Adalberto Carrasquilla, un guerrero panameño en tierra ibérica

  • 24/07/2020 00:00
'Coco' Carrasquilla disfruta el ascenso a la segunda división A con el F.C. Cartagena, el primer peldaño en sus aspiraciones en el exterior. Desde la histórica ciudad española habla de lo recorrido, opina sobre la Selección y define su visión: “trabajo y más trabajo”

En agosto del año pasado, Adalberto Carrasquilla viajaba a Europa ilusionado con abrirse un espacio en el club español de segunda división B, F.C. Cartagena. Estaba en un momento alto de su carrera en Panamá, había participado en todas las categorías inferiores de la Selección, debutando con la mayor el 18 de abril de 2018 (a los 19 años), campeón de la Liga Panameña de Fútbol (LPF), y recién regresaba de participar en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

Cartagena es una ciudad cuya historia y fundación están vinculadas principalmente a los fenicios y romanos. El 'Coco' durante una visita al Museo de Arqueología.

De Cartagena, España, esa ciudad puerto bordeada por el mar Mediterráneo fundada por el cartaginés Asdrúbal en el año 227 a.C., se oía muy poco por estas tierras, referida algunas veces por ser la cuna del reconocido escritor Arturo Pérez-Reverte, aunque opacada por el nombre de Cartagena de Indias, Colombia, debido a la vecindad. Con la llegada de Carrasquilla allí comenzó a aparecer, a través del nombre del equipo, en las secciones deportivas de los medios de comunicación nacionales.

Al llegar, Adalberto conocía que las 'condecoraciones' ganadas en las batallas futbolísticas panameñas tenían bajo relieve en un país en el que el fútbol es uno de los renglones significativos de su economía y donde las grandes estrellas mundiales pujan por estar en sus grandes clubes.

“Cuando llegué nadie sabía nada de mí, me caminé y conocí toda la ciudad porque es pequeña, aunque yo venía con la cabeza que iba a empezar de cero”. Hoy, 12 meses después, principalmente desde el pasado domingo cuando obtuvieron el ascenso ante el Atlético Baleares, es un personaje requerido en el entorno urbano: “trato de ser el mismo como cuando llegué, aquí apoyan mucho al fútbol, te saludan, la gente te tiene cariño y te piden fotos”. A punta de esfuerzo y capacidad obtuvo su primera 'medalla' de reconocimiento en España.

¿Estás recuperado de la celebración o todavía continúa?

Culminamos la noche del martes, tenemos un tiempo de vacaciones. No puedo ir a Panamá por las circunstancias actuales, aprovecharé para pasar más tiempo con mis hijos y ver si conozco un poco más de España.

Cartagena tiene un clima muy parecido al de Panamá y el mar a su alrededor, ¿te ayudó a adaptarte?

Desde que llegué me sentí bien, encontré cosas similares como el clima que me ayudó, cuando vino la época fría había tenido tiempo de adaptarme. Las playas están cerca. Tengo prácticamente todo lo que puedo hacer en Panamá. Estoy muy contento con el club y me gusta la ciudad.

Adalberto Carrasquilla, desde el castillo con el ascensor panorámico y la ciudad al fondo. Su actuación con el F.C. Cartagena le ha dado un reconocimiento en la comunidad.
La Segunda División A será una competencia más exigente, pero igualmente te dará más visibilidad, ¿la aspiración es llegar a primera división?

Sigo mi plan, tengo metas claras y gracias a Dios se me han dado las cosas, ha sido un año con muchas bendiciones. Prácticamente cumplí mis metas a corto plazo, ahora hay que dar un paso adelante con las de mediano plazo, solo queda trabajar para demostrar que quiero seguir mejorando, subiendo, seguiré esforzándome. Llegar a primera división es una meta desde que comencé, pero para ello solo queda trabajar día tras día.

En un entorno lejano y extraño, si el entrenador no te apoya decididamente las dificultades se hacen mayores, ¿cómo lograste que el entrenador uruguayo Gustavo Munúa apostara por ti?

El míster Munúa me dio la confianza desde el momento que aprobó que viajara a España para juntarme con el equipo; quedaba de mi parte venir a trabajar, demostrar que tenía ganas de estar, por ahí fue donde yo también lo respaldé, muchos aquí no creían en darle la confianza a un panameño como yo. Cuando me habló, me dijo que estuviera tranquilo, que me veía bien físicamente, que me iba a dar la oportunidad y estuviera preparado, le dije que estaría preparado. Como a la tercera fecha me brindó la oportunidad, salí con muchas ganas de demostrarle que podía confiar en mí.

¿Qué aprendiste de Munúa?

Aparte de aspectos tácticos, me enseñó a mejorar cosas clave como tener una actitud firme, independientemente si estaba ante un rival que parecía flojo, si era de media tabla o si fuera un rival fuerte. Si anotábamos un gol, quería que no nos contentáramos, siempre quería ganar. Me contagió, partido tras partido quería dar lo mejor y quería ganar.

Se va Munúa en diciembre. Muchas veces lo alcanzado con un técnico se pierde con el nuevo y cambian las preferencias, embonaste igualmente con Borja Jiménez, ¿qué diferencia el trabajo entre uno y otro?

