Demanda de alimentos exigiría más agua dulce; suscriben agenda para avanzar con el ODS 6

Actualizado
  • 07/02/2023 00:00
Creado
  • 07/02/2023 00:00
La Agenda Regional de Acción por el Agua es el resultado principal del Diálogo Regional del Agua 2023 que se realizó la semana pasada en la sede de la Cepal en Santiago de Chile. El documento se expondrá en la Conferencia del Agua de la ONU en marzo 2023, en Nueva York
La creciente demanda de alimentos para la población, requeriría de más agua dulce en las próximas décadas.

Representantes de más de veinte países de América Latina y el Caribe suscribieron la Agenda Regional de Acción por el Agua, que tiene como meta avanzar en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 que busca garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

El acuerdo se aprobó en el marco de la tercera edición de los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe que se realizaron la semana pasada en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en Santiago de Chile.

El secretario Ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, dijo que esta agenda servirá de aporte en el marco de la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas, en marzo 2023, en Nueva York, el evento más importante sobre agua, en un momento crucial para avanzar hacia una transición en la gestión hídrica.

“Hemos cumplido con creces el objetivo de este Diálogo Regional del Agua, al hacer no solamente un análisis profundo de los desafíos y avances del ODS 6, pasando revista a soluciones innovadoras. Además, hemos logrado compromisos adquiridos de acciones y políticas para acelerar su logro en LAC, avanzando con fuerza hacia un norte compartido: una transición hídrica, sostenible e inclusiva”, destacó Salazar-Xirinachs.

Según la FAO, para el año 2050, la producción mundial de alimentos tendrá que incrementarse en un 50% en comparación con el año 2012, a fin de satisfacer la creciente demanda de alimentos; y si se mantienen las condiciones actuales, esto exigiría al menos un 35% más de agua dulce, es decir un tercio más, citó el representante Regional del organismo de las Naciones Unidas, Mario Lubetkin.

Durante su intervención, Lubetkin destacó la importancia que tiene este recurso hídrico para garantizar la seguridad alimentaria a nivel mundial. Precisó que informes recientes estiman que “el 80% de todos los daños y pérdidas por sequía es absorbido por la agricultura en países de ingresos bajos y medios, y el 35% de las pérdidas de alimentos por sequía a nivel mundial ocurre en América Latina y el Caribe. Esto representa pérdidas en producción estimadas en $13 billones aproximadamente”.

Salazar-Xirinachs valoró los logros e innovaciones que fortalecen una gobernanza adecuada del agua de los países de la región para avanzar hacia una gestión más sostenible. Sin embargo, advirtió que los países enfrentan aún numerosos retos: la autoridad nacional del agua precisa aumentar su rango jerárquico y los gobiernos necesitan reforzar progresivamente sus instituciones, eliminar las lagunas existentes y facilitar la coordinación entre ellas, explicó.

El secretario Ejecutivo de la Cepal recordó que en la región la mayor ocurrencia e impactos tienen relación con desastres relacionados con el agua, y destacó que los sistemas de alerta temprana cobran vital importancia, ya que disminuye el riesgo de la población a la exposición a los impactos de los desastres, incluidas inundaciones.

Por ello, dijo, se requiere invertir en la Gestión Integrada de Recursos Hídricos como una solución para gestionar mejor estas situaciones y crear resiliencia, especialmente en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Caribe.

Lubetkin señaló que sin una adecuada gestión del agua no se podrán implementar las cinco vías de acción establecidas en la Cumbre Sobre Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas, que en 2022 estableció: Garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos; Adoptar modalidades de consumo sostenibles; Impulsar la producción favorable a la naturaleza; Promover medios de vida equitativos; y Crear resiliencia ante las vulnerabilidades, las conmociones y las tensiones.

No obstante, la adopción de la agenda por el agua suscrita permitirá a los países de América Latina y el Caribe llegar con insumos comunes y una postura única a la conferencia del Agua de Naciones Unidas. La Agenda subraya que la región requiere avanzar hacia una transición hídrica sostenible e inclusiva que se basa en cuatro pilares de acción.

Los pilares son: garantizar el derecho humano al agua potable y saneamiento gestionado de manera segura a través de un gran impulso a la inversión en el sector, sin dejar a nadie atrás; promover cambios regulatorios y normativos para fomentar el acceso equitativo y asequible, y así erradicar la pobreza hídrica, con instrumentos innovadores incluyendo tarifas sociales; revertir las crecientes externalidades negativas asociadas a contaminación, sobreexplotación y conflictos socioambientales promoviendo la fiscalización y regulación; y pasar de un manejo lineal a uno circular para reducir la presión sobre el recurso hídrico, instaurando una tendencia al desacople entre la extracción y el producto interno bruto (PIB).

Este diálogo, organizado por Cepal, se suma al evento diálogos globales sobre el agua organizados por la FAO en Roma en noviembre del año pasado, donde se concluyó que el agua, el saneamiento, la salud, los ecosistemas, los océanos, la energía, los sistemas alimentarios y la nutrición están completamente interrelacionados.

De acuerdo con datos de la FAO, actualmente 300 millones de personas habitan en países que sufren escasez de agua, y más de 733 millones, aproximadamente el 10 % de la población mundial, viven en países afectados por un elevado y grave estrés hídrico. En los últimos años, hemos observado las repercusiones del clima en el agua, con la generación de inundaciones y sequías nunca vistas en muchos países y regiones.

Además, la agricultura depende del agua y representa el 72 % de las extracciones mundiales de agua dulce, junto con otros sectores económicos, por lo que es un elemento esencial para la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En ese sentido, Salazar-Xirinachs subrayó la importancia de contar con recursos financieros adecuados, sobre todo en los países con mayores déficits de infraestructura y cobertura.

“Necesitamos mecanismos de inversión, que permitan al sector de agua potable y saneamiento acceder a nuevas fuentes de financiamiento, así como mostrar ejemplos de los beneficios de invertir en economía circular para el sector, beneficiando también la salud de la población”, puntualizó el alto directivo de la Cepal, subrayando que la inversión de 1,3% del PIB regional durante diez años, para cerrar las brechas de cobertura en el sector de agua potable y saneamiento gestionados de manera segura, reduciría a su vez, las emisiones de carbono, mitigaría problemas de contaminación por aguas residuales y crearía 3,6 millones de empleos verdes cada año.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus