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- 15/11/2010 01:00
JERUSALÉN. Israel decidió ayer permitir que 8.000 etíopes que afirman ser descendientes de judíos conocidos como los ‘falashmuras’ entren al país y obtengan ciudadanía israelí, incluyendo a algunos que han esperado por años en campamentos de tránsito, en la región de Gundar (noreste).
‘Se trata de descendientes de (el pueblo de) Israel, hombres mujeres y niños que se encuentran en estos momentos en condiciones humanitarias muy deficientes, por lo que el Gobierno quiere resolver este problema’, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a su Gabinete poco antes de aprobar la medida.
Israel, que en la década de los ochenta y noventa trajo en dos puentes aéreos a decenas de miles de judíos etíopes y desde entonces sigue haciéndolo cada varios meses, arrastra el problema de los ‘falashmuras’ desde hace casi dos décadas.
Se trata de judíos convertidos al cristianismo a principios del siglo XX y cuyos descendientes piden emigrar a Israel como lo hicieron el resto de sus familiares que no se habían convertido.
Por su parte, Netanyahu dijo que los ‘falashmuras’ serían llevados a Israel durante los próximos tres años.
Distintas ONG locales de derechos humanos y asociaciones de grupos inmigrantes etíopes-israelíes han presionado desde hace años al gobierno israelí por la demora en permitirles el ingreso, pero la ortodoxia judía ponía sucesivas trabas por tratarse de convertidos.
Israel concede ciudadanía automática a judíos inmigrantes. La mayoría de los ‘falashmura’ debe realizar un ritual de conversión antes de recibir los papeles de ciudadanía.
EL PLAN DE ACCIÓN
Netanyahu explicó que el plan de acción para los ocho mil candidatos se realizará por fases: unos 600 el año que viene y el resto en tres años a un ritmo de 200 mensuales.
A diferencia de otros judíos que han emigrado a Israel desde su fundación en 1948 - alrededor de 2,5 millones -, la aclimatación de los de origen etíope ha sido más compleja por las diferencias sociales y culturales.
‘Se trata de una decisión histórica pero hay que preocuparse de que la decisión vaya acompañada de los presupuestos necesarios para dar respuesta a todos los problemas de estos emigrantes’, declaró la ministra israelí de Inmigración, Sofa Landberg.
El Gobierno israelí resolvió también que una vez completada la emigración de estas 8.000 personas cerrará definitivamente el campamento que tiene habilitado en Gundar desde hace más de una década para poner fin definitivamente el problema de los ‘falashmuras’ y a nuevas peticiones por parte de los grupos que los apoyan.