Austeridad ¿respuesta a una crisis financiera?

Actualizado
  • 08/09/2018 02:00
Creado
  • 08/09/2018 02:00
La reacción de una gran mayoría de los integrantes de una sociedad no será de aceptación inmediata frente a las medidas de austeridad, dado al impacto que estas tienen en la economía en general. Sin embargo, tenemos que aceptar que las crisis económicas deben ser atendidas con urgencia

Con las crisis económicas, aunadas a altos niveles de porcentaje deuda-producto interno bruto (%PIB), se reportan cómo diversas administraciones gubernamentales consideran la aplicación de medidas de austeridad como el medio para recobrar equilibrio económico mediante la reducción de la deuda y la eliminación del déficit. No obstante, se considera que las medidas de austeridad, las cuales se asemejan a la aplicación de políticas contractivas, no se alinean al crecimiento económico, por lo que podrían resultar ser más una amenaza que una oportunidad.

De importancia es el considerar cómo se han generado los excesivos niveles de deuda e incrementado el déficit fiscal, situaciones altamente relacionadas con las administraciones de los gobiernos compuestas de sus instituciones y representantes, además de las políticas económicas en materia fiscal y monetaria aplicadas.

En el estudio académico denominado When (does) austerity work? (¿Cuándo funciona la austeridad? LSE, 2018), se hace especial mención a la importancia que juegan la calidad de los gobiernos como factor relevante para los manejos y reducción de los niveles de deuda %PIB.

Como fuente de generación de deuda pública se ubica al déficit primario, este último resultado de un exceso del gasto de gobierno sobre el ingreso recaudado. Sin embargo, dicha forma de financiamiento no debe de tacharse como una conducta errada.

Para sustentarse esta afirmación, se puede emplear la analogía de una empresa que, si no tiene a disponibilidad de recursos financieros, no puede hacer frente a los gastos operacionales que permiten la continuidad del negocio. De manera similar funcionan los gobiernos, que deben de disponer de fuentes de recursos económicos para poder enfrentar los gastos que permitan el desarrollo de un país.

El verdadero problema que acarrean los excesivos niveles de deuda pública e incremento del déficit se podría enmarcar en la falta de medidas de control con respecto a los niveles de deuda considerados apropiados a las características de una economía en particular. En la actualidad existen más de 10 economías a nivel mundial que reportan niveles de deuda-%PIB por arriba del 100% (citado por The World FactBook ), entre las cuales listan Grecia (179.4%), Líbano (146.6%), Italia (132.5%) y Portugal (127.1%).

Cuando una economía alcanza niveles de deuda que sobrepasan los reportes de productividad, no es saludable y las posibilidades de experimentar una crisis económica son elevadas. Este estado de endeudamiento público transmite mayor riesgo de incumplimiento de pago por parte de los gobiernos, lo cual crea percepciones negativas en los inversionistas que afectan aún más la estabilidad económica del país. Si el inversionista, tanto institucional como individual, tiene percepciones negativas sobre los desempeños, esto podría provocar fugas de capitales que terminan en consecuencias como la devaluación de una moneda local.

AUSTERIDAD

Como acción a prevenir crisis o para subsanar el estado de déficit fiscal en el cual una economía puede estar sumergida, se dan las consideraciones de medidas de austeridad que tienen como objetivo reducir el gasto gubernamental y captar mayores ingresos.

Con respecto a la reducción de los gastos gubernamentales se enmarcan acciones como el recorte y reducción de los salarios de las planillas del gobierno, la eliminación de instituciones públicas, la reducción o eliminación de los subsidios, así como de cualquier otro beneficio que se brinde a la comunidad.

A partir de estas acciones se podría afirmar que el crecimiento económico no se alinea a medidas de austeridad y se ve afectado como resultado de un porcentaje de la población que deja de percibir ingresos reduciéndose así el consumo privado aunado a una reducción del consumo por parte del gobierno.

Por otro lado, tenemos las potenciales imposiciones fiscales a la población o a ciertos sectores e industrias, lo cual reduce los ingresos discrecionales de las personas y los niveles de productividad por parte de las empresas. Ambas medidas pueden ser aplicadas de manera simultánea dando lugar a un doble impacto negativo sobre el crecimiento económico.

Actualmente la situación de disturbio que se está viviendo en Argentina nos confirma las reacciones por parte de una sociedad inconforme con respecto a las medidas que han sido anunciadas a inicios del mes de septiembre 2018 por parte de su gobernante, el presidente Mauricio Macri, y corroboradas por Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda.

FICHA

La autora conduce el segmento ‘Su ventana financiera' en @Estrellaonline

Nombre completo: Laritza del Rosario Lezcano Navarro

Ocupación: Consultora Financiera

Resumen de su carrera: Master en Inversiones y Finanzas y Diplomado de Economía y Finanzas de la Universidad Queen Mary University of London. Licenciatura en Contabilidad, Banca y Finanzas de la Universidad Santa María La Antigua de Panamá. Experiencia laboral en auditoría comercial, análisis financiero e implementación de análisis cuantitativo.

Según cifras reportadas (Infobae, 2018) el plan de Macri restablece la meta con respecto al déficit fiscal de 3.2% para el 2018 a 2.7%. Esta nueva meta busca una reducción adicional del gasto público de 100,000 millones de pesos argentinos, suma equivalente a $3,200 millones. Dicha cifra tan solo representa el 20% de la pretensión del plan que indica reducción global del gasto de la Nación de cerca de 500,000 millones de pesos argentinos (unos $16,000 millones), según reporta el periódico El Comercio .

Para lograr las metas, las declaraciones de Macri indican que se llevarán a cabo acciones como la potencial fusión de los ministerios de Defensas y Seguridad, así como los de Trabajo y Modernización, y la reducción de 10 a 13 ministerios.

Para lograr la captación de ingresos, se procederá a reinstaurar los impuestos a exportadores o llamadas retenciones de exportación, alegándose que los de este sector se han visto beneficiados por la depreciación del peso argentino, logrando excelentes retornos.

Esta acción también ha generado una gran polémica ya que Macri, a inicios de su administración, eliminó las retenciones del trigo y maíz que reportaban aranceles del 20% y 23% respectivamente, mientras redujo el arancel de la soja de un 35% a 30% haciendo una promesa de reducción del 5% por año. Las actuales decisiones conllevan a la instauración de un 10% de arancel al trigo y al maíz, mientras la soja se buscará mantenerla en un 18.8% (datos reportados por El Comercio , 2018).

Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (Indec, 2018), para julio 2018 se reporta un crecimiento del 1.7% ($92 millones) de las exportaciones en comparación al mes de julio del 2017. Dicho crecimiento equivale a $5.385 millones de dólares, reportándose incrementos del precio de 11.1% atribuible a una mayor demanda por parte de los mercados internacionales, lo cual al mismo tiempo crea una disminución de cantidades demandadas del 8.4%.

La austeridad es un tema delicado, complicado y difícil de proponer. La reacción de una gran mayoría de los integrantes de una sociedad no será de aceptación inmediata, dado al impacto que estas tienen en la economía en general. Sin embargo, tenemos que aceptar que las crisis económicas deben ser atendidas, ya sea aplicándose planes de austeridad u otros medios, las acciones siempre acarrearán consecuencias. Principal atención debería de prestarse en qué tan efectivas son las medidas, determinar aquellas personas o sectores que enfrentan el mayor impacto negativo y trabajar en cómo apoyar a los afectados.

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