Un mes de éxitos para Pincay, Rivera y Saladino

Actualizado
  • 11/05/2020 00:00
Creado
  • 11/05/2020 00:00
El mes de mayo ha sido de gran significado para muchos atletas istmeños. Entre estos deportistas están, principalmente, el jinete capitalino Laffit Pincay Jr., el pelotero chorrerano Mariano Rivera y el corredor colonense Irving Saladino

La actividad deportiva nunca se detiene, ni siquiera en épocas de grandes desastres, por lo que es indudable que los deportistas que se desenvuelven en ella van dejando huellas, algunas que marcan sus carreras de alguna forma o significan un antes y un después.

Irving Saladino

En esa línea, el mes de mayo ha sido de gran significado para muchos atletas istmeños, debido a que, como señalé, marcó de alguna forma sus fantásticas carreras hacia el estrellato.

Entre estos deportistas están, principalmente, el jinete capitalino Laffit Pincay Jr., el pelotero chorrerano Mariano Rivera y el corredor colonense Irving Saladino.

Es cierto, hay otras hazañas marcadas en el quinto mes del año, pero estas, a nuestro parecer, son las más destacadas.

El “Corsario” capitalino

Para Pincay Jr. este mes es de gran significado porque, entre otras cosas, se registraron dos hechos trascendentales en su carrera.

Lo primero fue que debutó precisamente en mayo en la pista del hipódromo Presidente Remón. El hecho se dio el 19 de mayo de 1964, cuando apenas frisaba los 16 años, montando la yegua 'Huelen'.

También en este mes, el látigo panameño dejó marcado su nombre en la hípica norteña, al ganar la prueba más famosa de Estados Unidos, el Derby de Kentucky.

Efectivamente, el 4 de mayo de 1984, arriba de los lomos del ejemplar 'Swale' ganó la prueba en Churchill Downs, siendo la primera ocasión en que lo lograba, tras 11 años de intentarlo.

Laffit Pincay Jr.

Unos años antes, la primera prueba de la triple corona en la hípica estadounidense fue ganada por los también panameños Jacinto Vásquez, en dos ocasiones (1975 y 1980), y Jorge Velásquez (1981).

El “Expreso” chorrerano

Mariano Rivera guarda también en el baúl de sus recuerdos este mes de manera entrañable, porque fue en mayo cuando se dieron hechos significativos en su carrera en las Mayores, siempre vistiendo el uniforme de los Yanquis de Nueva York.

Rivera, en su afamada carrera en el mejor béisbol del mundo que, por cierto, lo llevó al Hall of Fame de Cooperstown, tuvo siete acontecimientos muy significativos en mayo.

El primero de ellos se dio el 28 de mayo de 1995, cuando alcanzó su primer triunfo en las Mayores, vistiendo el uniforme de los Mulos de Manhattan, al vencer su equipo a los Atléticos de Oakland, 4 carreras por 1.

El “Expreso” chorrerano espació siete imparables en 5.1 entradas, en las que ponchó a uno, boleó a tres y aceptó la única carrera de sus contrarios.

Casi un año después, el 17 de mayo de 1996, Rivera logró el primero de sus 652 partidos salvados de su carrera, en el triunfo de los Yanquis de Nueva York frente a los Angelinos de California.

Seis años después registró su partido salvado número 225 de su carrera, para convertirse en el taponero más exitoso de la franquicia de los Yanquis, al sobrepasar al también derecho Dave Righetti (224), en el triunfo ante Tampa Bay.

El 28 de mayo de 2004, Rivera se unió al selecto grupo de lanzadores relevistas con 300 o más partidos salvados, al preservar el triunfo de los Yanquis sobre los Ray's de Tampa, 7 a 5.

Ese mismo día, pero dos años después, agregó otra hazaña al obtener su salvamento número 390 de su carrera, empatando en el cuarto lugar de todos los tiempos a Dennis Eckersley.

En 2009, Rivera se convirtió junto al abridor Andy Pettitte en los serpentineros en obtener en conjunto más victorias y salvamentos, con un total de 58, en las Ligas Mayores, honor que hasta ese momento estaba en posesión de Bob Welch y Dennis Eckerseley, de los Atléticos de Oakland.

El 25 de mayo de 2011, el diestro istmeño se convirtió en el único pelotero en las Grandes Ligas en tener mil apariciones con el mismo equipo, y en el número 15 entre los jugadores que lo lograron, pero con diferentes equipos.

El “Canguro” colonense

Irving Saladino, creador de la figura de C3 con sus dedos, al igual que sus dos anteriores paisanos, coronó su brillante carrera atlética en el exterior, y todo empezó un año antes de que llegaran los grandes éxitos.

Efectivamente, el 7 de mayo de 2005, siendo un joven de 22 años, el saltador colonense ganó la prueba de salto de longitud del Gran Premio Suramericano de Santiago de Chile, con un impulso de 7,93 metros.

Un año después se registran dos hechos significativos, que hablan de su despunte internacional. El 14 de mayo impone una nueva marca nacional, centro y suramericana en la especialidad, al dar un salto de 8,56 metros, suficientes para ganar la competición del Gran Premio de Río de Janeiro.

Doce días después, en Ponce, Puerto Rico, se lleva la medalla de oro del Iberoamericano de Atletismo, con un esfuerzo de 8,42 metros.

Finalmente, el 24 de mayo de 2008, en la ciudad holandesa de Hengelo y ya con el título mundial en su alforja, realiza el mejor salto del mundo en 14 años, con un salto de 8,73 metros que lo ubica en el séptimo lugar del escalafón de todos los tiempos.

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