El hermoso y difícil arte de ser mamá y atleta

  • 07/12/2020 00:00
La pandemia de covid-19, un nefasto virus que ha azotado al mundo, paradójicamente les ha supuesto a ambas una tregua, porque les permitió dejar por un tiempo los uniformes y los guantes, para compartir un poco más con sus familias
La capitalina Yaremi Borzelli ha sido campeona en las tres últimas ediciones de los Juegos Centroamericanos y medallista de plata en los Bolivarianos de 2017. En la imagen la deportista junto a su hija Kamy.

Yaremi se levantó muy temprano para cumplir con sus obligaciones diarias. Atender a su pequeña Kamy, luego a sí misma y, finalmente, empezar los entrenamientos.

La rutina se repetirá una vez más durante el día, hasta que complete su agenda de madre y atleta. No es fácil la tarea, pero para la karateca de 28 años, es lo más gratificante que le ha podido ocurrir.

En el otro extremo está Marta, quien durante los últimos 20 años ha tratado de cumplir a cabalidad con su papel de madre y deportista.

No se califica con notas excelentes, pero cree que a lo largo de todos estos años ha sabido cumplir con todos sus roles, principalmente porque ama a los suyos tanto como al deporte que abrazó siendo una adolescente.

La pandemia de covid-19, un nefasto virus que ha azotado al mundo, paradójicamente les ha supuesto a ambas una tregua, porque les permitió dejar por un tiempo los uniformes y los guantes, para compartir un poco más con sus familias.

Este hermoso y difícil arte de ser mamá y atleta al mismo tiempo es toda una odisea, y aunque en este reporte solo presentamos los testimonios de dos deportistas, es una misión compartida por cientos de mujeres en Panamá y el mundo.

El hermoso y difícil arte de ser mamá y atleta
De primera al montículo

Marta cubrió la primera base de su equipo desde que llegó al softbol a los 14 años, pero eso cambió drásticamente nueve años después, cuando se vieron urgidos de una lanzadora.

“No teníamos lanzadoras molinete y esa era una de las modalidades que más me gustaba, así es que cambié de posición”, refirió Marta Corpas, del pueblo de José del Mar, en la costa arriba de Colón.

“Ahora, después de 15 años, soy una de las estelares de Colón, algo que me satisface porque también mi talento es reconocido a nivel nacional”, precisó.

Es cierto, Marta está muy orgullosa de lo que ha aportado a este deporte, pero lo ha hecho al tiempo que ha criado a sus tres hijos (Jonathan, de 19; Carlianis, de 11, e Isaac, de 2).

“Con los tres me ha tocado lidiar, pero principalmente con el más pequeño, porque con los dos primeros recibí la ayuda de mi suegra, cuando iba a entrenar o a los campeonatos nacionales”, explicó.

Ahora, un detalle. No en muy pocas ocasiones, le tocó llevarlos a algún partido, porque “son su responsabilidad y no había de otra”.

Hoy, la deportista colonense se prepara para jugar en el torneo superior de softbol en la capital, aunque también lo hace para separarse por un tiempo de sus hijos.

“No ha sido fácil, pero me aplico para ello. Siempre tocaba, primero, hacer los trámites para conseguir el permiso de trabajo, y después buscar a alguien que me cuidara a mis hijos”, dijo.

“Esta disciplina que he mantenido durante años como deportista y madre, se la he tratado de inculcar a mis hijos, porque también les gusta el deporte y algún día tendrán que afrontar responsabilidades”, añadió.

El tesoro más anhelado

La capitalina Yaremi Borzelli ha sido campeona en las tres últimas ediciones de los Juegos Centroamericanos (2010, 2013 y 2017) y medallista de plata en los Bolivarianos de 2017.

Sin embargo, todos estos logros no cambian la satisfacción que sintió, cuando hace siete meses nació Kamy. “Créame que tengo una motivación más”, nos dijo.

Yaremi y su esposo (Carlos Santo) habían planificado desde hace algún tiempo empezar a formar una familia, pero la intensa actividad que hay alrededor de un ciclo olímpico les había retrasado ese cometido.

Marta Corpas, lanzadora estelar de softbol de Colón, está muy orgullosa de lo que ha aportado a este deporte, pero lo ha hecho al tiempo que ha criado a sus tres hijos.

La última ocasión en que pospusieron sus planes fue para cumplir con los Juegos Panamericanos de Lima, donde Borzelli participó tras su clasificación en Panamá.

“Después de esa competencia, le dije a mi esposo que era el momento de salir embarazada, porque no tendría más actividad hasta el año 2021”, expresó.

La transición de esposa y atleta a esposa, atleta y madre no fue fácil al principio, recordó Borzelli, quien tras cumplir los primeros cuatro meses junto a su pequeña, decidió que era hora de volver al gimnasio.

La campeona centroamericana tuvo medio asunto resuelto, ya que el dojo está en su casa y el entrenador es su pareja, aunque no contó con que a partir de ahora tendría que tener un espacio importante para su hija.

“Todo eso lo tuve que calcular. Antes de entrenar tengo que darle de comer, porque si no se me puede arrebatar, como me pasaba al principio, y también vaciarme los pechos porque con ellos llenos es un poco complicado, pero me he adaptado rápidamente”, destacó.

“Ahora, he recibido una gran ayuda de mi esposo y de mi suegra”, matizó.

Madre emprendedora

Yaremi, profesora de profesión, entrena dos veces al día, por lo que sigue el mismo patrón para cada una de las jornadas de trabajo, y lo que queda de la tarde y noche, se lo dedica a su tienda de bisutería.

“El año pasado resolví dejar la docencia durante 2020 para dedicárselo a mi hija, pero en mis ratos libres hago todo tipo de bisutería que vendo en mi página de Instagram (@YBorzelli.ninoC)”, indicó.

Explicó que el oficio de hacer prendas era un pasatiempo, hasta que se vio en la necesidad de entrenar para los Panamericanos.

“Tenía que prepararme y no se nos iba a mandar a ningún lado, por lo que resolví con mi amiga Ninoska Carrasco vender las prendas que hacía, y con lo que recogí me fui sola a República Dominicana”, recordó.

“Faltando una semana para cumplir la última etapa de entrenamiento, mi esposo tomó sus ahorros y se reunió conmigo. Créame que no fue fácil, pero cumplimos con mi sueño de estar en los Panamericanos”, señaló.

Precisó que recibe una dieta económica por parte de Pandeportes, que le ayudó para completar su preparación.

El hermoso y difícil arte de ser mamá y atleta

Yaremi Borzelli emprenderá el próximo año su último ciclo olímpico antes de retirarse, convencida de que lo más preciado que le podrá dejar a su hija es lo obtenido como deportista.

“Tengo una gran motivación, porque me ilusiona dejarle un legado a Kamy”, finalizó.

Lo Nuevo