupo A lo integran Colombia (país anfitrión), Chile, Ecuador, Paraguay y Bolivia. El B está formado por Brasil, Perú, Venezuela, Argentina y Uruguay.

Es un campeonato que se ha desgranado con un formato de opciones clasificatorias que difieren de la Concacaf: mientras esta da cuatro cupos directos, la Conmebol solo tiene tres cupos. Los repechajes son iguales, dos para cada confederación. El ganador y el subcampeón obtienen cupos directos a la Copa Mundial Australia Nueva Zelanda 2023 y a las Olimpíadas París 2024; el tercer puesto, pasajes para la Copa Mundial y Juegos Panamericanos Santiago 2023. El cuarto y el quinto puesto van al repechaje del mundial y los Juegos Panamericanos Santiago 2023.

Brasil reafirma su perfil de potencia futbolística femenina del área. Así como en el fútbol masculino ratifica su poderío esgrimiendo su historia, lo hace también dando paso a nuevas generaciones que le permiten mantener su peso histórico y su actualidad como rival referente. En la historia de la Copa América Femenina, la selección solo ha perdido dos partidos frente a Argentina, su rival por antonomasia en la Conmebol: en 2006, en el partido de la final, y en 2014 durante la primera ronda.

Si quedase alguna duda, en la primera fecha del grupo B enfrentó a Argentina y la derrotó 4-0, para sumar pronósticos a su favor en este certamen. Colombia aspira como anfitrión a lograr una de sus mejores actuaciones, ya suma dos triunfos en sus dos primeros partidos. Venezuela es una selección a seguir con atención: derrotó en su primer duelo a Uruguay 1-0, con un golazo de Deyna Castellanos, su gran estrella contratada por el Manchester City. A Argentina y Uruguay no se les puede apartar, más allá de sus reveses al inicio del torneo. Es un evento que va ganando relevancia por el buen juego que están exhibiendo las selecciones. La final se disputará en el estadio Alfonso López, de la ciudad de Bucaramanga, el 30 de julio.

Europa disfruta su Eurocopa

Cinco años han pasado desde la última versión de la Eurocopa, la cual tuvo como sede los Países Bajos en 2017, quienes son las actuales campeonas al vencer en la final a Dinamarca 4-2. El periplo de cada cuatro años se ha visto interrumpido 365 días por la covid-19.

Sin embargo, ha empezado con el brillo y la espectacularidad de siempre, en un continente como el europeo donde el fútbol femenino es una realidad deportiva y laboral. Inglaterra, esta vez la sede, asociada inmediatamente con el fútbol masculino, con el fútbol femenino no se quiere quedar aparte y está realizando una competición que responde a las expectativas.

Concebido el torneo con 16 selecciones en cuatro grupos de cuatro selecciones: grupo A: Inglaterra, Noruega, Austria, Irlanda del Norte; grupo B: Alemania, España, Finlandia, Dinamarca; grupo C: Portugal, Suiza, Países Bajos, Suecia; grupo D: Francia, Islandia, Bélgica, Italia.

Los ingleses no solo quieren esta vez organizar una buena Eurocopa, desean alcanzar la final que arañaron en 2017, cuando se quedaron por fuera en las semifinales. Han iniciado metiendo miedo: derrotaron a Austria 1-0 en su primer partido, luego apabullaron a Noruega 8-0. Las noruegas, destacadas por estar en la parte alta del fútbol femenino, no encontraron cómo detenerlas. El 8-0 es la victoria más amplia que se ha dado en la historia de la Eurocopa masculina y femenina.

Cada partido hace crecer la emoción, aunque el gran ogro es Alemania, con ocho títulos. España se presenta como candidata; de Francia se espera que despegue; suecas y danesas entran en la lista y, por supuesto, los Países Bajos como defensoras del título. Ver el fútbol femenino este mes permite reafirmar, disfrutar y apreciar que la calidad de un deporte no tiene límites, menos por el género.

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