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- 27/04/2014 12:24
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Un gol del francés Demba Ba al filo del descanso y otro del brasileño Willian en el tiempo añadido dieron hoy la victoria al Chelsea en Anfield ante el Liverpool (0-2) y metieron a los de José Mourinho de nuevo en la lucha por la liga inglesa a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato.
Los "reds", que perdieron la ocasión de dejar la Premier prácticamente sentenciada y ven su ventaja respecto al Chelsea reducida a dos puntos, quedaron atascados en la densa defensa del conjunto londinense, que controló los espacios y desactivó al uruguayo Luis Suárez.
El Chelsea, que el miércoles disputará en Stamford Bridge la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid, recibirá la próxima jornada al Norwich y visitará al Cardiff en el último encuentro del torneo.
Por su parte, el Liverpool, que había ganado sus últimos once partidos de liga, se desplazará para enfrentarse al Crystal Palace y cerrará la temporada en Anfield ante el Newcastle.
Mourinho había amagado durante esta la semana con sacar un once debilitado ante el Liverpool por el crucial compromiso europeo de esta semana, sin embargo alineó finalmente a un equipo competitivo, a pesar de sus numerosas bajas.
El portero Petr Cech estaba descartado por una luxación de hombro, John Terry por su lesión de rodilla, Eden Hazard por molestias en un gemelo y Samuel Eto'o por otra dolencia de rodilla, mientras que Ramires estaba sancionado.
Con todo, el Chelsea alineó a algunos de sus hombres clave: Ashley Cole mandaba en el lateral izquierdo, mientras que Branislav Ivanovic acompañaba en el centro de la defensa al joven Tomás Kalas, de 20 años, que dio descanso a Gary Cahill en esa posición y fue una de las escasas sorpresas que se reservó Mourinho en la alineación.
Frank Lampard y John Obi Mikel, ambos sancionados en la 'Champions', se situaron en el centro del campo acompañados por Nemanja Matic, que no puede disputar competiciones europeas con los "blues" este año, lo mismo que Mohamed Salah, que entraba hoy por la derecha.
El Chelsea cedió desde el inicio del partido la iniciativa al Liverpool, que triangulaba con paciencia con Steven Gerrard al mando y Suárez en punta.
Como ya hizo en el Vicente Calderón la semana pasada, el equipo de Mourinho se ordenaba por detrás de la pelota para tapar cualquier espacio al rival.
Con todo, los "reds" lograron fabricar dos ocasiones en los primeros compases del duelo. El brasileño Philippe Coutinho avisó a los diez minutos al rematar desde el área pequeña una volea que salió desviada.
Poco después, Cole sacó de la línea un balón que había rebotado en la espalda de Mikel a la salida de un córner y que quedó a pocos centímetros de convertirse en el 1-0.
A pesar de esas dos llegadas, el potencial atacante que ha demostrado el Liverpool esta temporada (es el equipo más goleador de la liga inglesa, con 96 tantos) se desvanecía esta tarde ante la mejor defensa de la Premier, que tan solo ha recibido 26 goles hasta ahora.
Suárez estaba desaparecido y Gerrard, que luchaba por encontrar espacios entre la maraña de jugadores del Chelsea, cometió un error funesto al filo del descanso que echó por tierra el trabajo de los de Brendan Rodgers.
El centrocampista inglés resbaló en la peor zona del campo posible y Demba Ba, más atento que nadie, se hizo con el cuero y encaró en solitario al portero belga Simon Mignolet, que salió hasta el borde del área pero no pudo detener el tiro raso y centrado que lanzó el atacante "blue".
En la segunda parte no cambió el planteamiento del partido. El Liverpool, lanzado al ataque, se quedaba trabado a la entrada del área del Chelsea y sufría cada vez más ante las arremetidas de los de Mourinho a la contra.
Incapaces de entrar en el área, los "reds" optaban por gastar cartuchos desde el exterior sin demasiado éxito.
El galés Joe Allen obligó a Schwarzer a despejar un difícil disparo al cuarto de hora del segundo tiempo, mientras que Mignolet detuvo poco después un fuerte tiro de André Schürrle, especialmente inspirado por la izquierda.
Para amarrar el resultado, Mourinho acabó el duelo situando a cinco defensas en su última línea: Cahill se sumó a Ivanovic y Kalas en el centro (sustituyó a Shürrle), con Azpilicueta y Cole en los laterales, y se configuró así un cerrojo en el área del Chelsea que negó al Liverpool cualquier ocasión, a pesar de que Suárez probó a Schwarzer poco antes del final.
Aún tuvo tiempo el Chelsea de sentenciar el partido con su segundo gol, gracias a un contragolpe que condujo el español Fernando Torres, que acababa de salir del banquillo, y concluyó Willian rematando a la red.