¿Adiós a teoría de Keynes?

Actualizado
  • 20/12/2011 01:00
Creado
  • 20/12/2011 01:00
WASHINGTON. El eclipse de la economía keynesiana prosigue. Cuando Keynes escribió ‘Teoría general de la ocupación, el interés y el diner...

WASHINGTON. El eclipse de la economía keynesiana prosigue. Cuando Keynes escribió ‘Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero’ a mediados de los años 30, las deudas de los gobiernos de los países eran modestas. Los gastos deficitarios y los estímulos eran respuestas plausibles a las crisis económicas. Ahora, los enormes gobiernos están cargados, en general, de deudas masivas.

Si los mercados se niegan, las normas keynesianas no funcionan. Los países pierden entonces el control de sus economías.

Hay otros motivos por los que las políticas keynesianas pueden debilitarse. El uso excesivo, en el pasado, de los déficits compromete su actual utilidad para luchar contra el desempleo. No existe un punto álgido, pasando el cual la deuda de un país causa el cierre de los mercados de bonos. Pero Grecia, Portugal e Irlanda ya han llegado a ese punto, con una deuda bruta en 2011 igual al 166% y 109% de su PIB, según el FMI.

Estados Unidos no está en esa posición. Las tasas de interés en los bonos del Tesoro de 10 años rondan en un 2%; los inversores parecen dispuestos a conceder préstamos contra los masivos déficits. No es que la disciplina presupuestaria de Estados Unidos sea notablemente superior. En 2012 se estima que los préstamos obtenidos por el gobierno norteamericano representarán un 27% del PBI; los de Grecia, un 24% los de Irlanda, un 19%.

ESTADOS UNIDOS

En el lado positivo, la proporción deuda-PIB de Estados Unidos es menor que la peor de Europa. También, un efecto de ‘refugio’ -que es un reflejo del tamaño de la economía norteamericana y su estabilidad política pasada-contribuye a la buena suerte de Estados Unidos.

Considerando todo esto, algunos economistas urgen más ‘estímulos’. En un estudio, Christina Romer —ex directora del Consejo de Asesores Económicos del presidente Obama— sostuvo que estudios académicos apoyan la opinión del gobierno de que su estímulo de $787 mil en 2009 amortiguó la recesión. Otro gran estímulo ‘sería muy útil... y realmente crearía muchos puestos de trabajo’.

MEDIDAS POPULARES

No hay un plan a largo plazo para reducir el déficit.

El economista Barry Eichengreen, tiene sus dudas: ‘Dadas las tasas de interés bajas y la economía norteamericana aún débil, sería tentador para el gobierno norteamericano seguir teniendo déficits y emitiendo deuda adicional. En algún momento, sin embargo, los inversores reconocerán esta conducta como el fraude Ponzi que en realidad, es. Si la historia es una guía, este escenario se desarrollará no en forma gradual sino abrupta.

Los inversores anteriormente crédulos se despertarán una mañana y llegarán a la conclusión de que la situación está más allá de toda salvación. Las tasas de interés en Estados Unidos se dispararán. El dólar caerá. Estados Unidos sufrirá el tipo de crisis que Europa experimentó en 2010, pero magnificada’. El sesgo político es favorecer un estímulo a corto plazo (reduciendo los impuestos y elevando gastos), lo cual es popular, e ignorar los déficits a largo plazo (recortando los gastos y elevando los impuestos), lo cual es impopular.

La deuda se ha elevado a niveles peligrosos, socavando la economía keynesiana. Si Keynes estuviera ahora vivo, casi con seguridad reconocería los límites de sus políticas. La deuda elevada complica el análisis y subvierte las soluciones. Lo que quizás hubiera funcionado en los años 30 no ofrece una panacea en la actualidad.

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