El Festival de Debutantes se realizó el 5 de julio en el Club Unión de Panamá. Es organizado por las Damas Guadalupanas y se realiza cada año para recaudar...
- 11/07/2015 02:00
La Villa Panamericana será por los próximos 20 días el lugar más pintoresco de todo Canadá.
Enclavada en el ‘dowm town' de Toronto, los más de 7 mil atletas de 39 países convivirán por una temporada sus experiencias personales, costumbres regionales y, tal vez lo más importante y alejando del fragor de la competencia: una amistad y el símbolo de hermandad continental.
Algunas delegaciones, como la de Panamá, pequeñas en su composición, no pasan desapercibidas. ‘A mí me gustaría ir a su país', comentó Jessica, una joven de 20 años que sirve como voluntaria en los Juegos Panamericanos.
Como ella, más de 40 mil personas, entre canadienses y extranjeros residentes en este país, cumplirán funciones dentro de los juegos, ya sea como orientadores de los atletas, del personal administrativo de las delegaciones y de los medios de comunicación presentes.
Una tarima de espectáculos presagia el comienzo de una jornada llena de entusiasmo, mientras ‘Pachi', la mascota oficial de los juegos, se acerca a los atletas para regalarles su presencia y aprovechar para una foto.
Las últimas delegaciones entran a la villa. Para celebrarlo, un anunciador presenta en tres idiomas distintos: inglés, francés y español, a los recién llegados.
La fiesta no se extiende por mucho tiempo, pues los atletas deben descansar; los que no descansan son quienes deben prepararse para recibir a un último grupo de competidores.
‘¿Qué gano con esto? Bueno, con esto gano yo experiencia en mi vida y mi país gana, porque queremos que ustedes se lleven la mejor impresión de Toronto, y de Canadá', explica Dalilha, una joven guatemalteca que estudia y trabaja en esta ciudad, y que pidió vacaciones para hacer el voluntariado.
La promesa de una buena estancia, a pesar del ajetreo que significará la cobertura de la delegación panameña, es la que estas dos muchachas nos hicieron saber.