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La ciberdefensa de Dios: el plan del Vaticano para proteger la escogencia del nuevo Papa

- 02/05/2025 16:45
Todo lo que está ocurriendo alrededor del cónclave para escoger al sucesor del carismático papa Francisco parece de ciencia ficción, pero no lo es. Un equipo internacional se organizó desde que se conoció de la muerte de Jorge Mario Bergoglio con el objetivo de proteger la confidencialidad y el secretismo alrededor de la escogencia del nuevo líder de la Iglesia católica.
La Capilla Sixtina es el escenario donde tendrá lugar este momento que mezcla política, poder y espiritualidad. Bloqueos de señales de celular, señales de radio encriptadas, aislamiento de la red informática, entre otras son parte de las acciones que se están tomando para proteger la seguridad de esta elección.
“La preparación para el próximo Cónclave ha incluido un despliegue tecnológico sin precedentes en el Vaticano, en especial dentro de la Capilla Sixtina”. Según detalló el medio italiano Corriere Della Sera.

Ante una creciente exposición a amenazas digitales, la Santa Sede ha emprendido una estrategia sin precedentes: forjar alianzas internacionales y recurrir a empresas privadas extranjeras para fortalecer su ciberseguridad.
Entre las compañías seleccionadas se encuentran Cip, una firma británica especializada en protocolos de encriptación y defensa digital, Radure, una empresa israelí reconocida por su experiencia en vigilancia segura y tecnologías de defensa activa y también se integró a la Agenzia per la Cybersicurezza Nazionale (ACN) de Italia como socio estratégico. Este último organismo estatal se encarga de facilitar el intercambio de información sensible y garantizar respuestas inmediatas ante posibles ciberataques, especialmente durante eventos clave como el Cónclave.
La nueva estrategia del Vaticano contempla un sistema integral de protección: detección de intrusos, monitoreo constante, análisis de tráfico en tiempo real y simulaciones de crisis. Por primera vez, adopta una arquitectura híbrida que combina una infraestructura interna aislada con soporte técnico externo permanente.
La preparación para el cónclave
Un grupo reducido de personal de confianza, cuidadosamente seleccionado y sometido a vigilancia constante para prevenir cualquier intento de grabación o filtración de información, trabaja estos días previos de manera meticulosa para adecuar la capilla a las exigencias del evento.
En el interior de la capilla, de 40 metros de largo, 13 de ancho y 21 de alto, se disponen dos filas de mesas a cada lado, colocadas en paralelo y con la segunda fila ligeramente elevada para que todos los cardenales puedan verse entre sí en todo momento.
Para el último cónclave, el de 2013 y en el que se eligió al papa Francisco, se colocaron 12 mesas de madera, 6 por cada lado, cubiertas con paños de satén beige y burdeos, y sillas de madera de cerezo con el nombre de cada uno de los 115 purpurados que participaron. En esta ocasión, con 133 cardenales, se necesitarán algunas más.
Durante el cónclave, los cardenales están sujetos a un estricto aislamiento: no se les permite hacer llamadas telefónicas, enviar mensajes ni acceder a los medios de comunicación, con el fin de evitar cualquier influencia externa.
El secretismo es tal que, pese a que todas las zonas de los Museos Vaticanos están estrictamente vigiladas con cámaras de seguridad, durante el tiempo que dura el cónclave este sistema debe ser desconectado para impedir cualquier tipo de grabación.
Además, para facilitar la movilidad de los purpurados y evitar el uso de escaleras, se eleva el nivel del pavimento hasta igualar el del altar, creando un acceso llano al corazón del cónclave.
Se instala la chimenea en la Capilla Sixtina para el cónclave
Los bomberos instalaron este viernes la chimenea en el techo de la Capilla Sixtina del Vaticano con motivo del cónclave, que se iniciará el 7 de mayo, para elegir al nuevo papa y por el que saldrá el humo negro o blanco que anunciará el resultado de las votaciones de los cardenales.
Se prevé que ya incluso este viernes se hagan algunas pruebas para comprobar que la chimenea funciona.

La Capilla Sixtina del Vaticano cerró al público el pasado lunes para los preparativos del cónclave en el que los 133 cardenales con menos de 80 años, ante el imponente Juicio Universal de Miguel Ángel, votarán a sus candidatos para suceder a Francisco.
Para ello, la capilla debe ser preparada, disponiendo las mesas y los bancos para los debates de los purpurados, y se instala la chimenea con la que anuncian al mundo el resultado de la votación quemando las papeletas.
El humo negro indicará al exterior que no ha habido acuerdo mientras que la fumata blanca, que se consigue añadiendo una sustancia química, anunciará que se ha elegido a un nuevo papa con dos tercios de los consensos, que en esta ocasión serán 89 votos.
Con información de la agencia EFE.