Dilema, recursos versus desarrollo

Actualizado
  • 04/10/2011 02:00
Creado
  • 04/10/2011 02:00
PANAMÁ. En la literatura económica, la tragedia de los comunes es una especie de fábula que ofrece una explicación de por qué en ocasion...

PANAMÁ. En la literatura económica, la tragedia de los comunes es una especie de fábula que ofrece una explicación de por qué en ocasiones los individuos actúan o toman decisiones de una forma que afecta el bienestar común de la sociedad de la que forman parte.

Se trata de la historia de un grupo de pastores de oveja que tienen un lote de terreno en común quienes deben decidir sobre la cantidad de pasto que sus rebaños habrán de consumir.

La premisa sobre la cual se basa resulta de interés por cuanto que describe un dilema: por un lado cada pastor como individuo actúa de manera ‘racional’ bajo un razonamiento que sería algo así como: ‘si no hago uso del pasto disponible ahora, me arriesgo a que otros lo hagan, y como no tengo seguridad de que se abstendrán, mejor lo hago yo primero’.

El dilema representa un ejemplo de trampa social, en que se enfatiza un posible conflicto social sobre el uso de los recursos comunes al implicar una contradicción entre los intereses o beneficios de los individuos y los bienes comunes o públicos.

Si los pastores en este dilema se ponen de acuerdo y controlan la cantidad de animales y la frecuencia de su alimentación, pueden darle un carácter más sostenible a la parcela.

Por el contrario si cada uno hace un uso libre o discrecional del área ello causará un acelerado agotamiento del recurso natural. Por ello, en ausencia de una autoridad o agente externo que regule las decisiones individuales, los pastores tomarán decisiones racionales individualmente pero irracionales colectivamente.

IMPACTO AMBIENTAL

Problemas ambientales como el efecto invernadero, es quizá otro ejemplo de esta tragedia. La diferencia es que no se trata de pastores sino de naciones, ni de una parcela de tierra sino de todo el planeta, donde los más grandes contaminantes son las economías desarrolladas y emergentes como China.

La excesiva polución tiene efectos más allá de las fronteras nacionales y por consiguiente la actividad económica de estos países impone un costo muy alto a todo el planeta y sus habitantes. De hecho todo ello ocurre a un ritmo que se sabe tarde o temprano resultará insostenible en términos de los recursos naturales y el medio ambiente, cuando menos dado las actuales tecnologías de producción.

No todos han sido fracasos. Hace algunos quinquenios casos de éxito en cuanto a frenar por ejemplo el deterioro de la capa de ozono, en cuyo caso se tomaron medidas relativamente rápidas y efectivas por parte de los principales países involucrados.

Ello fue posible entre otras, cosas gracias a que había suficiente nivel de avance tecnológico que permitía modificar la forma de producción y atenuar las consecuencias contra el ambiente. Lamentablemente en este caso, no existe entre la comunidad científica mundial un consenso sobre los factores que generan el fenómeno o de su real impacto sobre el ambiente.

No se ha desarrollado aún la tecnología que pueda reducir el calentamiento. Por consiguiente, los costos de disminuir la contaminación son muy altos y conllevan grandes sacrificios económicos, lo cual es un disuasivo para adoptar las medidas necesarias.

En Panamá la agenda de temas ambientales es nutrida y abarca desde la deforestación hasta la sobreexplotación pesquera que de paso también pueden ser explicadas a la luz de la Tragedia de los Comunes.

Por ello, resulta indispensable el logro de un equilibrio entre la explotación del recurso y el desarrollo sustentable, el excesivo desarrollo inmobiliario por ejemplo, debe responder a una utilización racional del recurso natural y los bienes públicos, en ese sentido proyectos como el abastecimiento de agua potable, saneamiento de la ciudad y la bahía de Panamá, normas sobre construcciones entre otros, apuntan hacia ese objetivo.

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