EL FMI defiende al Banco Central

ALEMANIA. La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, elogió el miércoles la labor del Banco Central Europeo (BCE), que es objeto de examen por el Tribunal Constitucional alemán para determinar si es conforme a la Carta Magna de Alemania.

Sin la acción del BCE y su programa de compra de deuda pública de los países de la eurozona, ‘la economía de toda la zona euro se habría estancado, el desempleo sería aún mayor y las tensiones sociales más fuertes’ declaró Lagarde al diario Süddeutsche Zeitung del miércoles.

El anuncio del programa, denominado OMT, en el verano boreal 2012 fue según ella un hecho crucial en la lucha contra la crisis.

En efecto, el mero anuncio en 2012 de este programa, pese a que no ha sido necesario aplicarlo, desempeñó un papel determinante para calmar a los mercados financieros. El programa OMT prevé que el BCE intervenga en los mercados secundarios de deuda para comprar títulos de deuda de países que así lo pidan, para garantizar su financiación.

También el anuncio del presidente del BCE, Mario Draghi, de que la institución estaba ‘dispuesta a hacer todo lo necesario para preservar el euro’ había bastado para poner fin en el verano de 2012 a las turbulencias financieras. El Tribunal Constitucional de Karlsruhe, al que recurrieron ciudadanos euroescépticos, inició el martes dos días de audiencias para determinar si ese plan de rescate del BCE en la zona euro y su programa de compra de deudas públicas invade competencias nacionales alemanas, y viola su Constitución. Su veredicto es esperado dentro de algunos meses.

En el segundo día de audiencia, el BCE siguió defendiendo ante el Tribunal el carácter bien fundado de su acción contra la crisis de la zona euro. El miembro del directorio del BCE, Jorg Asmussen, volvió a declarar ante los jueves del Tribunal, defendiendo la legalidad de la acción del instituto emisor. ‘El objetivo del programa OMT no es impedir la quiebra de los Estados’, lo que excedería las competencias del BCE, alegó Asmussen.