Vizquel: ‘Lo que hice en el terreno nadie me lo puede quitar, ya está plasmado’

Actualizado
  • 21/02/2024 00:00
Creado
  • 20/02/2024 23:17
El beisbolista comparte recuerdos de su infancia y comienzos en el deporte, habla de la importancia del apoyo de los padres, su éxito, y de la carrera por entrar al Salón de la Fama

Escuchar hablar a Omar Vizquel es escuchar a Caracas. Aunque ha vivido más de 30 años en Estados Unidos, su acento es su tierra. El exgrandes ligas es el ritmo de la salsa, la frescura del cerro el Ávila y la agilidad del béisbol venezolano. Aquel hombre conocido como ‘Manos de seda’, el que atajaba pelotas con la mano ‘pelada’ (sin guante), ha sido invitado a Panamá por la academia Alligator para dar unas charlas deportivas a niños y jóvenes.

“Además de refrescar mi mente y sentirme bien, dar charlas de béisbol me permite ayudar a los niños que realmente lo necesitan. Incluso muchos entrenadores son muy rudos, muy severos, y eso puede causar algún impacto negativo en el muchachito. Entonces, cuando veo entrenadores practicando de una manera que no me gusta, los llamo aparte, converso con ellos. No solo ayudo a los muchachos, sino también a la gente alrededor”, confiesa Vizquel a este medio.

Más allá de darles técnicas deportivas, el beisbolista conversa con los peloteros, les resalta la importancia de estudiar y de ser disciplinado. También les enfatiza que deben creer en ellos y trabajar para lograr lo que deseen.

“Quisiera que recordaran que todos somos iguales. A veces, ellos ven a los peloteros de Grandes Ligas como unos dioses, como unos inmortales. Lo que quiero dejarles es que todos somos iguales, salimos del mismo lugar. Con trabajo y sacrificio si realmente se lo proponen, podrán tener la posibilidad de firmar un contrato y de ser exitosos. No es que yo venga de un lugar especial ni nada de eso. El éxito lo crea uno mismo”.

El pelotero bajó sus opciones de ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown debido a las denuncias que sufrió en 2020 de un supuesto acoso sexual. Sin embargo, las acusaciones fueron desestimadas por un tribunal en Alabama y se abre nuevamente la posibilidad de que el excampocorto sea un miembro del importante club de leyendas.

La carrera por entrar en el Salón de la Fama no le roba la calma. Su legado ya está inmortalizado. Tuvo una carrera larga y exitosa. “Lo que hice en el terreno nadie me lo puede quitar. Ya está puesto, ya está plasmado. La mente la mantengo muy fresca. Hago mucha actividad con este tipo de eventos con chamos (niños). Me mantengo en contacto con el béisbol. Tengo una novia que le encanta bailar, le gusta salir, le gusta viajar. Es una nota. Mentalmente, ahora me siento maravilloso. Estoy 100% feliz”.

En 1984, Vizquel firmó con Los Leones del Caracas y ese mismo año empezó a jugar en las ligas menores de Estados Unidos. Cinco años después debutaría en las Grandes Ligas. Jugó un total de 2.968 partidos con los Marineros de Seattle, los Indios de Cleveland (equipo que lo incluyó en su Salón de la Fama en 2014), los Gigantes de San Francisco, los Rangers de Texas, los Medias Blancas de Chicago y los Azulejos de Toronto.

Antes de su retiro, en 2012, obtuvo 11 Guantes de Oro, tres participaciones en Juegos de las Estrellas y un porcentaje de fildeo de 985, con 1.734 doble plays, 7.675 asistencias y 2.877 hits. Cifras que lo ubican en el selecto grupo de campocortos venezolanos reconocidos mundialmente como Alfonso ‘Chico’ Carrasquel, Luis Aparicio, Enzo Hernández, Teodoro Obregón, David Concepción y Oswaldo Guillén.

