El costo de la ‘legitimidad’ de una segunda vuelta

Actualizado
  • 22/08/2011 02:00
Creado
  • 22/08/2011 02:00
PANAMÁ. En la República de Panamá se ha generado un intenso debate en torno a la propuesta de introducir en nuestro país el mecanismo de...

PANAMÁ. En la República de Panamá se ha generado un intenso debate en torno a la propuesta de introducir en nuestro país el mecanismo de realizar las elecciones presidenciales a través de la utilización del mecanismo de la doble vuelta electoral. Se discute de manera intensa si este debe ser un tema constitucional o de naturaleza legal y de hecho han planteado esta propuesta tanto a nivel de la Asamblea Nacional como en la mesa de discusión de las propuestas de reformas a la Constitución Política de la República en el Consejo de la Concertación Nacional. Este hecho de discutir si es un asunto constitucional o legal ha distraído la atención de lo que debiera ser el análisis fundamental que es el sustentar la real ventaja de este sistema de elección frente a las desventajas que el mismo pudiera plantear. Como quiera que aún no se ha tomado la decisión final, se considera importante realizar un pequeño aporte con una visión desde el punto de vista económico de este tema.

DEFINICIONES LITERARIAS

Según Wikipedia el Diccionario Libre, la segunda vuelta ‘consiste en que para llegar al cargo público que corresponda es necesario obtener más de la mitad de los votos emitidos. Esta institución nace en el siglo XIX, por primera vez en 1852 con la instauración del Segundo Imperio de Napoleón III. Luego se aplica nuevamente en la III República, y surge con gran fuerza en la V República a través de la Constitución de 1958.

De acuerdo a Rafael Martínez Martínez en su documento ‘Ventajas y Desventajas de la Fórmula Electoral de Doble Vuelta’, entre algunas de las ventajas y desventajas de este sistema tenemos las siguientes:

EL PRO Y CONTRA DE LA SEGUNDA VUELTA

‘Ventajas: (i) El porcentaje medio de votos del presidente electo ha sido de 56,10%; (ii) En las treinta y dos elecciones en las que ha habido segunda jornada electoral el porcentaje medio de ganancia de votos del candidato electo se eleva a 21,80 puntos; (iii) El crecimiento medio de ganancia del vencedor entre vueltas en los casos de reversión fue de 25,63.

Desventajas: (i) La doble vuelta es una fuente de crisis institucional e inestabilidad porque genera presidentes electos con mayorías electorales artificiales que le invitan a sobredimensionar su peso relativo y a enfrentarse con un Parlamento en el que no dispone de mayoría y que le puede ser hostil; (ii) La DV no genera coaliciones. Las coaliciones que dan el triunfo en los sistemas políticos que utilizan la DV no son explícitas, sino meramente coyunturales; (iii) La DV puede producir en la segunda vuelta la reversión del orden con que se partía de la primera vuelta, el segundo en primera puede ganar al primero en primera. De no producirse la reversión, la DV es innecesaria puesto que resulta elegido en segunda votación el que hubiera salido en primera. (iv) La DV al exigir dos campañas electorales incrementa de un modo crucial los costos económicos para los partidos con los riesgos de financiación partidista irregular que ello supone.’

Según Rosendo Fraga, ‘de las 42 elecciones presidenciales que tuvieron lugar hasta 2003 en América Latina bajo el principio de doble vuelta, en 35 casos triunfó quien hubiera ganado bajo un sistema de mayoría simple, y sólo en 7 ocasiones se dio el caso de la ‘reversión del resultado inicial’. Si a estas cifras le añadimos cinco de las últimas elecciones analizadas tendríamos que el porcentaje que hubiera ganado en mayoría simple sería el 85.1% del total, mientras que en sólo el 14.9% se hubiera revertido la elección inicial, no cabe duda que si se incluyeran las otras elecciones posteriores al 2003, el porcentaje que hubiera salido a través de una mayoría simple aumentaría considerablemente.

Al analizar con más detenimiento las desventajas señaladas de acuerdo a la realidad Panameña se puede señalar que en aquellos casos en los cuales los candidatos que pudieran haber preparado un Programa de Gobierno para la satisfacción de las necesidades colectivas, en caso de tener que negociar ‘alianzas’ coyunturales para triunfar en la segunda vuelta, esta negociación necesariamente involucraría la renuncia de buena parte de los objetivos del Programa de Gobierno preparado inicialmente para incluir los de los nuevos aliados. Esta situación podría hacer que el gobierno elegido gobernara de acuerdo a objetivos que de ser muy disímiles anularían la capacidad del nuevo gobierno de satisfacer las necesidades de la comunidad. Este hecho podría ser aún peor si se considera que de partida, se acostumbra a formar una coalición de partidos en las cuales se negocian las aspiraciones de cada uno de los partidos integrantes de la alianza, cómo quedarían estos acuerdos frente a la necesidad de la realización de una nueva asociación, lastimosamente, la experiencia nos ha demostrado que las negociaciones no se hacen en función de los mejores intereses del país, sino en función de los beneficios económicos y políticos que cada partido pudiera obtener en la misma.

