El espectáculo de Trump recibe críticas de latinos en California

Actualizado
  • 08/05/2016 02:00
Creado
  • 08/05/2016 02:00
California no es Iowa. Multitudes de blancos vitorean a Trump cuando éste dice que construirá una muralla en la frontera mexicano-americana

SAN DIEGO—El Cinco de Mayo es un insulto envuelto en papel de crepe rojo, blanco y verde. Es un feriado falso creado por los blancos que administran firmas de marketing y no tienen reparos en decir a los latinos qué celebrar, en la medida en que eso atraiga a la gente a bares y restaurantes para comer chichimangas y beber margaritas.

Por eso supongo que es apropiado que, en vísperas a esa fecha, el Rey de los Insultos lleve su vitriólica campaña a California —donde residen muchas de las personas a las que atacó en los últimos 11 meses, a fin de apuntarse puntos políticos en otras partes.

Hasta ahora, muchos de los ataques tuvieron lugar en lugares y estados tales como Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur, donde viven pocos latinos. La población de California cuenta con un 39% de latinos.

Allí donde va Donald Trump, le siguen los problemas. Y a menudo, las divisiones y el caos también están cerca. Así es como la semana pasada, en Costa Mesa, alrededor de una hora al sur de Los Ángeles, el charlatán llevó su espectáculo de feria anti-mexicano al estado más poblado de la nación.

Charlatán y presunto candidato nominado republicano, ahora que Ted Cruz ha suspendido su campaña.

California no es Iowa. Allí, multitudes de blancos vitorean a Trump cuando éste dice que construirá una muralla en la frontera mexicano-americana. Aquí, los manifestantes gritaron insultos, y agitaron carteles y banderas mexicanas.

Lo de la bandera fue tonto y contraproducente, y yo hubiera preferido que no ocurriera. Más sobre eso en un segundo. Pero primero, hay que observar el cuadro mayor. En este momento, a muchos latinos no sólo les desagrada Trump. Hemos pasado ese punto. Directamente lo odian.

El epicentro de esa animadversión es California, donde los electores van a las urnas el 7 de junio. Por haber nacido en California, pienso que el odio anti-Trump entre los latinos es más fuerte en el Estado Dorado porque los que vivimos aquí vimos esta película anteriormente. Una de las veces más memorables fue a mediados de los años 90, cuando el gobernador republicano, Pete Wilson, explotó los temores xenofóbicos para obtener su reelección, y en el proceso destruyó a su propio partido. Fueron días aciagos para los latinos, a quienes el partido Demócrata después descuidó, abusó y tomó por descontados.

Aún así, dado que los latinos de California sienten tal desagrado por Trump, ¿por qué algunos de los miembros más estúpidos de mi comunidad le hacen el juego? Sus seguidores dicen que los mexicanos —y, por extensión, los mexicano-americanos— quiebran la ley y no respetan la propiedad privada, crean el caos y siguen siendo leales a México.

Y ¿cómo responden los manifestantes? Quiebran la ley, destruyen la propiedad, crean el caos y exhiben su lealtad a México.

Comprendo por qué muchos están furiosos de que este oportunista se apunte puntos políticos baratos sobre las espaldas de los inmigrantes mexicanos. Como si esos inmigrantes no hicieran suficiente trabajo en el país.

Y comprendo por qué la gente siente profundamente que debe asumir una posición, salir a la calle y manifestar su oposición contra las palabras y actos de una candidato presidencial.

Es, después de todo, una reacción intrínsecamente estadounidense. Los nativistas siempre piden que los inmigrantes, y sus hijos, se asimilen. Bueno, he aquí un ejemplo de su asimilación.

Lo que no comprendo es por qué cualquiera de esos manifestantes lleva una bandera mexicana. Para no hablar de por qué destrozan coches de policía y espantan a los seguidores de Trump, que quizás estén equivocados, pero que tienen todo derecho a estar equivocados sin que se los acose ni desprecie. Esa gente debe madurar. Exigir que el pueblo de un país los respete mientras agitan los colores de otro, es ilógico. También es mala educación.

La misma que demostró Trump cuando bromeó con la multitud diciendo que, al trepar barreras y abrirse paso entre los manifestantes para llegar al auditorio, le pareció que estaba ‘cruzando la frontera'.

Ese tipo de chiste dejó a Joe Scarborough perplejo. Durante un reciente segmento del programa de MSNBC ‘Morning Joe', el locutor sugirió que los asesores de Trump deben saber que deben bajar el tono.

‘Comprenden que Trump no puede ganar la elección general sin que un 35 % de los hispanos voten por él', dijo Sacarborough. ‘Parece terriblemente tarde en el calendario para estar haciendo cosas que tenían sentido en enero'.

Despierta, Joe. Lo que está haciendo Trump es demagogia anti-mexicana, cuyo objetivo es asustar a los estadounidenses blancos para que crean que los mexicanos son delincuentes y gorrones, y la ruina de la civilización. Piensa que entonces irán donde él en bandadas, en busca de protección. Esas tácticas alarmistas siempre son equivocadas. Nunca tienen sentido. Sólo se ganan enemigos.

Y Trump cuenta con muchos de ellos en California.

THE WASHINGTON POST WRITERS GROUP

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Por haber nacido en California, pienso que el odio anti- Trump es más fuerte en el Estado Dorado porque los que vivimos aquí vimos esta película...

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‘Comprenden que Trump no puede ganar la elección general sin que un 35 % de los hispanos voten por él', dijo Sacarborough.

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