Esteroides se adueñan de las Grandes Ligas

Actualizado
  • 24/06/2009 02:00
Creado
  • 24/06/2009 02:00
PANAMÁ. El 7 de agosto del 2007, a las 8:51 p. m. en San Francisco, California, una nueva historia se escribía en los libros de las Gr...

PANAMÁ. El 7 de agosto del 2007, a las 8:51 p. m. en San Francisco, California, una nueva historia se escribía en los libros de las Grandes Ligas. El toletero Barry Bonds conectaba su jonrón 756 en su carrera, con el que rompía la marca de 755 del legendario Hank Aaron.

Lamentablemente para el recio jardinero, su nueva marca no sería considerada por muchos expertos como legítima, ya que existían las especulaciones, de que Bonds había consumido sustancias ilícitas para el crecimiento muscular.

Si bien el caso del “rey de los jonrones” es el más relevante, el consumo de esteroides en las mayores se ha vuelto un problema constante en los últimos años, empañando el trabajo de aquellos que lo consumen, y también de aquellos que no.

MANNY SIENDO MANNY

El último caso positivo de un jugador activo fue el del dominicano Manny Ramírez, quien fuera una de las principales bujías en los dos títulos conseguidos por los Medias Rojas de Boston en los últimos cinco años.

El quisqueyano, quien ahora milita con los Dodgers de Los Ángeles, dio positivo en un examen de dopaje a principios de la campaña. La comisión encargada de las Grandes Ligas, lo sancionó por 50 partidos.

Pero, más que los 50 partidos, la situación empaña la labor ofensiva de Ramírez, quien se había constituido en uno de los toleteros más peligrosos y respetados de las mayores.

LA BATALLA DE LAS AGUJAS

El ex grandes ligas José Canseco destapó la olla, cuando en el 2001, publicó su primer libro acerca del uso de esteroides en las mayores. En él, el cubano nombraba a los jugadores quienes en un momento u otro, utilizaron dichas sustancias.

Rafael Palmeiro, Roger Clemens, Jason Giambi y Sammy Sosa fueron algunos de los peloteros que tuvieron que declarar ante un juzgado federal luego que sus nombres aparecieran en el libro.

A Sosa, quien en ese momento negó las acusaciones, se le comprobó la semana pasada que efectivamente, si había utilizado los esteroides, lo que pone en riesgo lo que era una segura inducción al Salón de la Fama.

“Utilizan la palabra integridad para describir a un miembro del Salón de la Fama, en el logotipo del Salón de la Fama, y creo que va a haber varios peloteros que no van a ingresar”, afirmó Ryne Sandberg, una de las leyendas de los Cachorros de Chicago en referencia a Sosa.

LA SOMBRA CUBRE A TODOS

Ahora, la mayoría de los peloteros poderosos en las mayores corren el riesgo de ser acusados de abandonar el dopaje cuando entran en malas rachas, como es el caso de David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, y quien se demoró 163 turnos al bate para conectar su primer jonrón del 2009.

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