Son muy diferentes, cada uno tiene su manera de cómo iniciar y cómo atacar, pero algo clave que sentía en ese momento fue que el grupo que había armado Munúa tenía la idea que identificaba al equipo: le gusta tener la pelota e ir al frente. El técnico Borja Jiménez trató de cambiar las cosas, pero es muy inteligente y se dio cuenta de que el equipo estaba hecho para continuar con esa idea; entonces nos cambió algunas, pero prácticamente mantuvo la idea.

Es cierto que logré embonar también con él, fue un reto difícil porque venía recuperándome de una lesión sin participar hasta enero, cuando llegó Borja; él ha hecho muy bien las cosas. Me dediqué igual, a demostrarle que quería estar en el equipo y ganarme su confianza.

¿Entiendes hoy tu puesto de mediocampista de contención igual que cuando estabas en Panamá?

Me ha cambiado en el tema táctico, el orden, el ritmo, el físico, siento que he mejorado, aunque es el mismo estilo de juego que el que tenía en Panamá. Le he agregado cosas a mi manera de jugar y me ha ayudado a crecer, soy muy observador de cualquier detalle que me pueda ayudar como persona y como jugador.

La camiseta albinegra del Cartagena, ¿te recordó al equipo panameño donde sobresaliste?

Desde el inicio la identifiqué con los colores del club que me mostró y me dio la confianza de crecer en Panamá, el Tauro; cuando iba a salir a la cancha me dije: si Dios me dio la dicha de salir campeón con el Tauro, Dios quiera que me regale la victoria esta noche. El Tauro lo llevaré en mi corazón, al igual que el Cartagena; me he motivado con ambos porque veía donde había estado y donde estoy ahora.

Llegó al F.C. Cartagena como una apuesta a futuro del equipo; hoy es un presente del club. Manejó el mediocampo ante el Atlético Baleares, el domingo pasado.
En el estadio la Rosaleda, Julio Dely Valdés dejó con el Málaga gratos recuerdos siendo figura, ¿tiene algo de especial haber logrado el ascenso allí?

Sí, desde que designaron el estadio lo sentí, cuando entré al campo lo visualicé al recordar su época, pensé que si Julio pudo lograr momentos importantes allí, iba a esforzarme por hacerlo yo también.

Se te vio menos fluido en el juego frente a Baleares, ¿la recuperación con un parón de tantos meses ha sido complicada?

Claro, soy autocrítico, por ahí no se vio tanta fluidez, influyeron muchos temas, aparte del parón, fue un partido muy táctico de ambos equipos que se defendieron bien y buscaron mantenerse posicionados, sabíamos que un error podía marcar el destino del ascenso. Asignado por el técnico, también desempeñé esta vez un rol individual de defender un poco más, venía atacando más; pero el objetivo era lo importante y se logró.

Si te hubiese correspondido patear un penal, ¿en los entrenamientos qué tan certero estuviste?

Todos practicamos penales, pero teníamos muy buenos pateadores; la competencia fuerte era entre seis o siete, yo no estaba entre esos siete, si me hubiese correspondido estaba disponible. Teníamos además un excelente portero para atajar los del rival, el técnico hizo los cambios al final, casi todos los pateadores ingresaron en los cambios. Yo estoy en la lista de los 8 a los 15 ejecutantes.

¿Cuál fue la principal virtud en el camerino?

Lo que vi y sentí en el camerino del Cartagena no lo había visto en ningún otro lado. Pensé cuando me fui del Tauro que el camerino que se armaba allí con el capitán Edwin Aguilar, por como estaba en mi país y como lo compartíamos, no iba a ver uno mejor, acá me dejaron impresionado. El ambiente del camerino fue algo único que va a marcar mi vida, salvo que venga algo mayor; la unión y el apoyo fueron siempre igual, no importa quién jugara o quién no.

También sucedió otro factor: cuando los jugadores salíamos, las familias, esposas e hijos se reunían, eso pareciera que no marcara diferencia pero lo hace, las esposas de los futbolistas también se aburren y se creó una conexión única en este grupo. Estas cosas nos ayudaron a crecer, era una gran familia, que es importante siempre.

El nuevo técnico de la Selección es el danés Thomas Christiansen, ¿qué expectativas tienes?

De los técnicos que propusieron solo he trabajado con el profe Julio Dely Valdés, él ha hecho bien las cosas y siempre nos ha aportado, pero la decisión final es de la Federación. Creo que se demoraron mucho en hacerlo, no tengo conocimiento de él, por el hecho de ser nombrado debe ser muy bueno. Como jugador solo puedo afirmar que voy a trabajar para ganarme la convocatoria, mientras los jugadores tengamos buen nivel le facilitamos el trabajo al técnico. Esperamos que el profe Christiansen venga de la mejor manera y que la Selección comience a competir fuerte, para que por ese camino aumentemos las posibilidades para ir a Catar 2022.

¿Has imaginado el ambiente en el estadio Cartagonova el día que jueguen el primer partido de local en la segunda división A?

No lo he pensado, estoy un poco en desconexión para descansar, pero es una afición que apoya demasiado y me imagino un lleno inolvidable porque va a ser el regreso del fútbol profesional a la comunidad, como le dicen acá a la primera y segunda división; será un día muy especial.

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