Economía y empleos, una recuperación con velocidades diferentes

Actualizado
  • 01/05/2023 00:00
Creado
  • 01/05/2023 00:00
En este Día del Trabajador representantes del sector coincidieron en que se requiere generar más confianza para que la economía crezca de forma sostenida y el sector privado invierta más y se produzcan más empleos, agregan que todo apunta a que este año el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá entorno al 4% o 5%
El desempleo bajó. El desempleo bajó en el país porque aumentaron los informales y funcionarios.

Como resultado de la pandemia, el sector privado perdió 407 mil empleos formales, 364 mil en el 2020 más 43 mil trabajadores suspendidos que no recuperaron sus trabajos, 47% de los que había antes de la covid19.

Todavía existen unos 80 mil asalariados menos que en agosto del 2019, pero se está generando 40% menos empleos formales y más del triple de los informales que en el 2019, por lo que el proceso de recuperación del empleo formal no ha sido tan rápido como el de la economía.

Así alertó el consultor laboral René Quevedo, quien sostuvo que el desempleo bajó porque aumentaron los informales y los funcionarios, ya que de cada 100 empleos que genera la economía, 60 son informales, 10 son funcionarios, y de los otros 30, 24 son temporales.

“La alta informalidad y temporalidad laboral no son fenómenos coyunturales, son estructurales. La pandemia no los creó, sólo los visibilizó”, contó Quevedo.

Para este consultor laboral “Panamá (ahora) enfrenta una severa crisis laboral, que no es de empleo, sino de confianza que ha ocasionado el deterioro del clima para la inversión privada en el país, y en consecuencia, que la economía haya perdido capacidad para generar empleos dignos”.

Pero, ¿Qué caminos debe tomar Panamá hacia una recuperación de los empleos, después de cuatro años de pandemia?, Según el presidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), Temístocles Rosas, el país debe pensar en nuevos modelos laborales que le den la capacidad de mayor inserción de plazas porque se necesita esfuerzos para que la atracción de inversión extranjera y la inversión local genere empresas que necesiten recursos humanos constante y permanente.

A su vez, dijo Rosas que así como se necesita inversión, el trabajador debe buscar las condiciones, habilidades y capacidad de adaptabilidad en el mercado, aún cuando ya hay una recuperación económica en varios sectores.

“Tenemos que reconocer que la gran fuerza laboral está fundamentada en la empresa privada, por lo que tenemos que seguir generando puestos de trabajo. Nosotros vemos al trabajador como la persona que contribuye al éxito de una iniciativa empresarial, y ese trabajo es visto, valorado, reconocido y sobre todo artífice del éxito de nuestras capacidades”, recalcó el presidente de Apede.

Desde el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) se creó una hoja de ruta para establecer las necesidades del mercado laboral, a través de la instalación de un Comité Técnico de Implementación del Marco Nacional de Cualificaciones, una alianza entre sector privado y público.

Después de instalarse el Comité, el siguiente paso es el desarrollo de una propuesta, que debe estar enfocada en incentivar la inserción del recurso humano en el mercado laboral. “Somos uno de los países que cuenta con este Marco Nacional de Cualificaciones, que nos da las garantías de seguir avanzado en los compromisos que tenemos como país y que se hacen mucho más necesario con todos los retos que tenemos como país para seguir recuperando la economía”, informó Doris Zapata, ministra de Trabajo, durante la instalación del Comité.

Zapata reconoció que “uno de los retos del país” es que la informalidad ha disminuido por la salida de personas que estaban en el mercado laboral formal. También mencionó que se encuentran monitoreando el registro de contratos nuevos, del cual proyectan una mejoría para el final del 2023. “Nosotros no descartamos que con el registro de contratos nuevos avancemos para el final del 2023 podamos estar en un 8% para luego situarnos en el 2024 en cifras similares al 2019”, adelantó la ministra de trabajo.

Cifras del Mitradel indican que el promedio mensual de nuevos contratos laborales tramitados entre enero y marzo 2023 es el mismo del año pasado (20 mil por mes), en contraste con 33,626 mensuales para el primer trimestre del 2019, al tiempo que todos los meses se incorporan 10 mil nuevos informales a la economía, versus 3,079 en el año prepandemia. En otras palabras, se generaron 40% menos empleos formales y más del triple de los informales que antes de la crisis de la pandemia, sostuvo Quevedo.

