Cuando el llamado “Dolor de Yegua” aparece en el corredor

Actualizado
  • 07/02/2016 01:01
Creado
  • 07/02/2016 01:01
Una molestia abdominal puede ser sumamente molesta para quien practica el running. Impide que se complete el ejercicio físico con rigor

Aunque no se trata de una molestia exclusiva de los corredores, ya que afecta también a deportistas de otras modalidades, el llamado ‘dolor de yegua' es una dolencia abdominal que aparece de manera sorpresiva sin causa aparente, y que por momentos puede llegar a ser muy incapacitante.

DESCRIPCIÓN

En nuestro país se hace referencia a esta condición generalmente como ‘dolor de yegua', aunque en otras latitudes del continente también se la conoce como ‘dolor de caballo' o ‘vaso', y en Europa como ‘flato'.

El término surge del paralelismo que existe entre este dolor en las personas y el que sufren algunos equinos en su parte abdominal debido al exceso de trabajo físico.

En los países anglosajones se le conoce como ‘stitch', y en la nomenclatura médica como ‘dolor abdominal transitorio (DAT) asociado al ejercicio físico'.

La mayoría de los corredores han sentido en alguna ocasión el ‘dolor de yegua', el cual se presenta sin previo aviso como una molestia aguda y punzante en la cavidad abdominal.

Por lo general afecta al lado derecho del abdomen y suele desaparecer después de un corto periodo de tiempo.

Mientras está presente puede llegar a resultar una dolencia tan incómoda y limitante que nos impida seguir realizando ejercicio físico, o cuando menos, afectar a nuestro nivel de rendimiento.

SUS CAUSAS

Se han formulado varias teorías sobre los motivos que provocan el ‘dolor de yegua', pero no hay consenso en la comunidad médica sobre el origen real de esta dolencia.

La que tiene mayor aceptación apunta a la inflamación de los ligamentos del diafragma debido a la oscilación que se produce al realizar el gesto de carrera.

El diafragma es el músculo principal de la respiración, y se sitúa entre la cavidad torácica donde se alojan los pulmones y el corazón, y la parte abdominal, donde entre otros órganos se ubican los intestinos, el hígado, el estómago, el páncreas y el bazo.

Esta oscilación natural de los órganos hacia arriba y hacia abajo que se produce al correr de manera repetitiva, se acentuaría por la propia función respiratoria, ya que al inspirar el diafragma desciende para permitir el ingreso de aire a los pulmones, y al espirar se eleva mientras el aire es vaciado al exterior.

Ello generaría una enorme tensión en los ligamentos que unen el diafragma a los órganos antes citados, la cual se traduciría en forma de dolor punzante.

Otra corriente afirma en cambio que el ‘dolor de yegua' tiene su origen en una deficiente oxigenación del diafragma, ya que al correr de manera intensa el riego sanguíneo se concentraría principalmente en la musculatura del tren inferior.

Ello tendría como consecuencia una hipoxia o falta de suficiente oxígeno en el diafragma, con la consiguiente fatiga y aparición de dolor.

Un elemento adicional también a considerar hace referencia a las características del sujeto que padece esta dolencia, ya que según algunos estudios hay mayor prevalencia de casos en personas menores de 40 años, independientemente del sexo al que pertenezcan.

CÓMO PREVENIRLO

Resulta complicado establecer unas medidas de prevención para evitar la aparición del ‘dolor de yegua' cuando no se tienen bien definidos los motivos que lo originan.

En la actualidad se tiende más a pensar que no existe un único dolor abdominal transitorio, sino que hay varias manifestaciones del mismo, y que son múltiples los factores que inciden en que este finalmente se presente o no.

Se afirma que correr con el estómago demasiado lleno sería contraproducente y favorecería la aparición del ‘dolor de yegua', sobre todo tratándose de alimentos de digestión lenta como azúcares, grasas y carbohidratos.

Por este motivo, la ingesta de alimento se debería realizar dos o tres horas antes de comenzar el ejercicio físico.

De igual modo, tener un exceso de líquido o gas en el estómago al comenzar a correr tampoco sería recomendable, así como ingerir bebidas muy frías.

La hidratación se debería hacer de manera gradual a pequeños sorbos durante el ejercicio, y no en grandes cantidades.

Un estómago con mayor peso favorecería no solo una mayor oscilación de este órgano y fricción de los ligamentos del diafragma, sino adicional un menor aporte de oxígeno al diafragma por motivo de la digestión en curso.

De modo complementario al calentamiento tradicional que siempre debemos realizar antes de correr, las personas proclives a sufrir este dolor deberían ejecutar rotaciones abdominales e inspiraciones y espiraciones profundas por un par de minutos antes de iniciar su rutina de carrera a ritmo progresivo.

SOLUCIONES

Cuando el ‘dolor de yegua' se presente a pesar de las precauciones que podamos tomar, no es necesario parar del todo y dejar de correr, salvo aquellos casos en que el dolor sea totalmente incapacitante.

Por lo general, bastará con ralentizar el ritmo de carrera, presionar fuerte el área afectada con las yemas de los dedos, y realizar varias respiraciones abdominales profundas, para que el dolor desaparezca con la misma inmediatez como se presentó.

Al realizar estos procedimientos, por un lado disminuiremos la oscilación de los órganos del abdomen, y por otro, posibilitaremos un mayor aporte de oxígeno al diafragma.

Si el ‘dolor de yegua' se presenta durante un entrenamiento no nos causará mayor perjuicio, pero en medio de una competencia puede afectar mucho a nuestro rendimiento.

MI EXPERIENCIA

Llevo corriendo más de cuarenta años y durante mi vida deportiva he sufrido de ‘flato' como lo llamamos en España unas cuantas veces, aunque siempre he aplicado los remedios antes citados y ha desaparecido al poco tiempo.

De todos modos la fisiología y personalidad de cada corredor es diferente. Conozco casos de maratonistas en un perfecto estado de forma que han sufrido de manera sorpresiva ‘dolor de yegua' por unos días casi al final de su plan de preparación, sin haber cambiado sus rutinas de entrenamiento y alimentación.

También casos en los que la persona estaba en ayunas, no iba a ritmo exigido, ni estaba comenzando su rutina sino al final, y de todos modos ha padecido de esta molestia.

En lo personal creo que tiene una gran influencia el nivel de estrés que sufra la persona, y si está llevando un descanso adecuado al nivel de esfuerzo que realiza en sus entrenamientos.

Para finalizar, hay que hacer énfasis en que esta dolencia no es grave ni debe tener consecuencias negativas en el largo plazo, pero hay que poner atención a que se trate realmente de un ‘dolor de yegua' y no sea otra patología diferente.

Por lo tanto, si los dolores se presentan de manera habitual también en otras zonas diferentes al abdomen o no están asociados directamente a la práctica de ejercicio físico, se hace necesario acudir al médico para la preceptiva consulta.

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