Los primeros pasos de la Federación de Estudiantes de Panamá y el Frente Patriótico de la Juventud

Actualizado
  • 20/11/2022 00:00
Creado
  • 20/11/2022 00:00
Entre finales de 1944 y comienzos de 1945, la juventud panameña cautivó al país con su participación polìtica de altura
Los primeros pasos de la Federación de Estudiantes de Panamá y el Frente Patriótico de la Juventud

En múltiples circunstancias, las juventudes panameñas han participado en el acontecer político nacional, pero nunca de forma tan organizada y combativa como en las décadas de los 40 y 50 del siglo XX.

La llamada Generación del 44 contó con destacados líderes estudiantiles como Diógenes Arosemena, Ana Casís, Ramón H. Jurado, Joaquín Beleño, Guillermo Luciano Sánchez, Aníbal Illueca, Ernesto Castillero Pimentel, Humberto Riccord, Ricardo Bermudez, Rodrigo Arosemena, Carlos Calzadilla y otros que se ganaron la admiración de la ciudadanía por su valentía y capacidad de actuar como voz de la conciencia nacional.

No pocos de ellos debieron hacer sacrificios, al ser perseguidos y castigados por las autoridades de la época.

Antecedentes
Los primeros pasos de la Federación de Estudiantes de Panamá y el Frente Patriótico de la Juventud

Ya desde la década de los años 1920, la juventud panameña había empezado a movilizarse a través de agrupaciones como la Federación de Estudiantes de Panamá, la Sociedad de Estudiantes de Derecho y, sobre todo, el Movimiento de Acción Comunal.

La necesidad de que los jóvenes participaran en el ámbito público era una idea que tomaba fuerza en el periodo de entreguerras, a medida que se observaba que los sufrimientos causados por la I Guerra no lograban cambiar las actitudes de los líderes políticos de las naciones.

De allí que se motivara a las nuevas generaciones, a las que se asumía no contaminadas por viejos odios ni prejuicios, a emprender nuevas políticas sociales hacia la paz.

Fueron varias los congresos internacionales convocados en Europa y América del Norte (Ginebra, 1936; Nueva York, 1938), por gobiernos y organizaciones internacionales como la Liga de Naciones, para promover el intercambio de ideas y la concertación de acuerdos de cooperación y organización para la paz.

El movimiento juvenil en Panamá

Aunque iniciado en las décadas de los 20 y 30, el movimiento juvenil panameño se consolidaría en la década de 40 bajo el gobierno autoritario de Ricardo Adolfo de la Guardia (1941-1945).

Como se recordará, De la Guardia había asumido la Presidencia de la República tras ser derrocado Arnulfo Arias, con el apoyo de una Policía Nacional que iba ganando espacios como árbitro de la vida nacional.

Todos esperaban que el suyo fuera un gobierno de corta duración, pero tres años después de asumido el cargo, el mandatario hacía alarde de que se mantendría en el puesto más allá del término original de Arnulfo Arias en 1944 —'con Ricardo Adolfo de la Guardia hasta 1947' era su consigna—.

De acuerdo con el relato del entonces estudiante Carlos Calzadilla, el detonante de la movilización de los jóvenes se dio una mañana de octubre de 1943, cuando el presidente Ricardo De la Guardia, ofendido por que el profesor universitario Felipe Juan Escobar no le devolviera un saludo, ordenara su destitución.

Los estudiantes protestaron, pero al no ser escuchados, decidieron irse a una huelga que duró veintitrés días (27 de octubre y 19 de noviembre de 1943).

El gobierno respondió con la expulsión de los líderes estudiantiles, lo que a su vez, motivó a aquellos a reunirse con el ánimo de constituir una organización formal que encausara nuevas protestas.

Formación del FEP

Tras la participación de jóvenes panameños como Eloy Benedetti y Jorge Franco en el Congreso de Juventudes Americanas celebrado en México, en 1943, el estudiantado tomó el interés por reconstituir la Federación de Estudiantes de Panamá que había funcionado brevemente entre la década del 20 y el 30 y crear, según fuera recomendado en el congreso en México, un Frente Nacional de la Juventud.

La nueva Federación se formó en febrero de 1944 , con capítulos en todos los planteles escolares del país y la consigna de convertirse en una fuerza cívica para “combatir las fuerzas reaccionarias que se vigorizan con la ignorancia, se perpetúan con la corrupción política y fomentan la injusticia social”.