La pasión por el béisbol que ha tenido desde niño y el apoyo de sus padres marcó la diferencia en su carrera. “Siempre tuve una infancia muy agitada. Crecí en un vecindario donde vivían muchos muchachos y siempre nos la pasamos inventando juegos, tumbando mangos, jugando béisbol con pelotas hechas de trapo. Eso se tradujo en la habilidad que uno tenía de moverse en el terreno”.

Desde los ocho años estaba jugando béisbol organizado en el equipo Gran Mariscal perteneciente a Los Criollitos de Venezuela. “Lo disfruté tanto que se convirtió en una pasión. Estuve ahí hasta los 16, que fue cuando firmé. Desde niño estudiaba las jugadas, a los peloteros, siempre lo hacía con mi familia, que siempre iba a los juegos. Comentábamos las jugadas y evaluábamos cómo podía hacerlas mejor. Mi hermano también jugaba, entonces discutíamos jugadas a diario”.

Revela que de sus padres conserva buenos valores como la responsabilidad, la puntualidad y el respeto a los demás. “Todo eso es importante en la carrera de un pelotero. Eso me ayudó a llevar mi carrera lejos”.

El trabajo diario también lo llevó a convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia. “Todos los días estaba practicando el deporte, me gustaba intentar cosas diferentes. Eso me desarrolló un instinto de fildear la pelota con la mano pelada, de reaccionar en situaciones. Siempre estaba alerta”.

“Este juego es 80% mental, hay muchas cosas involucradas. Si bien hay que tener un talento natural para jugar, lo que te va a separar de ser exitoso a ser un pelotero promedio es cómo asimilas el juego, el aprendizaje, todo lo que puedes desarrollar en un partido, el compañerismo. Todas esas cosas son muy importantes y no todo el mundo las tiene. Hay peloteros que son retraídos e introvertidos y eso algunas veces les puede perjudicar”.

¿Qué habría sido la vida de Vizquel sin el béisbol?

“Me había inscrito en la escuela de economía porque no sabía si iba a firmar o no. Después que presenté mi examen llegó un scout de Estados Unidos y me firmó. Cuando ya estaba jugando con el equipo, mi papá me llama y me dice que había quedado en la universidad, pero decidí quedarme en el deporte”.

Cuando Vizquel estaba en el campo, pensaba en diversión. No se concentraba en lo que pasaba en las tribunas ni en los problemas que tuviera. “Es más, cuando tenía problemas, lo que quería era ir al terreno. Eso me relajaba. Era mi área donde hacía lo que me gustaba y me refrescaba la mente”.

En el año 2012, cuando tenía 45 años, se retiró de las Grandes Ligas “porque ya estaba viejito y me dolían las rodillas”, responde entra risas a uno de los niños que le pregunta durante la charla. Luego, cuenta a La Estrella de Panamá que uno de los momentos más difíciles que le tocó superar fue una lesión en la rodilla que casi lo deja fuera del béisbol.

“Tuve un momento muy delicado porque tuve una lesión en la rodilla al principio de mi carrera y pensé que no me iba a recuperar. La rodilla para un atleta es algo muy importante, o sea, si no tienes las piernas no puedes ejercer tu trabajo. Estuve muy nervioso porque casi me operan. Estuve dos meses de reposo”.

Actualmente sigue haciendo deporte, pero no de la manera que lo hacía antes. “Antes estaba más ligado al gimnasio, cuidaba más la alimentación, tenía otro estilo de vida. Ahora, como no estoy jugando, puedo comer tarde y pesado, no me importa mucho cómo me siento físicamente. Estuve tanto tiempo con ese tren de entrenamiento que ahora quiero comer de todo”.

Cuando no está haciendo deporte, está pintando o haciendo música. Recientemente tuvo una exposición de arte en Miami. “Me fue bastante bien, gracias a Dios. Hubo mucho respaldo de los medios de comunicación y la gente asistió a ver las obras y les gustó mucho. Estoy contento porque eso también es una ventana muy chévere para mí”.

Omar Vizquel
Exgrande liga
Este juego es 80% mental, hay muchas cosas involucradas. Si bien hay que tener un talento natural para jugar, lo que te va a separar de ser exitoso a ser un pelotero promedio es cómo asimilas el juego”
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