Modesta fue la actuación de Panamá

ENVIADO ESPECIAL

PANAMÁ. Luego de 15 días de competencia, Panamá se despide de los XXI Juegos Centroamericanos de Mayagüez, Puerto Rico, con una modesta actuación, al conquistar un total 16 medallas, dos de oro, tres de plata y 11 de bronce.

Con las dos preseas doradas, la delegación canalera 2010 iguala en ese renglón lo que hizo la representación del 2006 en Cartagena, sin embargo deportes colectivos como el béisbol que venía con grandes opciones de medallas, fracasó y el de baloncesto que en la edición previa en Colombia logró plata, ahora termina sexto.

Para Rolando Villalaz, jefe de misión de la delegación istmeña, Panamá mantuvo el nivel de Cartagena, a pesar de las ausencias de atletas élites como Irving Saladino y Alonso Edward, quien sin duda eran serios candidatos a ganar medallas.

"Nosotros nos vamos complacidos, una vez más los atletas de deportes individuales sacaron la cara y los de colectivos como el básquet y béisbol quedaron a deber", explicó Villalaz.

Sin dudas, el tritón Edgar Crespo se erigió como el atleta estandarte de Panamá, tras agigantarse en el Natatorio Centroamericano con sus dos medallas de oro y una de plata.

Pero la llegada de Crespo a Mayagüez no solo fue para llevarse esas dos doradas, el nadador escribió su nombre en los libros de la historia de la cita deportiva, al menos p or los próximos cuatro años, luego de imponer récord en los 50 y 100 metros pechos.

Greench y Herrera mostraron su grandeza La esgrimista Eileen Greench y el luchador Irving Herrera también se hicieron grande acá en Mayagüez, con sus medallas de bronce y plata respectivamente. Greench, quien fue la abanderada de Panamá, demostró que ade más de ser una gran atleta, también es un ser humano como ninguno, una joven humilde, sin aires de gran deza. La especialista en sable reside en Estados Unidos y a pesar de que conoce muy poco a los demás deportistas canaleros, en cuestión de horas ya relajaba con cualquier atleta.

El veragüense Herrera, por su lado, desafío sus 33 años ante rivales en los 120 kilos de lucha grecorromana y salió de la Villa con su plata en el cuello.