Scioscia y Tracy, los directores del año

PANAMÁ. Continúan las premiaciones en las Grandes Ligas, y ayer fueron escogidos Mike Scioscia, de los Angels de Anaheim, y Jim Tracy, d...

PANAMÁ. Continúan las premiaciones en las Grandes Ligas, y ayer fueron escogidos Mike Scioscia, de los Angels de Anaheim, y Jim Tracy, de los Rockies de Colorado, como los mejores pilotos de la pasada temporada.

Scioscia, quien está desde el 2000 con la organización californiana, llevó a su equipo al quinto banderín de la División Oeste de la Liga Americana en los últimos seis años.

Los Angels, quienes finalizaron con el segundo mejor récord entre los ganadores de su división, amasaron 97 victorias en la campaña, además de ser los líderes en varias de los departamentos ofensivos de la temporada.

En postemporada, Anaheim barrió en la Serie Divisional a los Red Sox de Boston, quien en el último quinquenio habían sido los verdugos de los querubines en los playoffs.

En la Serie de Campeonato se toparon con los Yankees de Nueva York, quienes los eliminaron en seis juegos para luego alcanzar el título de campeones en la Serie Mundial ante los Phillies de Filadelfia.

Pero, a inicios de la pasada campaña hubo un hecho trascendental para Scioscia. El lanzador Nick Adenhart murió en un accidente de tránsito, por lo que el equipo decidió dedicarle el banderín, desde los primeros meses de competición, a su fallecido compañero.

UN GRAN REPUNTE

El título de mejor director de la Liga Nacional se lo llevó Jim Tracy, quien tomó las riendas de los Rockies de Colorado a mitad de temporada, cuando la organización despidió a Clint Hurdle, para quien Tracy trabajaba como asistente.

En el momento del cambio de timonel, el equipo en el que milita el panameño Manuel Corpas se ubicaba en el fondo de la División Oeste del viejo circuito, con las posibilidades de clasificar a la postemporada disminuyendo con el pasar de los días.

Bajo la dirección de Tracy, el equipo comenzó a acumular victorias y a subir posiciones en su división, la cual era dominada en su totalidad por los Dodgers de Los Ángeles.

Finalizando la temporada, el equipo ya había asegurado su cupo a los playoffs como comodín con más de 90 victorias.

Además, amenazaron con arrebatarle el banderín a los Dodgers en una última serie que obligó a los dirigidos por Joe Torre a demostrar por qué eran considerados favoritos para llegar al clásico de otoño.

En la postemporada, los Rockies se midieron a los campeones mundiales, los Phillies de Filadelfia, quienes necesitaron de cuatro compromisos para despachar a Colorado, y consecuentemente repetir su presencia en la Serie Mundial, en la que cayeron en seis partidos con los imparables Yankees de Nueva York.

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