Una de las desventajas obvias de este sistema es que de ser necesaria la realización de una segunda vuelta, la cantidad de dinero adicional que se tendría que invertir sería enorme. Como quiera que se ha incrementado entre el público la opinión de que los candidatos deben financiar de manera privada sus campañas, se corre el riesgo que la ambición de alcanzar el poder en una segunda vuelta los lleve a la tentación de aceptar recursos de dudosa procedencia para alcanzar el triunfo a toda costa.

PRESUPUESTO ELECTORAL

Si tomamos como referencia que las elecciones generales de la República de Panamá del 2009 tuvieron un presupuesto de $22,768,574 y, que a este monto le restamos un aproximado de 50% que suponemos se hubiera utilizado para las otras elecciones (Diputados, Alcaldes, etc.) y otros gastos que en una segunda vuelta no se tendrían que realizar, tendríamos un cantidad de $11,384,287 que se tendrían que invertir adicionalmente en caso de tener que realizar una segunda vuelta. Pero más aún, si a esta nueva cifra se le incorpora el efecto de la inflación acumulada a la fecha, tendríamos que la nueva cantidad a invertir alcanzaría una suma de aproximadamente unos $15,334,635.

Si como hemos visto anteriormente, en el 85% de los casos en los sistemas de segunda vuelta salen elegidos finalmente los que hubieran sido elegidos en un sistema de mayoría simple, entonces cómo se justifica la inversión de tantos recursos adicionales que bien pudieran ser utilizados para la satisfacción de necesidades de salud, educación, vivienda, etc.

EN CONSIDERACIÓN

Un componente importante a tomar en cuenta, es que según Carlos Guevara Mann en el documento ‘Observaciones sobre el rendimiento electoral de los partidos políticos panameños a partir de la transición democrática a partir de la transición democrática (1994-2009)’, sólo en cuatro de los países que utilizan la segunda vuelta el voto no es obligatorio. Esta situación ocasiona según se puede observar en la gráfica adjunta que en la segunda vuelta de las últimas elecciones de Brasil, Perú y Chile por ejemplo, a pesar que el voto es obligatorio, se experimentó una disminución de votos emitidos en la segunda vuelta del -4.1%, -1.4% y -.4%, respectivamente, mientras que en Costa Rica en donde el voto nos obligatorio al igual que Panamá, el porcentaje de disminución fue del – 12.5%.

Uno de los sustentos básicos de la segunda vuelta es que a través de la misma se logra una mayor legitimidad del presidente elegido, pero cuando se analiza el porcentaje de votos emitidos con relación al total de los votantes habilitados, se observa que el porcentaje promedio de votación en la segunda vuelta tiende a ser menor con respecto al porcentaje obtenido en la primera vuelta, en los países tomados, como ejemplo se observa un 81.8% en la primera vuelta contra un 78.4% en la segunda vuelta (en Costa Rica un 68.8% y 60.2% respectivamente). Esta disminución del número de electores en la segunda vuelta (a pesar que en tres de cuatro países observados el voto es obligatorio). pone en cuestionamiento esta supuesta legitimidad.

De acuerdo al Padrón Electoral del 2009 en la República de Panamá existían un total de 2,211,261 votantes habilitados de los cuales ejercieron el derecho al voto el 74% o sea 1,636,508 personas. Como quiera que el voto en nuestro país no es obligatorio y según la última encuesta de opinión por ejemplo de la empresa Dichter & Neyra, el 68.7% de la población rechaza este mecanismo de elección presidencial, al restarle a este porcentaje la mitad para ser más conservadores, se podría dar el caso que se tendrían que invertir para realizar esta segunda elección unos $15.3 millones más para atender a aproximadamente 562,000 electores menos, tomando en cuenta que esto sólo se refiere a los fondos públicos sin tomar en cuenta la inversión de los candidatos, que según especialistas estuvo por una cifra cercana a la inversión gubernamental.

Es necesario recordar que la característica fundamental que ha permitido el éxito del desempeño económico en nuestro país ha sido la creatividad, por lo que se hace necesario que al momento de tomar decisiones se analicen las experiencias a nivel internacional pero que la decisión final, esta sea la que mejor convenga a nuestro país, aunque la tengamos que inventar, como ya lo hemos antes, y no implantar esquemas en nuestro país tan sólo por que en otros países lo estén haciendo.

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