COVID-19, incertidumbre sin fronteras

Actualizado
  • 29/02/2020 06:00
Creado
  • 29/02/2020 06:00
El nuevo coronavirus o COVID-19 supone un nuevo reto para la economía mundial, incidiendo negativamente en las perspectivas de desempeño, las cuales a la fecha no se reportan como las más favorables.

El nuevo coronavirus o COVID-19 supone un nuevo reto para la economía mundial, incidiendo negativamente en las perspectivas de desempeño, las cuales a la fecha no se reportan como las más favorables.

COVID-19, incertidumbre sin fronteras

Tras siete años de implementación de políticas monetarias agresivas, en la última década, es en el período 2017 en el que se llega a experimentar un repunte de crecimiento del 3.1%, sin embargo, con los eventos geopolíticos suscitados entre 2018 y 2019 hubo un detrimento de la actividad económica del 2.9% y 2.3%, respectivamente, siendo este último el más bajo porcentaje de crecimiento de la década.

Si bien las perspectivas publicadas para los años 2020 a 2024 no figuran como las más favorables, la situación actual por la que atraviesan China y el resto del mundo implica un reto mayor. En ocasiones previas, las epidemias ya han demostrado tener fuertes implicaciones en el desempeño económico, primordialmente si se desarrollan en locaciones clave en el engranaje del sistema mundial, como lo es China, la segunda economía más grande y un importante participante del comercio mundial en temas de exportación e importación.

Así lo deja en claro la manifestación de otros tipos de coronavirus, familia de virus descubierta en los años de 1960, como el SARS o síndrome de respiración agudo o grave reportado en el sur de China, en noviembre de 2002 y que perduró hasta julio de 2003.

En este lapso, el síndrome se manifestó en 8,098 personas, la mayoría en China (5,327) seguida de Hong Kong (1,755) y reclamó 744 vidas en una extensión de 17 países. Dicho evento significó una baja de crecimiento para la economía china, la cual venía en ascenso a un ritmo acelerado de 10%+. Entre el primer y segundo trimestre de 2003, el porcentaje PIB año pasó de 10.5% a 8.9% en el segundo trimestre, retomando impulso a 10.1% en el tercer trimestre y 10.5% en el cuarto trimestre.

El costo total del SARS para la economía china se estimó entre 0.5 a 1 punto porcentual, sin embargo, lo que se vive hoy día parece indicar que el impacto no se ha limitado a estas cifras.

De acuerdo con la cronología de los eventos, el nuevo coronavirus se expande a un ritmo más acelerado. Desde su confirmación el 7 de enero de 2020 a la fecha, las cifras actualizadas al 20 de febrero de 2020 confirman 81,000 casos y 2,700 muertes, en una extensión de 30 países, siendo la región del Pacífico occidental la que reporta la mayor cantidad de países afectados, seguido de Europa (Italia, donde en Lombardía y Veneto han sido numerosos los contagiados con el COVID-19). Al 27 de febrero, otras fuentes indican una extensión a 50 países, es decir que en una cuarta parte del mundo, las poblaciones están en altos niveles de exposición.

Estas cifras y la extensión del COVID-19 versus eventos como el SARS 2002-2003 elevan los niveles de consternación en torno al tema.

La potencial pandemia, así lo confirman los representantes de diferentes organizaciones, “ya no es cuestión de que suceda o no, es cuestión de cuándo se dará y de que aquellos que contraigan el virus, desarrollen condiciones de salud mucho más serias”.

El COVID-19 ha tomado prioridad en el accionar de los sectores público y privado, a partir de las declaraciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el 30 de enero de 2020 anunció la emergencia sanitaria internacional, una medida adoptada en tan solo cinco ocasiones, desde 2005, (H1N1, ébola en África internacional, poliomielitis en Pakistán, el zika y ébola en la República del Congo).

¿Dónde nos ubicamos?

Las epidemias y sus afectaciones son eventualidades. Desde la perspectiva económica, el impacto negativo del nuevo coronavirus es comprometedor.

Ya la economía global viene de un período de desaceleración acentuado por la guerra comercial entre las potencias estadounidense, asiática y europea.

Esto definitivamente causará un revés en las perspectivas de crecimiento reportadas al cierre del período 2019 para el próximo quinquenio y, por ende, una mayor volatilidad en los mercados, primordialmente en inversiones como acciones y derivados, que estén ligados a las industrias de servicios y venta al detalle.

La semana del 20 de febrero ha sido difícil en términos de rendimiento de capital, reportando índices de bajo desempeño que no se manifestaban desde la última crisis financiera.

Según los informes de mercado, el MSCI -índice de mercados emergentes- bajó 9.4%, el peor desempeño desde noviembre de 2008.

China es la segunda economía más importante en términos de producto interno bruto, y uno de los principales socios comerciales de otras importantes economías industrializadas, además de que es una pieza clave en la industria logística. El hecho de que se interrumpan tanto la actividad de producción como la de consumo, tiene repercusiones que impactan internacionalmente.

Hoy los mercados reflejan pesimismo. De acuerdo con el índice de condiciones de negocios, publicado por Cheung Kong Graduate School of Business (CKGSB), se registra la cifra más baja desde su publicación en 2012. De 56.2 en enero de 2020 descendió a 37.3 en febrero de 2020, muy por debajo de la referencia de 50.

Las cifras ilustran las bajas expectativas que tienen las compañías chinas, principalmente pequeñas y medianas, con respecto a su recuperación.

Según las encuestas, un 45% de las entidades confirman no haber podido retomar operaciones por las medidas de cuarentena, mientras que el 49% reporta haber retomado recientemente la actividad. En lo que respecta a los niveles de productividad, más del 50% prevé no recobrar su capacidad por encima del 60% para el final de mes.

La desconfianza también se refleja en los consumidores, con una tendencia a la disminución del gasto, como resultado de la interrupción de actividades como el turismo o la tendencia al ahorro con miras a crear vínculos de contingencia. Esto supone un declive en las operaciones de negocios, impulsándose la materialización de una recesión que se ha vaticinado desde 2019.

¿Qué depara 2020 en perspectivas económicas?

Con la guerra comercial, hemos visto que la potencia asiática y la economía global perdieron impulso.

China es clave en el tema de las exportaciones e importaciones, es un mercado amplio para el comercio de muchos productos, además de que su población participa significativamente en el turismo global.

En 2019 China reportó un crecimiento económico del 6%, 0.02 puntos porcentuales por debajo de 2018.

Según las proyecciones, el crecimiento de China para 2020 podría ubicarse en el 5.4%, equivalente a 0.06 puntos porcentuales versus 2019. Sin embargo, dicho resultado está condicionado al cierre del primer trimestre 2020, por la capacidad de controlar la enfermedad.

La séptima línea de coronavirus podría significar mayores pérdidas que las suscitadas por las crisis del sector financiero, ya que en este contexto entran en juego muchas variables que son la combinación perfecta para la inestabilidad.

Laritza del Rosario Lezcano Navarro
FICHA
La autora es asesora financiera.
Nombre completo: Laritza del Rosario Lezcano Navarro
Ocupación: Consultora financiera
Resumen de su carrera: Máster en inversiones y finanzas, y diplomado de economía y finanzas de la Queen Mary University of London. Licenciatura en contabilidad, banca y finanzas de la Universidad Santa María la Antigua de Panamá. Experiencia laboral en auditoría comercial, análisis financiero e implementación de análisis cuantitativo.
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