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- 26/08/2024 10:48
- 25/08/2024 16:43
Uriel Batista soñó, alguna vez, emular a lo más granado del baloncesto colonense y nacional. Los ejemplos sobraban con el recordado Pedro ‘Mago’ Rivas hasta llegar a los talentosos Rolando Frazer y Mario Butler, por citar algunos pocos.
Sus primeros pasos como deportista los hizo en ese deporte y de la mano de excelentes técnicos colonenses, como el siempre recordado cazador de talentos, Jerome Lewis, y el fallecido exseleccionado nacional, Fernando Pinillo.
Sin embargo, la vida le tenía guardada algunas sorpresas y hoy, a sus 26 años, se ha convertido en el primer jugador profesional panameño de voleibol, cumpliendo su primera temporada en pocos días, cuando se una al Hebar Pazardzhik, en la liga de Bulgaria.
No hay casualidades. En la vida, cada uno tiene un sino marcado y por muchas vueltas que, en un principio puedas dar, ese camino en algún momento se corregirá y te llevará hasta el lugar marcado.
Ese camino en el caso de Uriel ha sido harto difícil, más que todo porque proviene de un país sin ninguna reputación en este deporte, donde los más versátiles y destacados jugadores son de Brasil, Argentina y Cuba, en lo que se refiere al ámbito latinoamericano.
Así es. Uriel Batista, que alguna vez pensó ‘reventar’ los tabloncillos de toda Panamá y, quizás, del mundo, fue llevado casi que, de la mano, por su hermano mayor, Ubert, hacia otra disciplina y a partir de allí, todo es historia.
Hoy, es graduado en comunicación social del Concordia University Irvine (CUI), donde hizo sus estudios con una beca parcial, tras graduarse en el Long Beach College, de California, donde fue nominado para el CIF Scholar-Athlete of the Year por llevar una carrera académica y deportiva ejemplar.
En esa ruta, además del apoyo económico de sus padres, también tuvo la colaboración de la Zona Libre de Colón y de la empresa AES Panamá.
Uriel se encontraba un día de 2023 practicando en un gimnasio de California, cuando se le acercó una persona, quien dijo ser agente de jugadores y le ofreció sus servicios para colocarlo en el voleibol profesional.
La contratación del agente estadounidense surtió efecto casi que de inmediato, pero surgieron los primeros problemas para el atleta colonense.
“Estuve unos cinco meses jugando la pretemporada con el Verona, de la Liga A1, en Italia, pero la contratación final no se dio, por lo que seguimos trabajando en busca de otro equipo”, dijo Uriel.
“El tema es que soy de Panamá, un país que no está en el mapa internacional (del voleibol)”, señaló.
“Estaba teniendo problemas con eso, porque en este negocio es importante de dónde vienes y qué torneos internacionales juega tu país (regionales, mundiales, olimpiadas, interclubes), porque habla del nivel que puede tener el jugador”, explicó.
Esa fue la razón por la que Batista decidió mantenerse en los Estados Unidos todo este tiempo, ya que en Panamá tampoco existe actividad de alto nivel, mientras su agente negociaba con equipos de Francia y Bulgaria.
Al final, se dio la firma con el Hebar Pazardzhik, que también tiene equipos profesionales en el baloncesto y el fútbol búlgaro, y que ha sido campeón de la liga en los años 2020 y 2021, y subcampeón en 2018, 2019 y 2022.
El atleta indicó que el voleibol que se desarrolla en Bulgaria es de desarrollo, pero a un muy alto nivel, que los ha llevado a estar entre los primeros 20 equipos de la ‘champion league’ europea.
Batista debe viajar a Sofía, capital del país balcánico, el próximo primero de septiembre, con la liga búlgara en plena actividad, por lo que tendrá que acoplarse rápidamente a los requerimientos del equipo.
En esa línea, apuntó que va a pesar mucho la experiencia y la visión que tenga el director, así es que aprovechará todas las oportunidades para apoyar a su equipo y, de paso, poder destacarse.
Entre sus futuros compañeros están el opuesto Hristiyan Dimitrov y el líbero Teodor Salparov, quienes forman parte de la selección nacional.
Uriel, hijo de Ubert y Karen, se graduó en comunicación social en el Concordia University de Irvine, California, donde obtuvo una beca parcial para estudiar y jugar voleibol en la División 1 de la NCAA.
En esa ocasión, hace unos cuatro años, se unía a su hermano mayor Ubert, quien estudiaba y jugaba para la universidad St. Clair, del circuito NCAA, de Canadá.
Ubert estuvo en el quinteto nacional sub-18 y en las selecciones de voleibol sub-21 y sub-23, en tanto que Uriel fue miembro del equipo nacional de baloncesto sub-16.
Primero desarrollaron sus talentos en el baloncesto con el profesor Jerome Lewis, conocido forjador de innumerables jugadores en Colón, y después pasaron a manos del exseleccionado Fernando Pinillo.
En lo referente al voleibol, estuvieron con el profesor Eduardo Medina, quien fuera técnico nacional en categorías menores, y trabajaron la velocidad de piernas con el técnico y excorredor nacional, Florencio Aguilar.
Medina trabajó en su formación en el patio del colegio Rufo A. Garay, como ha ocurrido con otros tantos jóvenes talentos que tiene el voleibol colonense.
Ambos hermanos realizaron sus doce primeros años en la Escuela Adventista, de Colón, antes de ser reclutados para jugar y estudiar en Estados Unidos, pero Uriel se graduó con menos de 17 años.
Fue por ello que el coach que reclutó a Uriel para jugar baloncesto, les recomendó que repitiera el segundo ciclo en Estados Unidos, lo que le permitiría mejorar su inglés, y fue así como llegó al Orange County Academy de California.
Allí fue donde descubrieron que también podía jugar voleibol, aptitud que desarrolló mucho más cuando pasó al Long Beach City College, donde luego estudió una carrera técnica.
Uriel está entusiasmado por la oportunidad que tendrá con el equipo búlgaro, que bien aprovechado podría abrirles las puertas a otras ligas con mayor proyección internacional.