Sin embargo, las cifras vienen de arrastres del 2017 cuando se tramitaron 445 mil nuevos contratos laborales versus 240 mil en el 2022. Es decir, 205 mil contratos menos en cinco años. De igual manera, se generaron 37 mil nuevos empleos formales por mes (2017) y en el 2022 fueron 20 mil, promedio que se mantiene en el primer trimestre del 2023. Y pasamos de producir 1,900 nuevos informales mensualmente, a más de 10 mil.

Según Quevedo, se generó empleo formal donde hubo inversión, como Minería, Energía y Educación, pero 90% de la contracción laboral ocurrió en cuatro sectores: Construcción (50%), Hoteles & Restaurantes (19%), Comercio (14%) e Información & Comunicaciones (7%), reducciones directamente relacionadas a menores niveles de inversión privada.

Para el presidente de Apede “debemos tener claro que estamos frente a una realidad de entorno empresarial y laboral distinta a la que tradicionalmente venimos viendo, ya que la diferencia entre la fuerza laboral que existía cuando empezó la pandemia al 2020 y lo que tenemos hoy en día ha disminuido”.

Eduardo Gil, secretario general de la Confederación Convergencia Sindical, denunció que “lo que ocurre ahora es que el trabajador está siendo despojado de sus beneficios, no obtiene un empleo formal y los salarios no ayudan a que hagan frente al alto costo de la vida”.

Este escenario, para Gil, se da cuando el país proyecta buenas expectativas de crecimiento económico para este 2023, del cual organismos nacionales e internacionales dicen que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá entorno al 4% o 5%.

“Lamentablemente ese beneficio económico seguirá concentrado en pocas manos y no se traduce ni en mejores condiciones laborales, ni en beneficios sociales para el país, a través de una mejor tributación para dotar al Estado de mayores recursos para que pueda brindar mejores servicios públicos”, criticó.

El panameño no ve mejoría en el sector laboral porque la economía y el empleo se están recuperando a velocidades diferentes, según el consultor laboral, quien explicó que aunque el producto interno bruto supera los niveles prepandemia se están generando 40% menos empleos formales y más del triple de los informales que en el 2019, es decir, que en cinco años la economía perdió 205 mil contratos laborales, es decir, 205 mil plazas menos, 205 mil salarios menos y 205 mil menos cotizaciones a la Caja de Seguro Social.

Este colapso es particularmente notorio en los seis sectores que aportan las dos terceras partes de las plazas del sector privado (Comercio, Construcción, Logística, Industria, Hoteles/Restaurantes y Otras Actividades de Servicio), los cuales representan 4 de cada 5 nuevos empleos creados en el 2022 y 9 mil de los 10 mil nuevos informales que, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), se agregaron mensualmente a la economía.

A abril 2022, los porcentajes de empleo informal en los seis sectores claves eran Comercio (54%), Construcción (73%), Logística (61%), Industria (64%), Hoteles/Restaurantes (62%) y Otras Actividades de Servicio (87%), niveles muy superiores a la informalidad laboral de la economía en su conjunto (48.2%), detalló Quevedo.

Rosas y Quevedo coincidieron en que se necesita fortalecer la capacidad para atraer la inversión extranjera y nacional para seguir asegurando las plazas laborales.

El consultor laboral explicó que la inversión privada (nacional y extranjera) es gran parte de la solución, ante la fragilidad de las finanzas públicas y el alto nivel de endeudamiento del Estado, que dificultan un mayor grado de inversión pública, la cual, si bien es “absolutamente necesaria”, también depende del financiamiento privado.

Gil avaló que el país necesita un proyecto nacional que defina cuáles son las áreas económicas que le interesa desarrollar, cuáles son las actividades económicas y cómo es su matriz económica. En función de esos parámetros, entonces, definir cuál va a ser el papel que “jugará”. “En todo caso Panamá debe plantearse una planificación o estrategia económica para garantizar condiciones equitativas en el país”, puntualizó.

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