El congreso de la juventud

Una de las primeras grandes actividades de la Federación de Estudiantes de Panamá fue el Primer Congreso de la Juventud, inaugurado el 23 de diciembre de 1944, con la participación de más de 200 delegados que representaban unas 50 agrupaciones deportivas, profesionales, culturales, políticas, obreras y religiosas, de todos los sectores del país. Ese primer día del congreso, fue elegida la junta directiva, que estaría presidida por el arquitecto Ricardo J. Bermudez acompañado de Julio B. Sosa, como Secretario y Carlos Calzadilla como Sub secretario.

El programa del evento incluía ponencias y discusiones sobre temas como la educación, la censura, la unificación de la juventud, la situación económica y política del país. Sobre todo, la meta de los jóvenes reunidos en el Instituto Nacional era el de reclamar un papel en el rescate moral de las instituciones democráticas del país y la preservación de una democracia liberal.

Desde el primer día, las participaciones combativas provocaron el entusiasmo espontáneo de la ciudadanía, que empezó a acudir cada noche al patio del edificio del Instituto Nacional para escuchar y comentar las brillantes intervenciones de los delegados Rodrigo Arosemena, Eloy Benedetti, Jorge Franco, Rafael González, Manuel Solís Palma, Moisés Torrijos, Norberto Zurita y otros (Ver Jorge Porras, Lotería 414).

De acuerdo con Conte Porras (Lotería, 414) uno de los oradores más brillantes de las primeras jornadas fue Enrique Karlsson, que hizo una documentada exposición sobre los problemas de la educación nacional, defendiendo la libertad de cátedra, el respeto a la autonomía del claustro universitario y la necesidad de un instrumento legal que amparase al educador de los vaivenes de la política.

Un temerario Karlson terminó su participación arengando contra el gobierno “corrupto y antidemocrático” de Ricardo de la Guardia, y advirtiendo que sus días estaban contados. Ello motivó a una reacción espontánea del público que empezó a cantar a voces el Himno Nacional.

La incitación no pasó desapercibida para el gobierno de De la Guardia, que envió a la Policía Secreta al Instituto con la orden de detener a Karlson y a los estudiantes Sergio González, Jaime Cal y Ramón Carrillo. Sin embargo, antes de que las unidades policiales pudieran cumplir órdenes, se formó un forcejeo que obligó a la Policía a retirarse.

Airados, los jóvenes iniciaron una manifestación a lo largo de la Avenida Central, culminando con un mitin en la Plaza de la Catedral, con más gritos y consignas contra el gobierno de Ricardo de la Guardia.

Coincidencia política

El Congreso de la Juventud seguía su programa cuando, el 27 de diciembre, unos 15 diputados de la Asamblea Nacional anunciaron que se proponían, al inicio del nuevo periodo de sesiones, a nombrar a tres 'nuevos designados'. Ello, de acuerdo con el artículo 90 de la Constitución de 1941, implicaba la sustitución del presidente y el llamado a elecciones.

Como respuesta, el viernes 29 de diciembre, el gobierno emitió un decreto Ejecutivo por el que 'suspendía' la vigencia de la Constitución de 1941, llamaba a una Asamblea Constituyente y declaraba todo el territorio nacional en 'estado de alerta'.

Más importante, el mismo Decreto Ejecutivo convocaba a elecciones para elegir los delegados que participarían en una constituyente originaria, que se inauguraría formalmente el 15 de junio de 1945.

Mientras la situación política se iba tornando candente, el Congreso de la Juventud seguía sesionando en el Instituto Nacional, con apasionadas discusiones y encendidas arengas.

Varios de los partidos políticos aceptaron el llamado a la Constituyente, pero los estudiantes decidieron oponerse, declarando su posición en contra del gobierno y convocando, en vez, en “esa hora trágica”, a una reunión de los diputados y el gabinete para el día 5 de enero en el Paraninfo Universitario.

El llamado cayó al vacío, pues el congreso no contaba con ningún elemento de poder ni fuerza social. Sin embargo, antes de ser clausurado, la juventud reunida dio formal constitución al Frente Patriótico de la Juventud, un organismo que en los próximos años tendría actuaciones destacadas en la vida política del país.

Curiosamente, en los próximos días se formaría la Liga Patriótica Femenina, que daría impulso a la participación de la mujer panameña en la próxima Asamblea Constituyente.

De esta forma, los grupos marginales como la juventud y las mujeres se unían a las fuerzas vivas del magisterio, a los trabajadores y socialistas en la búsqueda de una democracia más participativa e incluyente.

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